Si Luis Herrera Campins estuviera vivo, hubiera dicho: “Tarde piaste, pajarito”. ¿O no parece que esa decisión de hace unas semanas de inscribir candidatos a las elecciones del 6 de diciembre fuera para “comprar tiempo”, como dicen los gringos?

Aunque no se sabe a ciencia cierta a lo que vino la misión que mandó Josep Borrell, lo que descubrieron es exactamente lo que toda la oposición e incluso gobiernos extranjeros ya sabían, que no hay condiciones para que las elecciones parlamentarias sean democráticas.

¿Será que por lo genérico de la afirmación los líderes de la llamada Fuerza del Cambio no entendieron y hay que explicárselos? Sin condiciones quiere decir que el registro electoral no ha sido depurado o, más bien, ha sido manipulado; que no pueden participar todos los partidos de oposición sino los que quiere el régimen; que ni siquiera se sabe de dónde van a salir las máquinas de votación; que la directiva del Consejo Nacional Electoral no garantiza imparcialidad ni representa pluralidad. Y sigue un largo etcétera.

Sí, claro, es obvio que hay que rescatar el voto, pero desde la perspectiva de que en realidad el venezolano quiere elegir, que lo que escoja sea respetado y, más allá, que el organismo que resulte electo tenga toda la potestad que debe tener el Poder Legislativo de acuerdo con la Constitución.

¿Tenía la Unión Europea que decírselo al exgobernador? Pues tal parece que no les cree a sus compañeros de acera, porque es ahora cuando considera que hay que “presionar” para conseguir esas condiciones. Es un poco tarde, porque su decisión de inscribirse tuvo consecuencias que a la larga hacen mella en la pelea por la liberación del país.

El debate innecesario, la distracción y la distorsión de la agenda de la oposición, el enfrentamiento entre quienes deben empujar el carro juntos, el surgimiento de intereses egoístas, todo eso hace ruido. Porque mientras se desbocan por las redes sociales en dimes y diretes, la gente se está muriendo en los hospitales o está hurgando en la basura.

Más allá de elegir una nueva asamblea, lo que quiere el venezolano es un cambio de gobierno. Quizás la respuesta no sea exigir condiciones para una sola elección, sino para algo que en realidad represente una corrección en la conducción de los destinos del país. ¿Y si ahora se ponen de acuerdo?

 


El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!