Familiares de unos de los militares muertos en Apure claman por el cuerpo

Esa es la frase que corre entre los militares que han tenido que ver de cerca lo que pasa en La Victoria, estado Apure. Los cuentos de las emboscadas de las que han sido víctimas los soldados poco entrenados son terribles. Pero ya es hora de que los uniformados que están bajo el mando de la cúpula rojita se den cuenta de que solo sirven para eso, para los líderes del régimen son personal desechable.

Esta espantosa realidad no solo se palpa en la sangrienta guerra que mantiene la Fuerza Armada en territorio fronterizo, adonde van a parar muchachos que ni siquiera saben disparar. También se nota en las últimas declaraciones del fiscal general sobre los asesinatos de los opositores Fernando Albán y Juan Pablo Pernalete.

Resulta que después de que compraron conciencias para lavarse las manos llenas de sangre, ahora sí van a procesar a los guardias nacionales que tiraron las lacrimógenas y a los funcionarios custodios de Albán por unos cuantos delitos. Y todo el mundo se pregunta: ¿estos agentes cometieron estas atrocidades por iniciativa propia? ¿Quién mandó a repeler las protestas con bombas lacrimógenas? ¿Quién mandó a detener al concejal?

Una vez más, los que tienen menos autoridad serán los que paguen por los líderes del régimen de Maduro, serán sometidos a un “juicio” y seguramente sentenciados para quitarse de encima por un rato los señalamientos de violación de los derechos humanos que corren por todas las instancias internacionales.

Los últimos de la cadena, los que creen que están bien enchufados, los soldaditos que se alistaron pensando que obtendrían aunque fuera un plato de comida, esos son los que responden por los peces gordos. Y ojalá que con lo que pasa en Apure y lo que sucede con los agentes involucrados en las muertes de los opositores entiendan todos los que ahora están en la misma posición, la cuerda siempre se rompe por lo más delgado. En caso de violaciones de derechos humanos, nadie puede excusarse en que recibió órdenes.

El nivel de violencia que se está viviendo en esta etapa de la revolución bolivariana es mayor que cuando comenzó, pero este régimen tiene todas las intenciones de seguir escalando para seguir sembrando el terror. Lo único que necesitan los venezolanos son funcionarios y uniformados de cualquier nivel con un poco de conciencia, que sean capaces de reflexionar y darse cuenta del problema en el que están metidos.

Los deudos de todos los muertos, opositores o soldados, merecen que los culpables, tanto materiales como intelectuales, paguen por sus crímenes.


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