Por Equipo Editorial 

Ciudadana «ministra» Yelitze Santaella:

Finalizado otro año escolar, es evidente el desastre en el cual se ha hundido la educación bajo su dirección, señora Santaella. En un país en el que existieran instituciones cumplidoras de la carta magna, no solo habría sido interpelada y destituida, sino que estuviera siendo investigada por una gestión que ha dejado como resultado, con cifras que podemos demostrar ante cualquier escenario, más de 65% de la infraestructura educativa destruida, con una población escolar que en el mejor de los casos se sitúa en 50% de lo que fue la matricula para 2012, y con una plantilla de docentes reducida a menos de la mitad de ese mismo periodo, con el agravante de que para ese entonces el salario promedio estaba en 500 dólares al mes, hoy apenas llega a los 20 dólares.

Usted, señora Santaella, también ha sido responsable en la emigración de niños y adolescentes por la selva tan peligrosa del Darién, donde incluso algunos pequeños han perdido la vida, sin que usted o su «cartera» hayan emitido comunicado oficial por tal realidad.

Usted, señora Santaella, acabó con el otrora Programa de Alimentación Escolar (PAE) y el poco que se reparte todavía es de pésima calidad, sin los nutrientes mínimos necesarios, lo cual ha impactado significativamente en la desnutrición infantil.

Usted, señora Santaella, ha burlado sin respuesta alguna todas las cláusulas acordadas del anterior contrato colectivo, y ha despreciado al magisterio con vergonzosos cheques de prestaciones sociales que en el mejor de los casos alcanzan para tres o cuatro días de mínima alimentación.

Usted, señora Santaella, ha visto cómo durante este periodo escolar los educadores se han lanzado a la calle, mientras su despacho los ignora o los ataca con fuerzas represivas del Estado.

Usted, señora Santaella, nada ha respondido por el incesto pedagógico que se ha aplicado en los programas escolares, en los cuales hasta se llega a brindar culto a individuos de pensamiento totalitario como Fidel Castro.

Usted, señora Santaella, ha llegado al extremo de avalar que su subalterno, presidente de la «sociedad bolivariana», haya entregado la réplica de la espada de Bolivar a un individuo que el propio Hugo Chávez siendo presidente de la República calificó de «criminal» y de amenazar la vida de terceros.

Usted, señora Santaella, ni siquiera ha rendido cuentas al magisterio de sus escandalosos viajes al exterior, y en qué han impactado tales viajes de turismo burocrático en superar las ignominiosas condiciones pedagógicas y educativas que sucumben sobre toda la estructura del aprendizaje.

Usted, señora Santaella, ha sido la peor ministra que ha dirigido el Ministerio de Educación, razón por la cual, si aún le queda un mínimo de vergüenza, abandone de hecho tales funciones porque de facto, u,sted no es ministra, si no otra marisabidilla que solo ha hundido el futuro del país.

Usted, señora Santaella ¡váyase de tal despacho! El país y las nuevas generaciones necesitan un espacio distinto, apartado de la corrupción, la ineptitud y las malogranzas que han sido el epicentro de lo que usted ha ejecutado en contra de la educación de Venezuela.


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