Todos nacemos con el derecho natural de ser libres. Con la crisis mundial, generada por el covid-19, entendemos la importancia de que podamos elegir lo que queremos para nuestra vida en todos los ámbitos.

El mundo está encerrado en sus casas, dirigido por unos poco que muchas veces no cumplen bien con su trabajo. A pesar de las dificultades, esta ha sido y es una oportunidad de crecimiento en la que se ha demostrado lo mejor del ser humano. Pero también es un momento que sirve para replantearnos la necesidad de que nuestras sociedades gocen de las libertades y riquezas necesarias.

La pandemia pareciera que le ha dado el control a los Estados sobre sus ciudadanos. Sin embargo, se pudiera convertir en todo lo contrario. A medida que avanza la crisis económica, se entiende aún más lo necesario que es contar con la libertad del individuo que genere riquezas a la sociedad.

Ante las decisiones de los gobiernos, se abren los debates sobre cuáles ideas son las que dan mejor respuesta a la situación. Los países con mayores libertades son los menos afectados y continúan con medidas de seguridad, pero sin un confinamiento total. Se convierten en ejemplo para otras sociedades que tienen sistemas menos libres.

La cuarentena no solo nos dejará la lección de que es necesario tener líderes capaces y que apuesten a la libertad ciudadana, económica y comercial. Sino que además nos recuerda que necesitamos relacionarnos, compartir y estar globalizados.

Al final, el covid-19 deja daños muy grandes no solo en la economía sino también en las sociedades. Pero al mismo tiempo ha dejado la necesidad de repensar nuestros sistemas. El mundo quiere volver a las calles, sentir de nuevo la libertad y con ello vendrán cambios en nuestra política y globalización.

Nada será igual. Ahora valoraremos más los abrazos y el compartir en persona, seremos más sensibles, pero de igual manera más fuertes. Pero también seremos más exigentes con los políticos para que sean personas más capaces y en lugar de promesas, se comprometan a cumplir con su trabajo.

Los humanos hemos aprendido lo suficiente de esta difícil situación y no ha sido en vano. Aprendimos lo anhelada y necesaria que es nuestra libertad.


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