«No one is ever holy without suffering»* (EVELYN WAUGH)

El lector de periódicos es un individuo de costumbres. El lector de periódicos se conoce por ser un poco maniático. El ritual de la lectura del diario requiere cumplir ciertas condiciones. Lo más normal es leer el diario por la mañana a primera hora, acompañado de café caliente y en la más estricta soledad.  Sé de lo que hablo. He vivido rodeado de gente que leía periódicos y le venía el malhumor cuando fallaba uno de los tres requisitos mencionados. Ahora es distinto. El periódico de papel se ha convertido en un artículo de lujo, exclusivo para lectores gourmet a quienes no se les priva de nada.

Lo normal ahora y siempre, es que el lector de prensa consulte, hojee y se detenga en unas secciones del diario antes que en otras. He visto a algún bicho raro empezar a leer el diario desde la última página hacia la primera, como si leyese un cómic manga. Otros lectores van directamente a las páginas de la sección de Deportes, a su columnista favorito, la viñeta, los pasatiempos, la programación de televisión, las noticias o tal vez, las Cartas al Director. Hay quienes prefieren seguir el camino de los ortodoxos y leen con metódico interés el periódico de izquierda a derecha, es decir, desde la primera página a la última. El lector de periódicos con clase no suele conformarse con un solo diario y lee más de un diario a diario.

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Bueno, pues el otro día, un lector de periódicos se detuvo en la sección de Cartas al Director de un periódico español, leyó una de las cartas que aparecen publicadas ahí y la compartió en una conocida red social. (La caída de la natalidad, Fernando Alés. – «Cartas al Director», ABC de Sevilla; 20.08.2022)** La carta, como puede ver, trata sobre la realidad de las mujeres y la reproducción en la sociedad moderna. El autor escribe con nostalgia sobre la esposa que obedece al marido. Esta frase duele a muchas mujeres y a muchos hombres, especialmente ahora que la mayoría de nosotros queremos igualdad. Es un hecho que no todos la quieren. Hay matices entre los términos de obediencia y fidelidad. Más adelante en la breve misiva del señor Alés, leemos textualmente: «Sería un milagro que se produjera lo contrario en una sociedad en la que las mujeres sólo viven preocupadas en hacer deporte, tatuarse y cuidar perros«.  A mí me ha hecho gracia. No le falta razón. Ahora todas la mujeres van llenas de garabatos por el cuerpo, se preocupan por estar guapas, atractivas, sexis y tal. Jaja. No todo en la vida consiste en esto.

Quien compartía la carta al director añadía su opinión de rechazo. Uno puede estar de acuerdo con el contenido y la idea del autor, faltaría más. No es razonable, por otro lado, sugerir que debiera haber un filtro para encauzar la opinión de los lectores conforme al parecer de otros lectores selectivos. Me ha extrañado mucho no leer una defensa de la libertad de expresión.

He seguido leyendo para descubrir que el firmante de la carta es sacerdote. Esto cambia las cosas, ya que la percepción de un hombre de la Iglesia contempla a las mujeres desde una perspectiva cuando menos singular. Pero, con todo, me extraña que la gente que lee periódicos quiera ocultar, cerrar o suprimir escritos con los que no está de acuerdo. Pienso en Walter Lippmann y aquella sentencia suya : «Where all think alike, no one thinks very much» ***

¿Acaso importa el pensamiento crítico? ¿Dónde se empieza a pensar? ¿Cómo va alguien a entender nada si no conoce más que una línea única? Me pregunto si los lectores a disgusto con la publicación de la susodicha carta aceptarían de buen grado la opinión de una mujer tatuada, deportista, separada y liberada que pasee al perro. Reflexionando sobre todo este asunto, me preguntaba qué clase de director de periódico aceptaría este chantaje, ya que la sección de Cartas al Director ocupa una porción de la página de opinión y se caracteriza por ser un foro, un parlamento, un espacio plural y diverso.

En fin, la cosa no acaba ahí. Ante el revuelo causado por la opinión de Fernando Alés, el diario ABC de Sevilla publica a posteriori una disculpa firmada por el periodista Alberto García Reyes, adjunto al director. («La triste opinión de un lector», Alberto García Reyes.-ABC de Sevilla, 23.08.2022)****¿No le da la impresión, amable lector, de que algunos quieren una sección de Cartas al Director à la carte?


*Nadie alcanza lo sagrado sin sufrimiento (E. Waugh)

**Cartas al Director.-Fernando Alés

***Donde todo el mundo piensa igual, nadie piensa demasiado (W. Lippmann)

****La triste opinión de un lector (A. García Reyes)

 

 


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