Apreciados presidentes:

Luego de enviarles mi más cordial saludo y reiterarles mis más sinceros sentimientos de admiración y respeto (especialmente a Uribe, el mejor presidente de la historia colombiana), quiero plantearles mi gran preocupación por el destino de la democracia colombiana. He señalado reiteradamente que Colombia es la joya de la corona del socialismo del siglo XXI, y el comunismo no cesará en su lucha hasta no verla asesinada.

Lamentablemente ante la estrategia del narcoterrorismo comunista, que sigue los lineamientos del Foro de Sao Paulo, el liderazgo democrático se encuentra  dividido y comete errores garrafales sistemáticamente. Ya es hora de dejar de subvalorar al narcoterrorismo comunista y delinear una estrategia y un liderazgo unido que le haga frente.

Recuérdese que Colombia a finales del siglo XX era prácticamente un Estado fallido a finales del siglo pasado y que, gracias a la política de seguridad democrática de Uribe, se logró revertir esa situación y se salvó a Colombia de devenir un narcoestado. El gravísimo error de Uribe de poner a Santos como sustituto se pagó caro, pues este entregó el país a las FARC.

Octubre de 2016 marca un punto de quiebre en este camino de toma del poder por el narcoterrorismo comunista, se negoció con el sátrapa Santos el cogobierno de las FARC, al incluir en el bloque constitucional el pacto de impunidad, elegibilidad y continuación de los negocios ilícitos del narcoterrorismo comunista, olvidándose la regla de oro que con terroristas no se negocia. La vía recta y efectiva era hacer valer el mandato popular de no aceptar ese infame acuerdo de “paz”.

Presidente Duque, a usted lo elegimos con la esperanza de que cumpliera la promesa electoral de modificar el acuerdo de entrega del país a las FARC. Usted es un hombre honesto, brillante, trabajador. A pesar de las dificultades y de la estrategia malsana de la oposición comunista, ha tenido un gobierno digno y cumplidor. Pero tiene el gran lunar de haber aceptado el cogobierno con las FARC, al acatar el infame acuerdo Santos-Timochenko. Debe rectificar ya, antes de que sea tarde y quede en la historia como el Kerenski colombiano, el presidente que entregó Colombia al comunismo, entregándole la banda presidencial al narcoterrorismo comunista, en manos de Petro o Fajardo, que igual da, son lo mismo.

Presidentes Uribe y Pastrana, a ustedes les corresponde ser los constructores de un gran movimiento de reconstrucción nacional, que enmiende los errores cometidos, una a los demócratas que no quieren ver caer a Colombia en las garras del narcoterrorismo comunista y creen una plataforma única de oposición al socialismo del siglo XXI. Esa plataforma debe constituirse de un programa de gobierno único, listas parlamentarias y candidato presidencial único. Hay que doblegar los egos y poner la Patria sobre todas las cosas, o se hace esto, o los presidentes destinatarios de esta carta abierta serán los culpables de la entrega del país al narcoterrorismo comunista.

Las acciones mínimas que esa unidad democrática debe hacer ya son:

  • Derogación del acuerdo de entrega del país a las FARC, sobre la base legal del incumplimiento de este por parte de los criminales de lesa humanidad de las FARC.
  • Erradicación efectiva (por medio de la aspersión de glifosato) de los cultivos de droga.
  • Búsqueda e incautación de los bienes del narcoterrorismo comunista.
  • Reforma de la Justicia, vía la eliminación de las cortes criminales e instauración de una sola Corte Suprema de Justicia digna de ese nombre.
  • Castigo ejemplar verdadero a los corruptos (iniciando por el capo mayor de la mafia corrupta Juan Manuel Santos).
  • Depuración de los altos mandos militares y policiales que han sido complacientes con las FARC.

Con este programa mínimo se salvaría a Colombia del comunismo, en sus manos está salvar la democracia o entregarla al narcoterrorismo comunista, es ahora o nunca.


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