Cualquier elección con el usurpador en el poder constituye una señal de normalización de un país que se encuentra sumido en un caos provocado por la corporación criminal. La mesita es algo vergonzoso que produce asco, sus representantes se dirigieron al TSJ usurpador para que declare la omisión legislativa y proceda a designar un nuevo CNE con miras a organizar unas elecciones parlamentarias. Resulta obligante para la dirección política de la disidencia interpretar el sentir colectivo y denunciar el despropósito llevado a cabo por unos pobres diablos tarifados al servicio de la ignominia. Cómo se puede llegar a un nivel de indignidad al de esos mercachifles de la política que sus nombres todos conocen. Cualquier sentencia que dicte el referido adefesio judicial emitida por unas personas que usurpan la condición de magistrados serían inexistentes, nulas e írritas.

La Unión Europea apoya a la legítima Asamblea Nacional y descarta por inconstitucional la sentencia írrita que reconoce a una directiva chimba con Parra de presidente y además deja constancia de que el camino para resolver el desastre actual son unas elecciones presidenciales con observación internacional.

La razón de la existencia de Guaidó como presidente interino es el cese de la usurpación, la Constitución lo dispone de esa manera al producirse una falta absoluta del presidente; asimismo considera irritas las elecciones convocadas por una falsa constituyente en mayo de 2018, que desembocaron en la usurpación.

Si no hay soberanía nacional no puede haber soberanía popular. Lo primero es recuperar el control institucional del territorio, hoy fragmentado y somalizado por bandas irregulares.

La legítima Asamblea Nacional en lugar de interceptar la voluntad popular debe más bien interpretarla, para representarla cabalmente. El clamor ciudadano demanda del Parlamento un mensaje claro y contundente a la comunidad internacional, como sería autorizar el empleo de misiones militares extranjeras en el país, previsto en el artículo 187.11 de la Constitución. Solo una fuerza creíble se transformará en amenaza persuasiva. Lo demás es caer en la irrelevancia de consentir por omisión mayores degradaciones al ser humano. Sitiar al señor feudal usurpador es el camino.

La corporación criminal realizó la hazaña al revés de convertirnos en un ex país petrolero, ni la peor pesadilla hace 21 años nos llevaría a imaginar que llegaríamos a ese nivel, la industria petrolera está hondamente ligada al ser venezolano.

Los abogados de Maury Carrero Mendoza, la catequista de 40 años detenida arbitrariamente hace más de 60 días, no tienen acceso al expediente ni a la actuación del Ministerio Público. Se le niega el debido proceso al no haber despacho en los tribunales. Solamente sus abogados han logrado consignar un escrito solicitando la sustitutiva de libertad. Lo de Maury constituye técnicamente una desaparición forzada. Su caso se ha denunciado ante el grupo internacional de desapariciones forzadas. No se ha informado el lugar donde se encuentra detenida.

El número de desapariciones forzadas llega a la cifra récord de 14.

Pocos dudan de que el régimen forajido haya causado la desolación de todos los planos de la existencia y pervertido el alma humana.

¡Liberen a Maury! ¡No más prisioneros políticos, torturados, asesinados, ni exiliados!


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