En estos momentos atravesamos un gravísimo contexto de colapso. El régimen de Nicolás Maduro ha destruido la infraestructura básica del Estado y la caída del sistema eléctrico ha agudizado la emergencia humanitaria a niveles extraordinarios.

Se están produciendo muertes en hospitales públicos, pérdida de alimentos y medicinas por falta de refrigeración. Bloqueos informativos y cese de actividades comerciales, educativas y laborales. No hay transporte. Se suceden saqueos en el país y distintas comunidades protestan ante la situación insostenible.

Esto no es producto de conjuras o complots del discurso oficial, son las consecuencias del enorme colapso ocasionado por este régimen.

De manera criminal el régimen usurpador intenta aprovechar esta tragedia. Evade su responsabilidad y la de quienes lo apoyan inventando una situación de sabotaje externo. Criminaliza al país que lo rechaza y recrudece la persecución, además de activar a grupos paramilitares.

El país ya no soporta esta situación.

Salir del gobierno usurpador y entrar en una transición democrática se ha convertido en una necesidad vital para todos los venezolanos.

Por ello, hoy más que nunca perseveramos en nuestros esfuerzos en la ruta liderada por el presidente interino, Juan Guaidó, de cese a la usurpación, gobierno de transición y elecciones libres.

La red de Voluntarios por Venezuela continúa activada y articulándose. Se mantienen las asambleas para organizarse y combatir la tragedia actual, así como canales confiables de información.

La crisis eléctrica ha impedido la apertura de muchos de nuestros comedores de Alimenta la Solidaridad, debido a la dificultad de acceso al agua. En estos días hemos visto cómo las comunidades, organizaciones y diferentes sectores de la sociedad nos han apoyado contribuyendo con envases y agua. El día miércoles nos donaron dos cisternas. La Red Solidaria y de Líderes del movimiento Mi Convive continúan movilizándose para mantener sus labores en las comunidades y seguir produciendo almuerzo para más de 7.500 niños.

La solidaridad y la articulación de las personas es vital en este momento. Un ejemplo de esto, que pudimos ver este martes 12, fue la respuesta que desde la sociedad se le dio al secuestro por parte del Sebin del periodista Luis Carlos Díaz. El visibilizar por las redes y medios de comunicación este hecho, así como las denuncias y protestas realizadas por su compañera Naky Soto, lograron la liberación del periodista en horas de la noche.

Pero este es solo un caso entre cientos de detenciones ilegales y de hostigamientos a civiles que continúan produciéndose desde el gobierno usurpador. Rechazamos de manera contundente su narrativa de acusaciones y complots, así como su política dictatorial de persecución y represión. De nuevo llamamos al Ejército y a las fuerzas de seguridad a que cese su participación en actos violatorios de los derechos humanos. De igual forma, reiteramos la exigencia a que impidan el libre accionar de grupos paramilitares y los convidamos a que se sumen al país democrático que ya no soporta esta espantosa situación.

Debemos impedir la proliferación de la violencia y evitar episodios que profundicen el caos. Según datos de Fedecámaras señalan que los actos de vandalismo en Maracaibo en estos días han afectado a más de 400 establecimientos. Esto dificulta las posibilidades de recuperación y afecta a numerosas comunidades en el ya crítico acceso a víveres e insumos. La violencia solo favorece al régimen y le ayuda a mantener el actual estado de desastre e incertidumbre. Debemos enfrentarla desde la articulación organizada y la solidaridad.

Es la hora del cambio. Venezuela quiere salir de esta situación causada por una camarilla dedicada a destruirla. La continuidad del régimen destructivo debe terminar, al igual que su ataque criminal contra la población. Nuestros esfuerzos para detenerlo hoy se renuevan con más fuerza y compromiso.


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