Cualquiera que busque edificios góticos en Caracas va a terminar muy desilusionado. Aunque seguro que hay muchos que consideran al Helicoide como castillo gótico medieval, por los innombrables tormentos que se allí se perpetran contra los desafortunados que caen en manos del régimen marioneta. Lo que sí hay en Caracas es la marcada huella de más de 20 años de corrupción e incapacidad que han convertido a mi amada ciudad natal en, nada más ni nada menos, que en Ciudad Gótica. ¡Sí! Con cada día que pasa, Caracas se parece más a la ciudad de Batman y Robin, del alias Guasón y alias Pingüino…Ustedes me entienden.

Para empezar, desde su nacimiento en 1939, Ciudad Gótica ha sufrido todos los males y catástrofes posibles, no solamente en la presente realidad, sino en una multitud de universos paralelos. El villano alias Espantapájaros una vez envenenó a toda la población mezclando drogas alucinógenas con el suministro de agua, lo que desató una histeria colectiva que casi destruye la ciudad. En otro episodio, alias Guasón y un equipo de archivillanos hicieron explotar los puentes que unían a la ciudad con el mundo para exigir un rescate por todos los habitantes. Ciudad Gótica ha sufrido hasta ataques nucleares y siempre sobrevive para que sus creadores sigan vendiendo comiquitas.

Caracas es mucho más bella que la oscura y húmeda Ciudad Gótica. El sol ecuatorial calienta sus calles llenas de matas de mango que alimentan a la hambrienta población, aunque sea un par de meses al año. Sin embargo, la infraestructura de la ciudad está colapsada y destruida hasta un nivel casi posapocalíptico. Caracas siempre sobrevive, a pesar de todas las privaciones y sufrimiento, porque los locales aguantan todo con estoicismo extremo y se preocupan más bien en resolver cada día. Sus habitantes sobreviven y se divierten compartiendo videos de tik-tok en familia, no porque quieran, sino porque no pueden salir a la calle en una cuarentena obligada.

Las similitudes entre ambas capitales no se limitan a sus sufridas historias. Las dos ciudades también se parecen en la abundancia de personajes macabros con múltiples agendas escondidas. Ciudad Gótica está controlada por una sociedad secreta que rige sus destinos con mano dura detrás de bambalinas. La Corte de Búhos está formada por personas que durante el día son lo mas granado de la sociedad local, pero que en la noche se transforman en miembros de un culto satanista y criminal. Su proyecto más reciente es la formación de un ejército de zombis hambrientos fácilmente controlados con las míseras raciones provistas por los Búhos. Cualquier similitud con nuestra realidad es pura coincidencia…

Mientras los siniestros planes de la Corte de Búhos están en movimiento, se ha descubierto que esta fue infiltrada desde hace mucho tiempo por el supervillano alias Ra’s Al Ghul, comandante supremo de la Liga de Sombras. Envidiosos por la riqueza y desarrollo de Ciudad Gótica, la Liga de Sombras siempre había deseado despojarla de sus riquezas y destruirla para siempre, incluyendo a los Búhos, por pendejos. A través de los años, la Liga de Sombras logró penetrar la mayoría de las instituciones y apropiarse de los recursos de Ciudad Gótica. Peor aún, todo el mundo creía que el comandante Ra’s Al Ghul estaba muerto luego de que Bruno Díaz lo atravesó con una espada mágica, pero en realidad sus adeptos santeros lo resucitaron invocando espíritus malignos en las poderosas aguas del Pozo de Lázaro.

Luego de coloridas campañas políticas en múltiples dimensiones y batimundos, varios villanos han llegado a ser alcaldes de Ciudad Gótica, incluyendo a Teo Galavant, el peor enemigo de la familia Díaz que murió a manos del comisionado Gordon. Sin lugar a dudas, el más notorio y exitoso criminal político del multiverso gótico ha sido el alias Pingüino, mejor conocido como Oswaldo Adoquín. Oswaldo, como buen hijo natural rechazado por su padre millonario, creció inmerso en complejos y envidias que lo llevaron a la demencia criminal. Su profundo y oscuro intelecto, comparable solo al de Batman, le permitió idear y ejecutar un malicioso plan maestro para controlar totalmente a Ciudad Gótica.

