Ha quedado claro que ni la centro-izquierda ni la izquierda extrema han sido un fracaso rotundo en Venezuela, donde hay un sistema colapsado con una profunda oposición que resiste a un cambio radical para evitar la salida pactada con actores partícipes de la destrucción del país.

Debemos recordar que coalición opositora (Mesa de Unidad Democrática) es una agrupación de partidos políticos que en su mayoría integran la Internacional Socialista. En estos casos para ellos el socialismo en Venezuela no ha sido aplicado de la forma correcta porque la corrupción ha copado el poder, pero veamos los casos de corrupción en los países de la región donde precisamente no gobiernan los socialistas, como es el caso de Perú. En ese país vemos cómo la justicia ha encarcelado a ex presidentes vinculados al caso Odebrecht, la mayor trama hasta ahora de corrupción en el continente, es decir, el problema de la destrucción en Venezuela no es la corrupción porque esta existe en todos los países del mundo.

El problema inicial es que el sistema socialista se aplicó tan adecuadamente que terminó con todo un país, desde luego sumiendo a los venezolanos en prácticas corruptas para sobrevivir, como es el mercado negro. El sistema en Venezuela está de muerte y con ello se lleva a todo aquello que de alguna u otra forma colabora para evitar la explosión de un proyecto fracasado.

Lo que requiere Venezuela es una economía de mercado, libre competencia, responsabilidad individual e igualdad ante la ley para resurgir de los escombros donde hoy se encuentra. Terrible sería salir de Maduro y un grupito para conformar “gobierno” con lo que se denomina dizque chavismo “democrático”. Esto sería una traición para todos los venezolanos y estaríamos frente a un escenario como el de Nicaragua y más recientemente el de Argentina, donde la ex presidente Cristina Kirchner es la favorita en las encuestas. Esto obedece a que el presidente actual, Mauricio Macri, no realizó los cambios profundos al tomar su mandato y para quedar bien con la izquierda siguió con las políticas del Estado paternal todopoderoso, llevando a Argentina a la más profunda crisis que dejaron los Kirchner en su desastroso gobierno socialista.

Además, es moralmente inaceptable pensar en formar un gobierno con personas acusadas de narcotráfico y de homicidio, con quienes han cometido los peores crímenes de la humanidad en nombre de la revolución y los pobres; es criminal pensar que las personas que junto con Chávez entregaron a Venezuela al régimen de La Habana puedan formar parte de un gobierno en nuestro país. El único lugar que corresponde para estas personas es la cárcel.

La izquierda socialista chavista y la centro izquierda socialdemócrata ya tuvieron su tiempo. Es momento de avanzar y darle paso a nuevas ideas que funcionan y que definitivamente son la vía para el desarrollo y avance de una nación, como es el libre mercado que promueve un gobierno consciente de toda la miseria y hambre que representa la izquierda actual en Venezuela. Por eso la derecha es la salida.


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