Los gobiernos “revolucionarios” de Hugo Chávez Frías y Nicolás Maduro Moros han sido los peores que han tenido los venezolanos, en los últimos cien años. Marcos Pérez Jiménez fue un candoroso bebé de pecho al lado de ellos. A pesar de nuestras cuantiosas riquezas minerales, especialmente las petroleras, Chávez en su momento y Maduro ahora han sido incapaces de ejecutar una gestión medianamente aceptable. Ambos centran sus respectivas administraciones en el despilfarro y en apoyar económicamente a gobernantes autoritarios e izquierdistas de países aliados. Sus fracasos han sido tan grandes que, con el paso de los años, nadie en el mundo guardará buenos recuerdos de ellos.

Las recientes y continuas caídas de la plataforma para acceder a Internet, a través de Movilnet, es una última demostración de incapacidad rampante. Si fuera sólo eso, nuestra preocupación no sería tanta; para desgracia del país y su gente, las pocas entidades que se mantienen activas apoyando de todos los modos posibles a los más necesitados deben enfrentar constantemente toda clase de tropiezos para llevar a cabo sus labores humanitarias. Eso es más que suficiente para que los “revolucionarios” responsables no merezcan nunca el perdón de Dios.

Sabemos de antemano que a ellos eso no les va ni les viene. Su lema político es y será uno: “Haz el mal a quienes se oponen”. Frente a tal exabrupto lo único que queda es no darnos por vencidos. Nuestra lucha por el rescate del país y su gente podrá ser larga y tener infinitos tropiezos, pero estamos seguros de que nunca dejarán de aparecer compatriotas dispuestos a darlo todo, incluso hasta la vida misma, para retornar a la normalidad que los venezolanos de bien merecen.

De especial relevancia es que, en ese largo camino que se tenga que transitar no cuestionemos a esos pocos emprendedores que hacen lo imposible por alcanzar algún grado de normalidad comercial. Ellos, al igual que nosotros, quieren regresar a los tiempos de antes: que podamos salir a la calle sin preocupación, que disfrutemos una buena comida o de shows musicales de las grandes estrellas, tanto nacionales como extranjeras.

Es un sinsentido pensar que todos los que han acometido y comenzado un negocio, una obra, un empeño en el país -los cuales son muy pocos-, tienen por detrás a chavistas corruptos. No olvidemos que “hay de todo en la viña del Señor”. Menos aún perdamos de vista lo apuntado por Dante Alighieri en La Divina Comedia al escribir sus notas sobre El Infierno (Canto 7; 67-99): “Aquel cuya sabiduría trasciende a todo, hizo los cielos y les dio una guía, de modo que de una parte u otra llega el esplendor con la luz distribuida armoniosamente. De la misma manera señaló una guía rectora a los esplendores mundanos, la cual, de tiempo en tiempo, cambiase los bienes de nación en nación, de una en otra familia, más allá del alcance de la prudencia humana, por lo cual una nación impera y otra languidece, según la voluntad de aquella que está oculta como la serpiente en la hierba (…) Sus mudanzas no conocen tregua. La necesidad le impone rapidez, ya que son tantos los que cambian de situación”.

Entre esas cosas buenas que debemos disfrutar como grupo unido se incluyen los extraordinarios logros alcanzados por Miguel Cabrera, el más grande de nuestros beisbolistas, quien hace poco se unió a la élite de jugadores de grandes ligas que ha alcanzado la cima con sus 500 jonrones y sus 3.000 hits. Esta figura estelar ha estado siempre al lado de la democracia y de quienes más sufren en Venezuela.

El mar agitado y fragoroso que vivimos hoy llegará a su fin en un punto del tiempo. No olvidemos que, se quiera o no, todo viene y todo pasa.

@EddyReyesT

 


El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!