Primero, Oswaldo dio una orden encubierta para que sus hordas criminales arrasaran con todo y crearan un ambiente de zozobra en Ciudad Gótica, dejando muy mal parados al dúo dinámico y demás paladines de la justicia. Después, con su propio ejército de criminales y una serie de acuerdos secretos, logró reducir el crimen dramáticamente para voltear la opinión publica a su favor. Y finalmente, lanzó una campaña electoral con plataforma antimurciélagos que lo llevó a una cómoda victoria en las elecciones para alcalde.

El mismo día de la toma de posesión, Oswaldo se quitó la máscara de ciudadano responsable para convertirse de nuevo en el malvado Pingüino. Inmediatamente, armó un gabinete de super-villanos, empezando por su secretario personal, el Dr. Eduardo Nygma, alias Acertijo. Desde el empíreo de la Alcaldía, el alias Pingüino y sus secuaces dividieron Ciudad Gótica en zonas delimitadas y las subastaron entre las bandas mafiosas. De hecho, la alcaldía pingüinesca creó una oficina de permisos para explotación criminal y los bandidos con carnet no eran molestados por la policía inoperante. El desastre fue tan grande que, en la mayoría de los batiuniversos, los habitantes hartos de la inseguridad sacaron a los malos del poder con gran violencia.

En Caracas las cosas son mucho más complicadas todavía. La Corte de Búhos local también está infiltrada por una Liga de Sombras extranjera que le ha estado ordeñando las ubres desgastadas. Como ya no quedan suficientes riquezas para compartir, las Sombras han consolidado sus garras en el poder para llevarse lo poco que queda hacia sus costas sin importar las carencias de los habitantes locales.

En el barrio más populoso de Caracas manda un alcalde que hace ver al Pingüino como un niño de pecho. Desde hace ya algún tiempo, el alias Alcalde viene haciendo alianzas con 280 bandas criminales para acumular poder personal y crear una ilusión de estabilidad en sus dominios. Usando el mismo concepto creado por Pingüino y Acertijo, alias Alcalde pretendió lograr notoriedad nacional creando zonas de actividad económica exclusivas para las bandas criminales que suscribieran su alianza. Tal como en Ciudad Gótica, los planes fracasaron en sus metas de paz y solo crearon más violencia y destrucción para los pobres ciudadanos de a pie.

No tardó mucho para que las ambiciones criminales explotaran. El pran Wilexis, macho y apoyado por el alias Alcalde, decidió tomar a la fuerza varias zonas adyacentes a su territorio para incrementar su poder. Esto no hubiera sido problema si la situación no hubiera contribuido a evidenciar la completa inoperatividad del régimen de los Búhos infiltrados. Por el contrario, la paz y estabilidad del corto reinado del pran Wilexis envalentonó a los vecinos a realizar ruidosas protestas publicas por la falta de agua, servicios y comida. Wilexis paso rápidamente de ser punta de lanza de un plan maestro oficial a enemigo jurado de los Búhos y sus Sombras tropicales.

La versión local de la cruel villana alias Hiedra Venenosa no se hizo esperar. Sus esporas contaminadas la llevaron a controlar el sistema de prisiones para beneficio propio y de sus cómplices. Viendo que su adversario político, el alias Alcalde, estaba en una posición de debilidad, aprovechó para formar una nueva banda de ladrones y asesinos excarcelados y armados por ella. Más de 300 criminales liderados por el confiable alias el Gusano y apertrechados con armas de guerra invadieron los barrios para matar al alias Wilexis. Las operaciones estuvieron apoyadas por helicópteros y las escalofriantes y enmascaradas unidades armadas entrenadas por los Sombras.

Para mala suerte de alias Hiedra Venenosa y los Búhos entreguistas, los padrinos secretos del Wilexis lo datearon y la operación fracasó. Como ya no era útil, hace unos días se rasparon a alias Gusano, quien apareció muerto en una cuneta remota. El alias Wilexis sigue enconchado a la espera de una oportunidad para vengarse, o a lo mejor lo nombran ministro del Poder Popular para la Justicia, ¿quién sabe? Mientras tanto, Robin no se pudo contener y gritó, ¡“Santos diablos danzantes Batman!: el que siembra vientos, cosecha tempestades”.


El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!