I

Los hechos

El Cicpc allanó la residencia de Lilian Tintori de López para requisar un dinero que estaba en un vehículo propiedad de esta y de allí se le abrió un proceso judicial que cursa por ante el Juzgado 48 de Control de Caracas que, anuncian, será bajo imputación del delito de terrorismo tipificado en la Ley Especial dictada por la Asamblea Nacional bajo la presidencia de Diosdado Cabello y la cual establece una pena de 15 a 25 años de prisión, ley de corte absolutamente fascista hecha con el evidente propósito de perseguir a la disidencia.

El dinero requisado habría sido entregado a Tintori de López por dos altos funcionarios del Banco Occidental de Descuento adscrito al Ministerio de Finanzas, y quienes por el mismo hecho paralelamente están siendo juzgados por otro tribunal y bajo otra ley: el Tribunal Segundo de Control de Caracas donde ya les impusieron medidas de prohibición de salida del país y presentación ante el tribunal cada 15 días. A estos les imputaron el delito de “apropiación o distracción de recursos de una institución bancaria en provecho propio y de un tercero” tipificado en la Ley General de Bancos y que conlleva una sanción de 8 a 10 años de prisión.

II

El derecho

Es un principio de derecho procesal “la no división de la continencia de la causa”, lo cual significa que no se puede seguir procesos diferentes cuando hay conexión de los hechos, como en este caso ocurre, ya que se podría llegar a sentencias contradictorias como, por ejemplo, que los funcionarios del banco no incurrieron en sustracción ilícita del dinero y absolverlos, pero que la señora Tintori sí incurrió en ilicitud en su inmediata tenencia y condenarla. Por esto resulta un absurdo jurídico la pretensión de juzgar el mismo hecho por tribunales diferentes y bajo leyes diferentes.

Hay otros razonamientos jurídicos importantes contra ese procedimiento pero no son de fácil comprensión para los lectores no abogados que es a quienes este escrito dirijo.

III

La trama

Al margen de lo anterior caben las siguientes reflexiones e interrogantes: ¿Los dos funcionarios del banco que acusan de haberse hurtado ese dinero y haberlo entregado a la señora Tintori de López actuaron por sí solos o bajo instrucciones superiores? ¿Qué hicieron con la contraprestación que deben haber recibido a cambio? ¿No hay mecanismos de control en ese banco que impida a sus funcionarios hurtarse así los dineros depositados en él? ¿Así de inseguro es ese banco?

Dado que el Cicpc fue el que actuó allanando la residencia de Lilian Tintori tan pronto el vehículo ingresó en ella es obvio que con anticipación estaban informados y que le hacían seguimiento, es decir, que se trató de una operación planificada. Pregunto: ¿hubo autorización judicial para montar esa celada? ¿Hubo una orden de allanamiento de un juez? ¿O todo ha sido un conjunto de arbitrariedades de las que vician el proceso judicial ratificándose así las múltiples denuncias que en ese sentido ruedan por todo el mundo y de las que hasta la ONU está condenando?

También llama la atención la rápida actuación sobre los 2 funcionarios del banco que habrían entregado el dinero a Lilian Tintori quienes ya están imputados antes que ella, pero sin ir presos, solo con prohibición de salida del país y presentación cada 15 días, a pesar de que la pena máxima para su acción tiene prevista cárcel por 10 años, lo cual por lo general impide el otorgamiento de tales medidas; ¿por qué esa especial consideración con las personas que participaron tan decisivamente en los hechos? ¿Esos funcionarios del banco siguen trabajando en él o fueron despedidos?

Y por allí muchas otras preguntas cabría hacer en la audiencia correspondiente si es que estuviéramos en un sistema de derecho y de justicia, que sabemos que no es así. Esto es una burda trama político-policial, una patraña con la que buscan presionar a Leopoldo López a determinadas exigencias del gobierno. La amenaza de llevarle a la cárcel a su mujer, que además está embarazada, no es cualquier cosa. Al margen usan esa maniobra para desprestigiar a factores de oposición colocándolos dentro de la misma categoría corrupta de quienes han acabado con el país en esta pesadilla que lleva de 18 años de duración.

IV

Precisión

Lilian Tintori de López es una mujer que lo ha dado todo en defensa de la libertad y la democracia, ha desempeñado una incansable lucha por la libertad de su esposo y de todos los demás presos políticos, su dignidad merece reconocimiento. Creo sí, que en este caso ella ha errado y sería lo único a reclamarle, el haberse confiado de unos truhanes para retirar su dinero a través de ese banco de donde obviamente partió la componenda para la “misce en escena” de la delincuencial camarilla gubernamental.

Repudio es lo que merece esta nueva innoble arremetida gubernamental de insoportable tufo castrista.


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