La 4° Revolución Industrial (4RI) es caracterizada por la convergencia del mundo físico y el mundo virtual, que crea una economía globalmente más conectada y de innovación incesante. Es una tormenta en el horizonte cercano, llegando a una velocidad que nos deja con poco tiempo para prepararnos.

Los cambios exponenciales de la 4RI están impactando la manera como vivimos, trabajamos y nos relacionamos debido a la adopción de sistemas ciberfísicos, el Internet de las Cosas y el Internet de los Sistemas. Sin embargo, este progreso exponencial es solamente visible (y accesible) para algunos. Sus efectos varían por países y cultura, necesitando diferentes enfoques para abordar el asunto de la digitalización y la automatización.

Esta desigualdad lleva a la comunidad empresarial y los hacedores de políticas públicas a preguntarse si la futura fuerza laboral se está preparando para la 4RI.

Millones de jóvenes en el mundo están desempleados o subempleados, mientras las empresas tienen vacantes que no pueden llenar. Es un reto que tiene sus raíces en el creciente desfase entre las habilidades del futuro empleado y las necesidades del empleador.

Mientras algunos están preparándose y equipándose con las herramientas para el reto de afrontar la 4RI, otros ni siquiera saben que una tormenta se está gestando.

Entonces, ¿cómo nos preparamos para la 4RI?

La respuesta pareciera ser sencilla: con la automatización y la robótica liderando la 4RI deberíamos prepararnos en ciencia, tecnología, ingeniería y matemática (STEM por sus siglas en inglés). Sin embargo, muchos expertos coinciden en que prepararse para la 4RI tiene que ver más con flexibilidad y adaptabilidad que con un set de habilidades específicas.

La única certeza es que los empleos futuros y las habilidades necesarias para ejercerlos cambiarán continuamente. Deloitte (Global Business Coalition for Education) propone cuatro categorías fundamentales de habilidades necesarias que se deben desarrollar para enfrentar la 4RI:

  • Educación para el trabajo: Competencias en lectura, escritura y cálculo, conocimientos en el área de computación, redacción, gestión del tiempo, presentación personal, profesionalismo, ética, etiqueta y normas sociales.
  • Habilidades blandas: Comunicación, pensamiento crítico, pensamiento creativo, trabajo en equipo, adaptabilidad, iniciativa, liderazgo, aprendizaje socio-emocional, colaboración, empatía, autoestima, mentalidad innovadora y conciencia cultural.
  • Habilidades técnicas: Programación, gestión de proyectos, gestión financiera, habilidades tecnológicas en el área de ciencias básicas y otras habilidades en campos laborales específicos (Derecho, Enfermería, Agricultura, etc.).
  • Espíritu emprendedor: Iniciativa, innovación, creatividad, recursivo, resiliente, ingenuidad, curiosidad, optimismo, valiente, propenso al riesgo positivo, capacidad de ejecución

Se debe crear conciencia acerca de conectar a nuestros jóvenes (y no tan jóvenes) con la educación de calidad necesaria para enfrentar la 4RI. Una brecha mayor en los salarios, desempleo, dependencia creciente en ayudas gubernamentales y migraciones en masa son algunos de los problemas más apremiantes que se enfrentarán de fallar en capacitar a la futura generación de trabajadores de la economía impulsada por lo digital.


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