El pasado domingo 21, los habitantes de La Victoria, Apure, amanecieron asustados. Bombardeos y ametrallamientos se escuchaban desde el sábado y los rumores abundaban y volaban.Hasta ayer miercoles, todavía se escuchaban explosiones y disparos. A este tradicionalmente pacifico poblado, llegó la tragedia del crimen organizado y cientos de sus habitantes se unen ahora a la forzada ola de migrantes venezolanos hacia territorio colombiano.

Los actores en escena

Cruzando 50 metros del río Arauca, al frente de La Victoria, en Colombia, está Arauquita,  refugio del ELN desde los ochenta y área delincuencial del cartel 10 de las FARC. En este extenso municipio, elenos y farianos se matan por temporadas y por otras se alían, al vaivén de los negocios y del humor de los cabecillas, quienes vivían y descansaban en La Victoria. Esa situación viciosa se complicó con un nuevo actor, el chavismo y sus FANB, que enriqueció al ELN a cambio de que impusiera el orden en el Arco Minero del Orinoco. Cumplió la tarea a punto de masacres, como las de Tumeremo. Hoy, los chavilenos reciben dinero de la minería ilegal y el narcotráfico, pero además distribuyen las raciones CLAP, hacen rondas con los niños en las escuelas, operan radioemisoras y están presentes en 10 estados. Alias Gentil Duarte, un refundador de las FARC de quien dice el escritor Alejandro Ovalles era el único “jefe guerrillero en conocer el lugar donde dormía Marulanda, quien no confiaba el lugar de reposo ni a los demás miembros del secretariado”, abandonó desde temprano el negociado de La Habana y decidió recrear las mismas FARC que le deformaron su cerebro juvenil en su natal Florencia, Caquetá. Su paulatino asentamiento en la caotizada Venezuela le facilitó, con recursos del narcotráfico, reclutar jóvenes y adquirir armas. Por otra parte, los “traidores” al acuerdo habanero Márquez y Santrich terminaron en Narcotalia, un nuevo y ostentoso, al menos mediáticamente, cartel que no pudo disciplinar a Duarte. Entonces, se declararon la guerra y se han venido asesinando entre ellos, a lado y lado de la frontera. El apoderamiento de lugartenientes de Duarte de municipios con sus economías agrícola, ganadera y hotelera, ha enfurecido a Márquez, gran amigo del chavismo, al cual le ha pedido apoyo para deshacerse de ese pesado rival.

Las FANB en acción

Desde agosto del año pasado, Caracas ha ordenado operativos contra células y campamentos duartianos y es ahí cuando el panorama se oscurece. Según denuncia el director de Fundaredes, Javier Tarazona: “Poderosos grupos armados irregulares y bandas criminales en la frontera (…) constantemente luchan entre sí y contra los cuerpos de seguridad del Estado por el control de los territorios y el manejo de las actividades económicas ilícitas”. Más de 500 enfrentamientos armados y más de 800 muertos durante el año pasado, es el balance que presenta esta ONG.

En combates y operaciones de asalto a los campamentos de los narcofarianos duartistas en Puerto Ayacucho en febrero y el Nula en septiembre de 2020, y el reciente en La Victoria, las bajas militares han sido costosas por comparación a las de los irregulares, a lo que se suma la pérdida de armamento oficial y mucho civil detenido. Las comunidades, muy a su pesar, son  redes de inteligencia para los narcoterroristas, imposible de desbaratar por los militares y policías. Mucho más sin la corrupción es generalizada, como es el caso de la frontera.

Las FANB alardean de mucho misil ruso amenazando a los vecinos, pero evidencian poco entrenamiento y experiencia en la real problemática de guerra irregular del crimen organizado transnacional que afecta su suelo patrio. En contraste, el gobierno colombiano bombardeó recientemente un campamento de Duarte en el Guaviare, área cercana a la frontera, que dejó 11 bajas y nadie lastimado de las Fuerzas Militares.  Pareciera que la herencia revolucionaria marxista-leninista de Marulanda está siendo borrada y se le está dando paso a la nueva realidad del narcoterrorismo chavileno y narcotalio, ambos protegidos por el gobierno cubano- venezolano. Como que un arsenal de más de 40 fusiles, armas cortas y municiones, incautado recientemente en un vehículo para el cual un general pidió protección, tendría como destinatario final al ELN. Y Santrich vive protegido en el 23 de Enero, en Caracas.

Miraflores, pues, trata de componer el tablero –léase repartir el territorio– entre chavilenos, narcotalios y duarteños, facilitando los negocios ilícitos binacionales y arriesgando un desborde armado fronterizo que puede escalar por accidente o intencionalmente, a situaciones fronterizas más complejas, de acuerdo con la estrategia de desestabilización regional diseñada desde el Foro de Sao Paulo e implementada por el Grupo de Puebla.


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