Caracas, 6 de julio de 2020

Señor general en jefe

Vladimir Padrino López

Presente.

 

Señor general:

Sus reprochables y amenazantes declaraciones, realizadas este pasado 5 de julio, en las cuales usted compromete a la Fuerza Armada Nacional, constituyen una afrenta a la sociedad venezolana, a la Constitución Nacional y a la democracia.

Es inaceptable que usted se atreva a expresar que en Venezuela la oposición política nunca podrá ejercer el poder: «No pasarán, no serán poder político jamás en la vida mientras exista una Fuerza Armada como la que hoy tenemos, antiimperialista, revolucionaria y bolivariana… yo creo que es bueno que lo entiendan”. Estoy seguro de que su absurda conducta es ampliamente rechazada en el seno de la Fuerza Armada Nacional.

El contenido de su declaración desconoce lo establecido en los artículos 2 y 6, en los cuales se expresan los principios fundamentales de la Constitución de 1999: “Venezuela se constituye en un Estado Democrático y Social de Derecho y de Justicia que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico  y de su actuación, la vida, la libertad, la justicia, la igualdad, la solidaridad, la democracia, la responsabilidad social y en general la preeminencia de los derechos humanos, la ética y el pluralismo político”; “El gobierno de la República Bolivariana de Venezuela y de las entidades políticas que la componen es y será siempre democrático, alternativo, responsable, pluralista y de mandatos revocables”. Sus palabras no hacen otra cosa sino confirmar que el objetivo político de Nicolás Maduro y su camarilla es mantenerse indefinidamente en el poder, sin respetar la voluntad de nuestro pueblo expresada democráticamente a través de elecciones.

Usted también se refiere a nuestra reclamación ante la República de Guyana por el territorio Esequibo. No creo que usted y los cuadros de la Fuerza Armada Nacional ignoren que ha sido la política exterior entreguista de los gobiernos de Hugo Chávez y Nicolás Maduro, que usted defiende tan vehementemente, la que ha comprometido nuestra soberanía sobre el territorio Esequibo. Recuerde que Hugo Chávez, en el año 2004, en una visita a Guyana, en una actitud rayana en traición a la patria, afirmó que Venezuela no se oponía a ningún proyecto de desarrollo en el Esequibo, autorizado unilateralmente por el gobierno guyanés, si era en beneficio de su pueblo. Para colmo, en el año 2007, afirmó que la reclamación venezolana se había iniciado por presiones de Estados Unidos para desestabilizar el gobierno de Cheddy Jagan. De esa manera, Hugo Chávez desconocía todas las reclamaciones que, desde 1841, ha venido realizando  Venezuela en contra de la usurpación de nuestro territorio por Inglaterra.

Igualmente, Nicolás Maduro, ya presidente de la República, aceptó una invitación a Guyana, días después de que el ministro del Ambiente de ese país declarara en San Diego, Estados Unidos, que Guyana había entregado una concesión petrolera a la empresa Anadarko en el bloque Roraima, la cual afecta la fachada Atlántica de la zona de reclamación y la del estado Delta Amacuro, ante lo cual guardó absoluto silencio, lo que pudo haber producido un Stoppel de aquiescencia. No satisfecho con esta muestra de debilidad, en la rueda de prensa realizada después de la firma del comunicado conjunto entre Guyana y Venezuela, declaró: “Recientemente han salido documentos desclasificados de la década de los sesenta, setenta y ochenta que demuestran quiénes eran los intrigantes que preparaban una guerra con Guyana”, sin valorar que ese planteamiento debilita de tal manera nuestra autoridad moral que puede comprometer el resultado de las negociaciones.

Definitivamente, usted señor ministro, con esas irresponsables declaraciones, complica aún más la grave situación política de Venezuela y amplía las posibilidades del surgimiento de la violencia. No es posible que sus ambiciones personales comprometan el destino de nuestra patria.

Fernando Ochoa Antich

General de división

Exministro de la Defensa


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