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Ejecutivos de Citgo que fueron intercambiados por los dos sobrinos de Cilia Flores sentenciados en Estados Unidos por narcotraficantes

Lo que nadie menciona del reciente canje de los dos narcosobrinos, por parte de Estados Unidos, y de siete ciudadanos norteamericanos, por parte del régimen de Maduro, es que la mayoría de estos últimos también son venezolanos. Fue un canje de dos venezolanos “malos” sentenciados a 18 años de cárcel, después de capturarlos in fraganti cuando intentaban ingresar 800 kilitos de cocaína al imperio, por cinco venezolanos “buenos”, nacionalizados estadounidenses, que se supone trabajan para mantener a flote la filial de Pdvsa y quizás producir algún ingreso al gobierno interino de Guaidó.

Los dirigentes partidistas de la oposición han podido explotar esta circunstancia para no aparecer tanto, en este caso, como la guayabera, por fuera. Bueno, no lo hicieron.

Los llamados narcosobrinos, Efraín Campo Flores (36 años) y Franqui Flores de Freitas (37), filiales de la primera combatiente, tampoco son un Chapo Guzmán ni nada que se le aproxime; son, en realidad, pichones de narcotraficantes que uno se imagina que de ahora en adelante verán qué hacen con los reales hasta ahora “bien ganados” y evitar por un tiempo el movimiento internacional de drogas ilícitas, porque la DEA los seguirá vigilando. Quizás se hagan socios de Nicolasito, en los negocios del oro de Guayana, o se abrirán paso con el ELN para obtener beneficios de la explotación del coltán. Alguien tendrá que ocuparse de esto último si los guerrilleros colombianos se atienen a la propuesta de pacificación del recién estrenado presidente Petro.

Para los efectos venezolanos, el canje de los criollos fue un trago amargo para los compatriotas de dentro y fuera de Venezuela. La perspectiva norteamericana es otra. Maduro y Cilia, por supuesto, están muy contentos.

Rusia tiene desde hace tiempo un par de rehenes gringos que Joe Biden ha intentado traerse a América. Los rusos se le han puesto duros, un poco por las tensiones producidas por la guerra en Ucrania. Uno de los estadounidenses es Paul Whelan, preso desde hace 5 años, acusado de espionaje, y la otra es la basquetbolista Brittney Griner, detenida en febrero en un aeropuerto, acusada de traficar drogas, porque cargaba entre sus pertenencias una sustancia con el componente principal de la marihuana. Estados Unidos alega que ambos están encarcelados injustamente y han propuesto canjearlos por el ruso Viktor Bout, sentenciado desde hace 10 años para que cumpla una condena de 25 años de prisión, por conspirar para matar estadounidenses, adquirir y exportar misiles antiaéreos y proveer material de apoyo a organizaciones terroristas; las FARC, concretamente. Tanto el preso como el gobierno ruso mantienen que él es inocente. Este sí no parece ser un santico.

La detención en febrero de la basquetbolista generó mucho más atención noticiosa que la de Whelan, a pesar de que los familiares de éste han intentado mantener vivo su caso en los medios de comunicación. Biden se involucró personalmente en la situación de ambos, aprobando directamente la negociación, dado que el Departamento de Justicia se opone generalmente a este tipo de operaciones de canje de prisioneros. Biden también convocó a los familiares de Griner y Whelan a la Casa Blanca y el secretario de Estado, Blinken, se ha referido al caso en varias oportunidades.

En la víspera de las elecciones de mitad de período de congresantes y gobernadores del mes que viene, este es uno de los muchos temas de notoriedad en la psique de los electores. Los rusos han ido perdiendo terreno económico, político y militarcon la guerra de Ucrania y, hasta ahora, no han cedido en esto del canje de prisioneros. El caso de los narcosobrinos luce como un adelanto, como un abreboca para mostrar a los votantes que el gobierno de Biden no tira la toalla en lo que respecta al regreso a casa de sus ciudadanos retenidos en países de regímenes autoritarios.

