Confieres mandatos a quienes [expeditos] anunciarán su reinado en tu lugar de nacimiento, al cual llaman ellos llaman Propiedad Comunal, pero no tan grave como la abrupta enajenación de tu existencia, centros de enseñanzas, y la expatriación de tus parientes.   

No olvido que, en el curso de la segunda mitad del siglo XX, los analistas políticos inferían en redor de lo que significan las representaciones políticas. Los métodos proselitistas suelen colisionar con la realidad, el [auto]investido líder no busca poder de mando para impartir justicia: que no solo implica castigar, reparar, corregir o reorientar a miembros de una sociedad. No entiende lo que significa recibir un mandato. Cuando alguien lo ilustra al respecto, habla de lealtad y traición.

Para que un sistema de gobierno sea realmente representativo y participativo, a quienes lo hayan instaurado los ciudadanos tenemos derecho de intimar para mantenerlos apartados de tentaciones mesiánicas e igual de la creptocracia. Pero, la dramática entre mandante y dador de mandatos culmina en un hartazgo de la Historia Política: el fracaso. Conferimos para que atrofien al Estado de la nación, se apropien de tesoros públicos y prohíban de ellos por formular reclamos. Con tropas adoctrinadas y serviles, atacarán al pueblo. El sentido de la oportunidad en cleptocracia plagada de ambiciosos no es discreto, muestra fauces.

Los motivos y oportunidades para emprender a favor de una comunidad organizada no son idearios, solo impulsos sociales para la supervivencia. La cohabitación, que, temprano, alguien asomará en pláticas, enciende la praxis política capitaneada por asesinos, avaros y usureros. Todos los seres humanos vivimos henchidos de pretensiones que pudieran ser favorables. La filantropía no lucra y resiste en curso de colisión. Los enemigos de la igualdad ciudadana ante el Estado [monumento del orden social y depositario-custodio de las riquezas públicas para su repartición equitativa entre individuos] seducen fácil a los benévolos, invitándolos a mirar historietas en las cuales ellos son héroes de procedencia totémica. Aseveran tener legado religioso, sistematizado en la dominación de comandancia suprema que inicia suave y evoluciona cruenta. Decantan ventajas que son improperios. Pronto golpean con el parque de pertrechos, que modernizan mientras empobrecen a cautivos. En cualquier república, los que logran apropiarse de la Tesorería Nacional y Parque de Armas irán por ti para esclavizarte. Son ladrones, parientes de arrastracueros.

En Venezuela, nada indica que los pleitos entre proselitistas tengan la finalidad de mantener la dominación de una izquierda política-proletaria. No asoman, tampoco, esclarecidos pro capitalistas. Mediante la fuerza, impusieron un régimen cleptocrático [establecimiento del poder fundamentado en el robo, peculado, nepotismo, corrupción, clientelismo]

@jurescritor


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