“Adolescentes de Venezuela de 14, 15 y 16 años de edad recibirán formación científica y tecnológica en Irán como parte de un convenio entre el país caribeño y el persa, informó este jueves el presidente de la nación suramericana, Nicolás Maduro”. Así reseñó la prensa internacional el anuncio de Nicolás Maduro al momento de dar la noticia de que “han sido invitados para que enviemos grupos de jóvenes venezolanos, bachilleres o en el quinto año (de educación secundaria) para ellos darles talleres y cursos de ciencia, de avance tecnológico». Bien se sabe cuál es la naturaleza de ese régimen y en qué disciplina adiestran a los jóvenes que enrolan para utilizarlos como «lobos solitario» protagonistas de actos terroristas.

Pero eso no es un hecho aislado. Esas negociaciones vienen desde los tiempos en que Chávez suscribió acuerdos de mutua cooperación con los jerarcas iraníes que han dado pie a que grupos de esos predios se instalen a sus anchas en el Arco Minero venezolano a la vez que se acomodan con sus equipos bélicos en puntos estratégicos de nuestro territorio.

Esas andanzas tienen muchas referencias como la deplorable tarea de la guerrilla colombiana que opera en diferentes ámbitos nacionales de captar a jóvenes en la frontera entre Venezuela y Colombia. Un ejemplo específico es lo que se viene haciendo en el estado Táchira, en donde estos grupos invadieron los municipios Antonio Rómulo Costa y Seboruco, respaldados por el régimen de Nicolás Maduro. La narcoguerrilla está instalada en muchos municipios: Michelena, Rómulo Costa (Las Mesas), Seboruco y José María Vargas (El Cobre) son límites con el páramo; lugares donde se ha estado consolidando el ELN. Lugares como La Cúspide están tomados por la guerrilla. Esa denuncia la hizo oportunamente Javier Tarazona, presidente de Fundaredes.

Las denuncias han sido divulgadas por diferentes medios de comunicación revelando que “en los municipios de la zona norte del Táchira se sabe que a los jóvenes reclutados por la guerrilla para entrenarlos», les pagan. Alexander, un joven tachirense, le contó a Infobae: “Es cierto, la paga es buena, pero la experiencia puede también ser aterradora. Apenas uno llega al campamento mencionan con nombre y apellido a nuestros padres, hermanos, hijos, novia, según sea el caso, e inmediatamente advierten que deben mantener silencio de todo lo que vean, hagan u oigan en el campamento. Al más fuerte le da miedo pensar que hasta tus viejos están en peligro por algo que uno diga o haga”. Así lo reseña el portal de noticias La Patilla.

Alexander agrega que «para el entrenamiento se fija una acción, que consiste en que unos 5 hombres bien armados, toman una finca por 8 o 10 días. No maltratan a los propietarios, pero sí los obligan a colaborar para que les den toda información posible, aún la más mínima, sobre el sector, vías de acceso, propiedades de los dueños de las otras fincas, la ubicación y todo detalle que consideren relevante”.

El jueves 15 de septiembre, el diputado Carlos Paparoni participó en la 21º Cumbre Mundial contra el Terrorismo, evento realizado en Israel. Su conferencia se basó en ofrecer detalles de las operaciones del terrorismo en Venezuela. En  esa cumbre, Carlos Paparoni dijo que se utilizan las sedes diplomáticas manejadas por la dictadura venezolana, caso concreto de la Embajada de Venezuela en Siria, “para tramitar y entregar más de 10.400 nacionalidades a personas nacidas en Siria, Líbano e Irán”. Paparoni aseguró que “al menos, 6 de estos pasaportes habrían sido entregados a miembros del grupo Hezbolá”.

¿Puede alguien abrigar la más mínima duda respecto a la naturaleza terrorista del régimen madurista?

@alcaldeledezma


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