No sé si esto será un delito de odio, pero es hora de hablar sin eufemismos ni guabineos. Ya lo he escrito antes: todos perderemos todo.

Cada venezolano tiene un número en la espalda, y en cualquier momento nos llamarán para jodernos. Incluso, quienes hoy apoyan o han apoyado el fascismocomunismosocialista y la locura tienen su numerote.

¿Recuerdan alguna revolución que haya sido efectiva? ¿Recuerdan en qué terminaron las revoluciones más famosas: la francesa, la rusa, la china o la cubana, por mencionar tan solo las que más daño han causado a pueblos y promotores? En la francesa, por ejemplo, literalmente, no quedó títere con cabeza.

Dígame la Revolución rusa, que sumió en la esclavitud a su pueblo durante 74 horrorosos años de opresión comunista donde, en Siberia, millones de personas fueron exterminadas en campos de concentración. Stalin mató más seres humanos que Hitler. Se calcula que asesinó a millones y después, como si nada, murió acostadito en su cama.

Dígame el horror de la Revolución china, que degeneró en otra revolución llamada Revolución cultural. Nombre aberrante que sirvió de mampara para asesinar a millones de chinos por motivos tan absurdos como leer libros cuyo autor no era Mao.

¿Dónde dejan el dolor de los cubanos? Allí, dos dinosaurios de los cuales ya se extinguió uno, sacaron del poder a un oscuro dictador. La gente ingenua los apoyó hasta que ya era tarde. Hoy, después de 58 años, 25% de la población cubana ha emigrado de ese hueco negro en que los hermanos Castro transformaron una hermosa isla.

En Cuba se hizo una revolución, entre otras cosas, para acabar con la prostitución y la opresión que existían cuando Batista, el dictador anterior. Hoy, su gran logro ha sido arruinar los cultivos de caña de azúcar y tener las putas más tristes y cultas del mundo. Las jineteras, en su mayoría, son mujeres universitarias que cambian su cuerpo por comida, pasta de dientes o ropa. Estamos a punto de que esa tragedia nos ocurra.

En Venezuela hay miseria. La gente come basura. Hay epidemias e hiperinflación. No hay medicamentos ni dinero en efectivo… Dios no lo quiera. Ojalá y me equivoque, pero podría pasar que aquí, como en Cuba, la prostitución sea la vía para conseguir comida o jabón para bañarse.

Por cierto, ¿usted cree que no tiene un número puesto?… Mire su espalda.


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