Jamás en su historia ha estado Colombia en tan grave peligro como el actual. En las próximas elecciones se jugará la paz, la libertad y la democracia en el país. El comunismo internacional ha enfilado todas sus garras venenosas para destruir la democracia colombiana y lamentablemente está a un solo paso de lograrlo.

El proyecto internacional del socialismo del siglo XXI, planificado por Fidel y Lula, o sea, que es una obra del comunismo cubano, está retoñando, no pudo con Colombia a principios de siglo debido a la tenaz obra de Álvaro Uribe. Desgraciadamente, la mendaz campaña del farcsantismo a través de la politización de la justicia ha hecho mella, no tanto como lo que se quería, la destrucción total políticamente de Uribe, ya que los intentos de asesinarlo de las FARC fueron infructuosos, sin embargo, Uribe sigue siendo el popular e influyente líder colombiano, menguada su popularidad, sí, pero no aniquilado como lo quieren sus enemigos.

Pero esta vez el socialismo del siglo XXI está más cerca del logro de su objetivo, el Acuerdo de Paz que le entregó el país a las FARC ha logrado bajar las defensas del país frente al totalitarismo, ya es normal que los narcoguerrilleros comunistas cogobiernen el país y que sus dictámenes sean parte del hilo constitucional. El marxismo cultural ha inoculado en buena parte de la población antivalores que propician el triunfo de los enemigos de la democracia, paralelo a esto, la han creado un estado de descontento y anarquía social. Todo esto ha hecho posible que la candidatura de un terrorista, corrupto y megalómano como Gustavo Petro tenga la favorabilidad de una buena parte del electorado.

Ante esta situación de lucha existencial no valen términos medios: o se está con la democracia, o se está con el totalitarismo. En esta lucha Colombia tiene la ventaja de haber sido la excepción latinoamericana, acá ni los caudillismos militares del siglo XIX ni las dictaduras del siglo XX han germinado, esto nos da la esperanza de que tampoco el socialismo del siglo XXI se implante en Colombia.

Pero no hay que confiarse, hay que luchar con todas las fuerzas y con todos los medios para lograr la supervivencia de la democracia colombiana. Lamentablemente a este estado de cosas se ha llegado por falta de unidad en el liderazgo. En un artículo anterior (https://www.elnacional.com/opinion/liderazgo-irresponsable-va-a-llevar-a-colombia-al-socialismo-del-siglo-xxi/) señalaba: “Para mí es sencillamente inexplicable que el liderazgo colombiano no haya interiorizado que se está en una guerra frente al socialismo del siglo XXI y que se debe actuar en la perspectiva de una lucha existencial entre la vida y la muerte de la República y no ante una elección cualquiera”.

Ya estamos a las puertas del inicio de la campaña y no hay humo blanco en ese sentido. Se inició bien con la conformación de la alianza Equipo por Colombia de la centro-derecha, era lógico y natural que esta incluyese a todos los sectores antisocialismo del siglo XXI, y así se veía venir cuando sus líderes señalaban estar abiertos a todos los que tuviesen el mismo proyecto de democracia liberal para Colombia. Increíblemente esto no se ha logrado hasta ahora. Han primado los egos e intereses personales sobre el bien de la patria. El problema es que la predominancia de mezquinos intereses, el no querer una unidad total por miedo a ver desdibujadas sus aspiraciones, conlleva a la implantación del totalitarismo comunista del socialismo del siglo XXI en Colombia.

Es inaudito que líderes políticos de la experiencia y talante de esos precandidatos no vean el peligro personal y nacional de Petro en la presidencia. Están obnubilados por el mito de que “Colombia no es Venezuela”, como en Venezuela en 1998 se decía que esta no era Cuba, pues sí, Colombia si es Venezuela, como también lo son Nicaragua y Bolivia y están en camino de convertirse Perú y Chile. En todos estos países de Chávez para abajo negaron ser comunistas y acabar con la democracia. ¡El colmo es que Petro no disimula y ni así estos precandidatos ven el peligro!

Increíble que domine una de estas dos situaciones: 1) que se crea que Petro no es un peligro, ¡qué delirio! O peor aún 2) que crean que pueden llegar a ser presidentes sin unión. Si no se llega con un solo candidato de la centro-derecha a la primera vuelta pasará lo de Chile, llegarán de tercero y cuarto lugar, cualquier fesólogo serio se lo dice, supongo que cada uno de ellos lo tienen, luego o los están engañando o no les hacen caso, ambas posibilidades de extrema gravedad.

Hablando directamente, Char llorará cuando Petro le expropie Olímpica y él y los demás pagarán con sangre cuando los ponga presos o tengan que exiliarse, no crean en promesas apaciguadoras, el totalitarismo es un trapiche y acaba con todos los enemigos y colaboradores, el chavismo asesinó a Baduel, el que retornó a Chávez a Miraflores cuando estaba preso, Fidel acabó con todos sus colaboradores, excepto Raúl, eso es lo que les espera.

Llegó el momento de la verdad: o el Equipo por Colombia acoge a todos los precandidatos de la centro-derecha o serán los culpables de la implantación de la tiranía comunista del socialismo del siglo XXI, no hay alternativa: la unión para presentar un candidato único en la primera vuelta es sí o sí, dejen el miedo a Zuluaga, es deber formar una coalición programática para dirigir los destinos de Colombia dentro de un régimen de democracia liberal. Si les gana Zuluaga, igual serán gobierno y tienen posibilidades en el futuro, de repente no les gana y uno de ellos es el próximo presidente y los otros conservarán sus posibilidades en el futuro; pero si gana Petro no habrá más democracia liberal en Colombia, la tiranía del socialismo del siglo XXI los expropiará, encarcelará o exiliará. Aún soy optimista, pues la esperanza es lo último que se pierde, tengo el presentimiento de que la sensatez predominará en el Equipo por Colombia y que en las primarias de marzo elegirá al candidato único de la centro-derecha que será el próximo presidente de Colombia.

 

 


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