El pasado 27 de junio se celebró una vez más en Venezuela el Día del Periodista. La fecha escogida tiene una especial significación histórica, porque simboliza el inicio de la prensa libre en el país.

Fue el político Guillermo García Ponce quien se comunicó en 1965 con la Cuarta Convención Nacional de la Asociación Venezolana de Periodistas para proponer la fecha.

Y lo hizo porque fue el día en que circuló por primera vez el impreso Correo del Orinoco en 1818, edición con la que Simón Bolívar le dio un espaldarazo al periodismo y al papel de los trabajadores de la comunicación en el país que se gestaba por aquel momento. Para ello contó con la colaboración de Juan Germán Roscio y Cristóbal Mendoza, entre otros importantes nombres del intelecto venezolano de esos tiempos.

La fecha fue una vez más la oportunidad para rendir homenaje a todos los comunicadores sociales en el territorio nacional, dando un reconocimiento por el destacado trabajo en pro de la información y la ética como herramientas para construir país.

El periodismo fue calificado por el premio Nobel de Literatura Gabriel García Márquez como “el mejor oficio del mundo”. Fue esta labor la que le soltó la mano y la imaginación al novelista, cuando ensayaba en sus escritos diarios lo que aprendía en sus lecturas, o cuando trabajaba en su lenguaje particular y visualizaba sus creaciones futuras.

Y es que, en cualquier sociedad democrática, la prensa es un pilar fundamental para el progreso y el bienestar de sus ciudadanos. La libertad del ejercicio periodístico es un derecho fundamental que permite brindar y acceder a información veraz, investigaciones exhaustivas y opiniones diversas.

Estos elementos son vitales para el correcto funcionamiento de una democracia y el fortalecimiento de una ciudadanía informada, que pueda tomar decisiones y apuntalar su educación en el conocimiento de su entorno.

Los medios de comunicación independientes tienen la enorme responsabilidad de funcionar como un contrapeso al poder político y económico, siendo guardianes de la transparencia y la rendición de cuentas.

Es por ello imperativo que tengan la libertad de investigar y cuestionar, ya que con esas facultades los periodistas pueden exponer hechos que vayan contra el interés común de la ciudadanía.

Esta labor de vigilancia ayuda a evitar la concentración de poder y a fomentar la responsabilidad de los líderes y las instituciones.

A través de la cobertura de diferentes perspectivas, los medios de comunicación brindan a los ciudadanos la información necesaria para saber dónde están pisando. Esto es especialmente relevante en épocas de elecciones, donde los periodistas desempeñan un papel fundamental, al incentivar la participación ciudadana y la generación de debates sobre los problemas y desafíos que enfrenta el país.

Por si fuera poco, el trabajo del periodista también tiene un impacto significativo en el desarrollo económico de una nación. Parte de su labor es hacer circular información sobre oportunidades de inversión, desarrollo tecnológico, innovación y políticas gubernamentales.

El ejercicio profesional de los comunicadores contribuye también a enriquecer el panorama intelectual y fomentar la tolerancia y el respeto por la diversidad. Pero este gremio ha visto y ve momentos adversos en todo el mundo.

Cuando la libertad de prensa es restringida, la desinformación se convierte en una herramienta común para la manipulación de la opinión pública, y la verdad se distorsiona o se oculta por completo. Los ciudadanos solo tienen acceso a versiones contaminadas de los hechos y no pueden tomar decisiones informadas.

Semejante cuadro debilita el sistema de rendición de cuentas, lo que lleva a una erosión de la confianza en las instituciones del país.

La falta de libertad de prensa también tiene consecuencias negativas en el desarrollo económico y social de un país, ya que es difícil identificar los problemas que afectan a la sociedad. Además, la falta de debate y la supresión de opiniones impiden la innovación y la búsqueda de soluciones a los desafíos de una nación.

Toca a los gobiernos y las sociedades defender y proteger activamente la libertad de ejercicio del periodismo, como un derecho fundamental.

Es responsabilidad del poder y de la ciudadanía, el garantizar un entorno seguro para los periodistas, promoviendo la independencia de los medios, un contrapeso del poder en las sociedades modernas.

El periodista es custodio de la sociedad, al ejercer día a día para responder las grandes preguntas de la gente, mientras cuidan la pulcritud del lenguaje y de los valores en cada uno de sus trabajos.

Cuidemos y protejamos a estos profesionales que tienen un papel angular en la construcción de sociedades prósperas y democráticas.


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