Por detrás de todo esto está también el nuevo rol que Biden le ha querido dar a Venezuela. La guerra de Ucrania provocó un rápido aumento del precio del petróleo en el mundo, lo cual repercutió en los precios de la gasolina en Estados Unidos. En junio, el promedio de un galón de gasolina llegó a más de 5 dólares (hoy está en 3,8 dólares por galón). La inflación ya había alcanzado su máximo nivel en 40 años. Ambas situaciones incrementaron los problemas políticos para Biden, quien a pesar de tener logros legislativos importantes mantiene baja su popularidad en el electorado, lo que afecta a los candidatos de su partido en noviembre.

El petróleo y el gas también se convirtieron en un tema grave para los europeos, dependientes energéticos de Rusia, a quien le han aplicado sanciones económicas por la invasión a Ucrania y ésta, a su vez, ya les ha recortado a ellos algunos suministros de gas.Biden tuvo entonces el doble problema de frenar el alza doméstica de la gasolina y de paliar al mismo tiempo la potencial escasez energética en la Europa que apoya a Ucrania contra Rusia. Ahí entró Venezuela.

La Casa Blanca decidió entonces en marzo enviar a Caracas al asesor sobre Latinoamérica en el Consejo de Seguridad Nacional, Juan González; al jefe de asuntos de rehenes en el Departamento de Estado, Roger Carstens, y a Jimmy Story, embajador de Estados Unidos en Venezuela, basado en Bogotá, a conversar con Maduro. Las conversaciones incluyeron de todo: el tema de los detenidos en Venezuela, las sanciones petroleras al régimen de Maduro y hasta la posible reanudación de negociaciones en México entre el régimen y la oposición.

Además del canje reciente de los narcosobrinos por siete estadounidenses, las negociaciones que empezaron en marzo, y han tenido momentos clave en mayo y junio, produjeron primero la liberación de dos norteamericanos, Gustavo Cárdenas, otro ejecutivo de Citgo detenido en 2017, y Jorge Alberto Fernández, un cubanoamericano acusado de terrorismo, por llevar un dron a Venezuela en febrero de 2021. Estados Unidos retiró luego de la lista de chavomaduristas sancionados individualmente a Erik Malpica Flores, otro sobrino de Cilia, quien fue tesorero del gobierno de Chávez y también exvicepresidente de Pdvsa. Malpica Flores había ingresado a la lista en julio de 2017. Las medidas a su favor fueron convalidadas por la dirigencia de la Plataforma Unitaria, de la oposición, como una supuesta forma de incentivar al régimen a sentarse de nuevo en México, según lo dejaron saber en su  momento los dirigentes opositores.

En el ámbito petrolero, Estados Unidos decidió permitir a la italiana ENI y a la española Repsol enviar petróleo a Europa desde Venezuela, en un simbólico gesto hacia sus aliados occidentales, porque de la escasa cantidad de petróleo que Venezuela produce hoy día (entre 620.000 y 720.000 b/d) es poco lo que va al viejo continente. Pdvsa no recibiría dinero por esas ventas, sino que ello sería para aminorar la deuda del régimen con estas compañías. Y sobre Chevron, que es la única petrolera norteamericana importante con operaciones en Venezuela, la autorización de Biden fue para que adelantara conversaciones con el régimen, entre otras cosas, para mantener sus instalaciones y ver maneras de amortizar deuda también con esa compañía.

Venezuela se ajustó al acuerdo de exportaciones petroleras a Europa por tan solo mes y medio. Lo suspendió porque en vez de reducir la deuda con ENI y Repsol, prefiere que éstas le paguen con gasolina.Por el lado delos precios del combustible en el mercado norteamericano, estos acuerdos con Venezuela no han tenido ninguna incidencia en la baja de los últimos tres meses. El precio ha bajado por la liberación de millones de barriles de petróleo de la reserva estratégica y hasta por la contracción de la demanda, tanto interna como externa. El dólar caro ha hecho que el precio de la gasolina, en dólares, permita también que se pueda comprar más gasolina.

Las ganancias de ambos, de los norteamericanos y de los venezolanos, han sido hasta ahora en el canje de prisioneros. Ganancias inmensas para Maduro y sus familiares, más que para el gobierno en sí. ¿Habrá negociones en México con la oposición? Maduro todavía quiere que le suelten a Saab para sentarse a la mesa. Y quedan dos gringos presos por el régimen chavomadurista. ¿Valdrá Saab lo mismo que estos dos? Hay que releerse aquellos conceptos de valor de uso y valor de cambio de las mercancías a ver si lo entendemos mejor.

@LaresFermin


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