Veamos. Para clarificar un poco las cosas.

Me contó un amigo que asesora  a pequeños inversores que hace unos días el broker que maneja sus portafolios les dio una charla explicativa sobre la caída de la rentabilidad de los “papeles”.

La causa, obviamente, fue la invasión a Ucrania. El experto profundizó y explicó que los mercados no se pusieron nerviosos cuando se conoció la decisión de Putin: calculaban que eso llevaría 4 o 5 días. Putin también. La volatilidad e incertidumbre se generó en las mercados por la resistencia de los ucranianos. En definitiva, por la conducta de su presidente Volodimir Zelenski. Digamos, un caprichoso el Volodimir este.

Lo del broker, empero, me pareció algo frívolo, por decirlo de alguna forma. Propio de un neoliberal, capitalista; un reverendo hijo de… (bajemos un cambio). Tiene razón el Foro de Sao Paulo.

Pero hete aquí que a los pocos días leo que Lula, el futuro presidente de Brasil, según dicen, en unas declaraciones a Time sostuvo que Zelenski es tan responsable como Putin de la guerra. ¡Epa! “Él (Volodimir) quiso la guerra”, afirmó el brasileño. Añadió que “si no quisiera la guerra habría negociado”. ¿Qué? ¿La rendición?

Para Lula la invasión fue un mero error. Un error de cálculo de Putin, sin duda. Ahí están los hechos, para tribulación del broker. Ahora, calificar de error semejante atropello, se necesita ser muy hijo de… (bajemos un cambio otra vez).

Yo, personalmente, me inclino más por lo que dicen los ucranianos: “Estos (lo que hace Lula) son los intentos de Rusia de distorsionar la verdad. Es simple: Rusia ha atacado a traición a Ucrania, la guerra es solo en territorio de Ucrania, Rusia mata masivamente a civiles. Guerra clásica de destrucción y ocupación”. En cualquier momento nos enteramos de que las tropas rusas, Putin y las “fake news” de Lula están financiadas por Odebrecht.

El obrero de traje de alpaca y varias residencias para su uso y abuso, embalado, no se frenó ahí: dijo que en realidad la culpa fue de Estados Unidos y de Joe Biden.

Eso lo dijo Evo Morales desde un principio. Son del mismo palo, pero igual me sorprendió que el brasileño se plegara al boliviano. Como se sabe, Evo entre otras interesantes afirmaciones ha dicho que los pollos, la cocacola y la papa holandesa favorecen la homosexualidad y hacen caer el pelo. ¿Lula también está en esas?

La originalidad de Evo no para ahí: cuando era presidente, nombró un juez en el Tribunal Constitucional de Bolivia, Gualberto Cusi, quien decidía sus resoluciones y dictámenes, con el novedoso sistema de dejar caer una hoja de coca al piso. Según del lado que caía, este destacado magistrado y jurisconsulto tomaba su decisión.

Este método sí que lo podría adoptar Lula: deja caer la hoja de coca y si la cara más brillosa queda hacia arriba, el culpable de la guerra es Zelenski; ahora, si por el contrario es la opaca, entonces el culpable es Biden. Propio de la lógica, el doble discurso y la moral progresista y bolivariana.

Por último, no me resisto a darle una manito a Lula. Vi por la televisión que está buscando acuerdos para asegurarse una mayoría legislativa, por si gana. No sé por qué dar esas vueltas, hay un mecanismo mucho mejor. Le paso el dato: es conocido como “el mensalao”, asegura los votos necesarios y no tiene costo; se paga con plata del Estado. Por si le interesa, le doy un nombre, José Dirceu. Lo tiene que conocer, seguramente. En Brasil se conoce todo el mundo.


El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!