Una distinguida y respetable periodista internacional que trabaja en una destacada cadena mundial de comunicación hacía la siguiente pregunta a través de su cuenta en Twitter: “¿Cómo se explica que en la #Vzla del desastre económico, político, DD HH, escasez, corrupción, inseguridad y descontento ‘arrase’ el oficialismo?” (@patriciajaniot, 16 de octubre de 2017).

A continuación se ofrece una versión o explicación de tal paradoja electoral.

En Venezuela se tiene una situación alarmante de hambruna y desnutrición. Cada día aumentan las escenas en las que miles de venezolanos buscan su sustento diario entre los basureros o “inventan” cualquier ardid para tratar de solucionar su grave problema de hambre.

El “hambre” puede definirse como aquella sensación fisiológica o psicológica que induce a comer. Sin embargo, cuando se presentan trabas o limitantes para lograr satisfacerla, en el organismo del individuo se activan procesos neuronales y hormonales que lo pueden conducir a instintos primitivos de supervivencia. A tal efecto, “ni siquiera Dios puede hablar a un hombre hambriento, si no es en términos de pan”, dijo Mahatma Gandhi. Además, “el hambre es el primero de los conocimientos: tener hambre es la cosa primera que se aprende… Por hambre vuelve el hombre sobre los laberintos donde la vida habita siniestramente sola. Reaparece la fiera, recobra sus instintos, sus patas erizadas, sus rencores, su cola”, escribió Miguel Hernández en su poema “El hambre”.

Resulta innegable la capacidad del régimen gubernamental para administrar a su antojo las emociones, sensaciones y acciones de los venezolanos. Para ilustrar tal premisa se considera la relación socioeconómica y política entre los módulos estratégicos “carnet de la patria” y el “CLAP”, que en conjunto tienen bajo una posición de dependencia u “obediencia” a más de 20 millones de venezolanos.

Téngase en cuenta que para enero de 2017 el gobierno calculaba repartir 41.300 toneladas (o 41.300.000 kilos) de alimentos semanales en el primer semestre del año. Si cada bolsa de productos tenía un peso aproximado de 16 kilos, entonces es posible que se hayan atendido 2.581.250 hogares por semana (41.300.000 kilos / 16 kilos); asimismo, si suponemos que cada 15 días las familias recibieron este “beneficio”, entonces se logró llegar a 5.162.500 hogares al mes, lo que equivaldría a 20.650.000 venezolanos si calculamos 4 personas por hogar.

Hallazgo Nº 1: la población venezolana que depende de este subsidio directamente, en cierta forma se siente “agradecida” con el gobierno nacional.

Si para ese momento eran 7 los productos de la caja (incluía 4 kilos de harina de maíz, 2 kilos de azúcar, 2 kilos de arroz, 2 kilos de leche en polvo completa, 2 kilos de caraotas, 1 kilo de pasta y 3 litros de aceite de soya) a un precio de 10.000 bolívares, no obstante que su valor en el mercado era de 61.000 bolívares, se estaría hablando de un subsidio mensual (61.000 bolívares – 10.000 bolívares) que alcanzó el monto calculado de 526,57 millardos de bolívares (51.000 x 10.325.000).

Hallazgo Nº 2: un subsidio que pudo haber “favorecido” otros fines diferentes al consumo directo de los hogares y ser destinado a la “especulación”.

Asimismo, siendo conservadores y asumiendo que solo 30% de lo que comemos proviene del exterior, entonces se requería para adquirir alimentos 157,97 millardos de bolívares o 15,79 millardos de dólares al cambio Dipro. Ahora bien, al tipo de cambio que regía el 14 de enero de 2017 (un peso por un bolívar), con los 157,97 millardos de bolívares se podían comprar al menos 157,97 millardos de pesos colombianos, que potencialmente pudieron haber sido utilizados con amplio “poder de negociación” ante los comerciantes fronterizos (en contra del mismo flujo económico colombiano y en detrimento de la reactivación-diversificación del aparato productivo venezolano) para surtir cualquier sistema de empacamiento y distribución de alimentos “subsidiado” a la población venezolana.

Hallazgo Nº 3: aprovechando las “bondades” que el tipo de cambio oficial ofrece, se pudo haber generado una ganancia cambiaria cercana a 14,36 millardos de pesos colombianos o 48,36 millones de dólares.

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@tipsaldia


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