O cuando las monarquías son garantía de libertad y progreso y el falso republicanismo obra como instrumento de opresión y generador de atraso.

A pesar de los innumerables comentarios en el foro desde hace ya algún tiempo sobre la longevidad de la reina Elizabeth II y su extenso reinado, como todo ser humano era toda una gran certeza su cada vez más cercano e inminente fallecimiento y con ello sus efectos en el contexto político que se extiende más allá de las tierras y estados bajo su soberanía.

Como no era de extrañar, con el fallecimiento de la Reina y el proceso sucesión real no faltaron los comentarios y opiniones sobre si en estos tiempos se justifica la permanencia de monarquías y casas reales, incluso puede observarse como hasta la redacción de titulares y trabajos sobre el tema refieren como es que «todavía» existen monarquías en el mundo, como si de alguna manera la transición hacia otras formas de gobierno como la República fuese sinónimo de progreso y prosperidad.

Antes de continuar bien merece advertir que la discusión sobre el tema no ha sido sencilla y sin tensiones, y es que desde el inicio de los tiempos las luchas por el poder han procurado justificarse en la autoridad, bien entre monarcas, príncipes y otros agentes personales, así como entre la idea de República frente a la monarquía como si se tratara sin discusión alguna de un mejor sistema de gobierno.

No es difícil anticipar tampoco que en los próximos tiempos se originarán interesantes opiniones y discusiones sobre la viabilidad o justificación de los sistemas monárquicos o republicanos, y tampoco difícil es anticipar que habrá posiciones bastante elaboradas y sustentadas en importantes estudios políticos, sociales, jurídicos y económicos, entre otros aspectos, pero también las posturas que muchos conocemos cargadas de sentimientos revanchistas y resentidas propias de los regímenes de corte despótico que suelen mediante artilugios retóricos colorear de legitimidad sus desmanes.

No obstante tan importante y apasionante asunto de las formas de gobierno o desgobierno puede abordarse desde un sin fin de aristas y dar lugar a extensas discusiones, hay una en lo personal me llama la atención y lo es desde la apreciación del Estado de Derecho, tema en el que por particulares razones me ha tocado ahondar como lo ha sido en el estudio del Índice de Estado de Derecho elaborado por el World Justice Project (1) y del que pueden efectuarse interesantes observaciones veamos:

Ocupan los primeros lugares en el referido índice países como Dinamarca (1er lugar), Noruega (2⁰), Finlandia (3⁰), Suecia (4⁰), Alemania (5⁰), Países Bajos (6⁰), Nueva Zelanda (7⁰), Luxemburgo (8⁰), Canadá (12⁰), Australia (13⁰), Japón (15⁰), Reino Unido (16⁰), España (21⁰), Francia (23⁰), Estados Unidos (27⁰).

Se observa a primera vista que muchos Estados que ocupan los primeros lugares, tanto los mencionados y los que aparecen indicados en la totalidad de la lista que invitamos a analizar, son monarquías constitucionales, destacando principalmente la de Dinamarca, que es la monarquía más antigua de Europa y que luego del fallecimiento de la Reina Elizabeth II, pasa a ser Margarita II de Dinamarca la reina con mayor tiempo en el ejercicio de sus funciones como tal.

Además de que los mejores desempeños en materia de Estado de Derecho se encuentra principalmente en sociedades con regímenes monárquicos y parlamentarios, no pasa inadvertido que dichos regímenes son genuinamente democráticos, y más importante aún, verdaderamente constitucionales, entendiendo el constitucionalismo como límites al poder y no instrumento de éste como suele ser utilizado por los regímenes totalitarios.

Llama mucho la atención como en monarquías constitucionales como es el caso de la británica, la neutralidad política de los monarcas, totalmente contrastante con el activismo político de los presidentes, que en casos de estados fallidos es mucho más pronunciado visto que para muchos de estos «presidentes» el ser «constitucional» obra más bien como una suerte de habilitación y no como lo que debe ser, una restricción de los poderes, lo que nos invita a pensar si el tema no es discurrir que sistema de gobierno es más favorable, la monarquía o la república, sino de cual efectivamente atiende al bienestar de sus ciudadanos, constitucionalismo y democracia, y eso no se decreta.

Un breve experimento hipotético. De la lista de Estados en el índice de Estado de Derecho tomemos cualquiera al azar que sea una monarquía constitucional e imaginemos que de la noche a la mañana pasara a ser una república. ¿Cómo crees que sería su desempeño en materia de Estado de Derecho? ¿Crees que la tendencia sea hacia aquellas posiciones de mejor desempeño o por el contrario hacia abajo donde se encuentran en las peores posiciones muchas repúblicas fallidas?

Solo para el ejercicio pudiéramos tomar el ejemplo de España que ocupa la posición 21, si llegase a ser una república, ¿creerías que se dirigiría hacia las posiciones mejor valoradas?, ¿o más bien descendería? y que decir de los casos de Canadá o Australia. Aquí sí que se pondría interesante el asunto.

Pongamos ahora el caso hipotético de la República de Finlandia de la noche a la mañana se convirtiese en una monarquía. ¿Cómo sería su desempeño?

El asunto como se ha indicado no es sobre cual sistema entre la monarquía o la república es mejor, ya que existen tanto buenas como pésimas repúblicas al igual que monarquías, sino si efectivamente existe control y límites de los poderes, ya que la característica de un verdadero Estado de Derecho es su sometimiento a la ley y la separación de poderes, fenómenos que en la realidad pueden observarse más claramente en monarquías constitucionales en las que se genera prosperidad de sus habitantes que en pseudo repúblicas en las la miseria y la abyección son su nota distintiva.

Una última pregunta y reflexión: si hoy Shakespeare estuviera escribiendo Hamlet, en la famosa frase que algo podrido huele en Dinamarca. ¿Crees que haría referencia a otro Estado?

Imagen del bautismo del rey Harald de Dinamarca que marcó la transformación del Reino hacia la cristiandad. Tomada de la página del Museo Nacional de Dinamarca.

PNG de Shakespeare

 

 

[1] https://worldjusticeproject.org/rule-of-law-index/global


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