De acuerdo con Yves Gingras y Lionel Vécrin, los Premios Ig Nobel son una parodia estadounidense del Premio Nobel («Les prix IG-Nobel», Actes de la recherche en sciences sociales, Nº. 141-142, 2002, pp. 66-71, en dialnet.unirioja.es). Se entregan cada año, semanas antes de los Nobel. Los mismos pueden ser consultados en, por ejemplo, Wikipedia (https://en.wikipedia.org/wiki/List_of_Ig_Nobel_Prize_winners).

En 1991, Marc Abrahams creó los premios «Ig-Nobel» (del inglés «ignoble», es decir, innoble, despreciable) para “honrar» a científicos, instituciones, hombres públicos y hasta ilustres desconocidos por su contribución a las investigaciones “que no pueden ser reproducidas o no deberían serlo» y para reconocer los logros de aquellos científicos que “primero hacen reír a la gente, y luego la hacen pensar». Con los premios, pero fundamentalmente con la sátira involucrada, se denuncia, pero en debida forma, aquello que se aparta de los cánones de la ciencia. Abrahams es graduado en matemáticas aplicadas en la Escuela de Ingeniería y Ciencias Aplicadas John A. Paulson de Harvard y editor de Annals of Improbable Research (AIR en https://www.improbable.com/), una revista de humor y parodia científica, rival de la más antigua Journal of Irreproducible Results (JIR), de la que fue editor entre 1990 y 1994.

Uno de mis favoritos Ig Nobel es el de psicología del año 2000,  entregado a David Dunning, de la Universidad de Cornell, y a Justin Kruger, de la Universidad de Illinois, por su trabajo según el cual los individuos con escasa habilidad o conocimientos, sufren de un sentimiento de superioridad ilusorio, considerándose más inteligentes que otras personas más preparadas, midiendo incorrectamente su habilidad por encima de lo real. Al fenómeno, un sesgo, se le da el nombre de Efecto Dunning-Kruger y tiene la interesante siguiente conclusión: «La sobrevaloración del incompetente nace de la mala interpretación de la capacidad de uno mismo, mientras que la infravaloración del competente nace de la mala interpretación de la capacidad de los demás». El artículo de Dunning y Kruger fue publicado en 1999, en el Journal of Personality and Social Psychology. 77 (6): 1121–34, con el título «Unskilled and unaware of it: how difficulties in recognizing one’s own incompetence lead to inflated self-assessments»).

Otro favorito es el de gerencia de 2010, entregado a Alessandro Pluchino, Andrea Rapisarda y Cesare Garofalo, todos de la Universidad de Catania, Italia, por demostrar matemáticamente que las organizaciones serían más eficientes si promocionaran a las personas al azar. El trabajo es una revisión de uno más familiar bajo el nombre de «El Principio de Peter»  (publicado en el año de 1969, por su autor Laurence J. Peter), aquel que explica por qué los mejores trabajadores no son siempre los mejores gerentes. Este principio tiene dos corolarios famosos: a) con el tiempo, todo puesto tiende a ser ocupado por un empleado que es incompetente para desempeñar sus obligaciones; y b) el trabajo es realizado por aquellos empleados que no han alcanzado todavía su nivel de incompetencia. La revisión y cálculos de Pluchino-Rapisarda-Garofalo fueron publicados en 2010, en Physica A: Statistical Mechanics and Its Applications. 389 (3): 467–472 con el título de «The Peter Principle Revisited: A Computational Study».

En la mencionada lista de premios Ig Nobel de Wikipedia hay otros que sólo con el título y el tema, sin conocer su contenido, ya justifica su aparición en la lista. A modo de ejemplo puedo citar el premio en el área de metereología otorgado en 1997 a Bernard Vonnegut, de la Universidad Estatal de Nueva York en Albany, por su trabajo, «El desplume en pollos como medida de la velocidad del viento del tornado».

Otros dos ejemplos que puedo mencionar son el premio 1999 en biología otorgado a Peter Fong del Gettysburg College, Gettysburg, Pennsylvania, por contribuir a la felicidad de las almejas administrándoles Prozac y el otorgado en 1999 al área de atención médica administrada, en las personas de  George Blonsky y Charlotte Blonsky de la ciudad de Nueva York y San José, California, por inventar un aparato para facilitarle a las mujeres dar a luz, utilizando la fuerza centrífuga: la mujer es atada a una mesa circular a la que luego se le imprime un giro a alta velocidad, ello con el fin de que la fuerza centrífuga haga lo suyo (patente de Estados Unidos 3.216.423).

Finalmente cito el premio Ig Nobel 2006 en el área de ornitología, entregado a Ivan R. Schwab, de la Universidad de California Davis, y a Philip R.A. May de la Universidad de California, Los Ángeles, por explorar y explicar por qué los pájaros carpintero no tienen dolores de cabeza.

Por estos días, aquí mismito en nuestro país, conociendo la realidad reflejada en  nuestra prensa nacional, usted amigo lector, podrá darse cuenta del inmenso potencial que representan nuestros políticos, tirios y troyanos, para ganar cualquier cantidad de premios Ig Nobel. Para tales políticos, constituye realmente un infortunio que ni la política ni la comunicación, ni tampoco el control de daños, sean áreas en la que se entregan premios Ig Nobel.

 


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