Corte Penal Internacional absolvió a criminal de guerra

Jean Pierre Bemba, que fue vicepresidente de la República Democrática del Congo y jefe del Movimiento de Liberación, dirigió una matanza que dejó más de 5.000 muertos entre 2002 y 2003, en aquella república centroafricana, donde ocurrieron confrontaciones políticas. Aquella horrible orgía de sangre y muerte fue denunciada ante el entonces fiscal de la Corte Penal Internacional, el abogado argentino Luis Moreno Ocampo, quien después de muchas vueltas abrió una investigación que desembocó en la acusación formal que llevó la nueva fiscal Fatou Bensouda. En marzo de 2016 fue dictada la condena a 18 años de cárcel contra el acusado y hoy la Sala de Apelaciones ha anulado aquel fallo, el acusado ha sido absuelto de los cargos fiscales; el motivo es que hubo vicios en la acusación, que esta no contempló los hechos en los que se dictó la condena.

A esta Fiscalía se le olvidó que el primer deber del acusador es especificar los hechos en que se basa la acusación y enhebrarlos con la calificación jurídica que corresponda, no lo hizo así, obró como una babieca con manifiesta falta de capacidad profesional. Esto es muy difícil catalogarlo como un error, huele a actuación dolosa para favorecer al autor del crimen.

“La acusación no fue elaborada de modo confiable”

Eso dice la sentencia absolutoria, lo cual es una clara acusación contra el fiscal que la elaboró y la fiscal que le sucedió en el cargo, el abogado argentino Luis Moreno Ocampo y la abogada gambiana Fatou Bensouda.

Luis Moreno Ocampo fue el mismo que cerró  de un solo plumazo, sin investigar, más de 20 denuncias interpuestas contra Hugo Chávez y Nicolás Maduro; el mismo que durante 9 años en el cargo solo imputó a 4 criminales de guerra; el mismo que fue descubierto recibiendo dinero de un testaferro de un imputado; el mismo al que se le encontraron dineros secretamente guardados escondidos con tres empresas en paraísos fiscales de los Panamá Papers y quien solo dio como excusa: “Mientras yo ocupaba el cargo mi salario no era suficiente”; el mismo que recibía millonarias sumas de dinero del magnate petrolero libio Hassan Tatanaki, quien era investigado por esa Fiscalía, y Fatou Bensouda fue su vicefiscal, su segunda en ese cargo durante nueve largos años.

La sentencia de primera instancia también se pronunció contra el fiscal Moreno Ocampo

En aquel fallo condenatorio el tribunal de primera instancia de la CPI hizo pronunciamiento expreso sobre irregularidades como la compra de testigos y de lo cual responsabilizó al fiscal Luis Moreno Ocampo, la nueva fiscal Bensouda acusó el golpe y anunció que le haría una investigación, pero no lo hizo y con ello avaló la inmoralidad, claro, se trataba de su protector, del hombre que la promocionó primero para que la nombraran con su segunda al mando y luego para que la nombraran como su sucesora, toda una gran deuda.

La fiscal Fatou Bensouda

Ella era la vicefiscal de Moreno Ocampo por 9 años, estuvo al tanto de todas esas artimañas del pícaro, eso adjuntado a que fue nombrada a instancias de un abominable dictador de Gambia, en África,  de nombre Yahya Jammeh, quien desde un principio de su criminal mandato estuvo en su círculo político más íntimo. La puso de directora adjunto del Ministerio Público, procuradora general, secretaria jurídica de la República, fiscal general y hasta ministra de Justicia. De allí pasó a órdenes de Luis Moreno Ocampo en el Tribunal Penal Internacional para Ruanda, quien la mantuvo hasta influenciar para que se le designara su segunda en la Fiscalía de la CPI y luego, cuando se le venció el período, la recomendó para que se le nombrara como su sustituta, hecho que ocurrió en 2012 a proposición formal del dictador criminal de Gambia, es decir, ella proviene de una dictadura corrupta, criminal, fue introducida en la CPI por un este sujeto Luis Moreno Ocampo, con quien se mantuvo actuando durante todas sus trapacerías, luego se ha desentendido de la trágica situación venezolana.

Nicolás Maduro retiró a Venezuela de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, pero se afincó en la CPI

El único gobierno que tiene embajador ante la Corte Penal Internacional es el de Nicolás Maduro, allí colocó a Haifa el Aissami, destacada por su sanguinaria actuación en el trucado proceso en el que condenaron injustamente a aquellos valerosos policías metropolitanos que salvaron tantas vidas de los francotiradores de Hugo Chávez aquel 11 de abril, esa fue su única credencial para que la pusieran en tal alto y único cargo; bueno, en realidad tiene otra, es hermana del segundo de Maduro, el vicepresidente Tareck el Aissami, requerido por Interpol bajo cargos de narcotráfico entre otros.

Y por si fuera poco, la fiscal Bensouda mantiene como asesor a Baltasar Garzón, el abogado español que fue suspendido por prevaricación de la judicatura de su país, y que en su ejercicio privado, entre otras cosas, asesora a Nicolás Maduro y también al Pollo Carvajal.

Maduro retiró a Venezuela de la Corte Interamericana de Derechos Humanos porque sus actos dictatoriales estaban siendo juzgados con imparcial dureza, pero se aferró a la Corte Penal Internacional mandando a su embajadora, una militante de su pandilla, la señora Haifa que se codea con la Bensouda a cada rato, ese es su trabajo, mantenerla agradada, mirando para otro lado sobre los crímenes de lesa humanidad que se le denuncian respecto al pueblo venezolano.

¡Qué asco!


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