En mi andadura por Italia… termino de leer Gridalo (Grítalo), el reciente libro del autor napolitano Roberto Saviano, en el que se percibe de inmediato el influjo de Reinaldo Arenas, poeta cubano disidente anticastrista quien antes de morir, lejos de su isla en forma de caimán, en Nueva York, señaló: “La palabra es como un camarada, sirve para gritar juntos contra la injusticia”. Por eso los venezolanos en el mundo entero estamos “alzando la voz”, gritando al fraude de Maduro impelido el 6 de diciembre en Venezuela con su grupúsculo de vergonzosos cómplices alacranes.

Contrarrestado por una avasallante “consulta popular” en pleno desarrollo, digital y presencial. con legitimidad constitucional y vinculante en su artículo 70: “Son medios de participación y protagonismo del pueblo en ejercicio de su soberanía”, cuyo objetivo, repito, es rechazar el fraude del actual dictador respecto a su parapeto y ¿ahora qué?…  ¿O qué será?, como entonaba Chico Buarque en su canción “À Flor Da Pele”, o que não tem juízo, é.… tenemos que buscar opiniones que nos puedan orientar; por eso se me ocurre hacerle la misma idéntica pregunta a un grupo de colegas (en orden alfabético), ¿y ahora?:

—¿O qué será?

Eliana Loza (Periodista miembro de la Asociación de la Prensa Extranjera en Italia)

—¿Y ahora qué será? Temo que no será, no será nada o será muy poco. Era evidente que la abstención del domingo 6 de diciembre iba a ser contundente, podría haber sido mayor, pero no hay duda de que ya es muy satisfactoria la respuesta que, finalmente, el pueblo venezolano dio al régimen, a pesar del inhumano chantaje: «¡Quien no vota, no come!». La dictadura se confió en que su amenaza paralizaría a una población aterrada y debilitada, ignorando la historia de la humanidad que demuestra cómo en varias épocas, tarde o temprano, el hambre termina por tumbar gobiernos. Dolorosamente, hasta ahora, la Venezuela roja parecería ser una excepción, como lo es su creadora y tutora Cuba con 62 años de castrismo, el régimen chavista tiene, internamente, el poder militar e, internacionalmente, sus opulentos tentáculos financieros llegan fácilmente a tentar muchas conciencias codiciosas.

Paralelamente al rechazo a la farsa electoral, se realiza en todo el mundo un llamado a los venezolanos a expresarse a través de una plataforma digital. «Alzar la voz» es justo y muy necesario, pero se está perdiendo una gran oportunidad, con preguntas ingenuas de obvias respuestas que no demostrarán nada nuevo. La lucha venezolana no puede quedarse en una gran encuesta que arrojará números estadísticos en el mejor de los casos, aquí se trata de organizarse con gente preparada para ejercer la mayor influencia posible en los fundamentales grupos de presión mundiales para que se entienda de una vez por todas que Venezuela colapsa acelerada e irremediablemente. La estrategia luce equivocada o, al menos, insuficiente. Temo que a la pregunta «¿…y ahora qué será?» nuevamente la repuesta sea: no será nada o será muy poco.

Eduardo Orozco (Escritor y maestro de vida)

—La convocatoria a la consulta popular es una iniciativa adecuada, dentro de lo posible, en medio de las limitaciones y el acoso que sufren las fuerzas opositoras al régimen autoritario. Si antes de la consumación del fraude del domingo la consulta fue una iniciativa discutible, hoy ante la bofetada de la abstención del 6D se convierte en una respuesta contundente de los venezolanos que señala con mayor fuerza y claridad la necesidad urgente del cambio de gobierno.

Ibéyise Pacheco (Periodista y ciudadana de la libertad)

—En las puertas de consumar la manifestación de la consulta popular el reto es aún mayor, una vez que la mayoría del pueblo venezolano expresó su desprecio hacia Maduro ante el fraude del 6D, dejándole vacíos los centros de votación. El dictador pensó que le funcionarían el chantaje y las amenazas. Creyó que la necesidad de alimentos haría ceder la voluntad de un pueblo que lo desprecia. Maduro se equivocó y la respuesta contundente y valiente debemos asumirla como impulso de acción. Toca al liderazgo retomar la estrategia y organizarse en unidad. Y frente a eso, los ciudadanos hemos de sacudirnos la desesperanza y renovar la decisión de actuar para forzar la salida del dictador y recobrar la democracia.

Nitu Pérez Osuna (Periodista exiliada por el régimen)

—Un acontecimiento verdaderamente revelador fue lo que sucedió en Venezuela el pasado 6 de diciembre.  En las elecciones parlamentarias que se realizaron ese día y según las cifras del régimen chavista, hubo una abstención de 70% –infladas por supuesto–. Para la encuestadora Meganálisis, la abstención alcanzó 81%.  Lo revelador, a mi juicio, es que muy a pesar de las amenazas de Diosdado Cabello e Iris Varela con dejar sin comida y sin trabajo a quienes no votaran, los ciudadanos se rebelaron y no votaron, lo que fue un verdadero acto de rebelión. ¿Así, qué más quieren escuchar de los venezolanos? ¿Qué más se le puede consultar? ¿Cuántas veces más quieren que alce su voz? Décadas gritando dentro y al mundo que no quieren comunismo. El pueblo ha hecho su trabajo una y otra vez.  ¿Se puede decir lo mismo de la llamada “oposición”?

Maurizio Stefanini (Periodista italiano, ensayista, traductor. Il Foglio giornale)

—Maduro es una especie de genio malvado, por las formas creativas en que mata la democracia. Disolver un parlamento en el que se ha perdido la mayoría, por ejemplo, es un comportamiento que claramente aparece como un golpe. Realizar elecciones con una sola lista, o después de prohibir los partidos de oposición, es claramente una dictadura. Pero si dejas seguir al parlamento después de haberlo despojado de todos los poderes, o si celebras elecciones con partidos de oposición cuya dirección ha sido intervenida, la situación se vuelve más confusa. Los periodistas normales se pierden, no hablemos de gente corriente. E incluso los periodistas y analistas especializados tienen dificultades para explicar. Escribí todo un libro al respecto para tratar de explicar el caso de Venezuela a los italianos, pero veo que cada vez hay que empezar de nuevo. Después de esta votación, la situación se complicó aún más. Además de dos presidentes, hay dos asambleas nacionales. El problema de Maduro es que usa toda su creatividad para aferrarse al poder y no para resolver los problemas de Venezuela. El problema con la oposición es que en este punto debería intentar ser aún más creativa, para encontrar la forma de acabar con esta situación.

Franklin Virgüez (Periodista y popular artista venezolano)

—Me niego a aceptar que Venezuela ya no le pertenece a los venezolanos. Ciertamente, el país en la actualidad en un gran negocio donde solo se benefician los delincuentes que mal manejan el poder y los que se montan en la ola del dinero fácil, testaferros y demás. Hay un tercer grupo que son los ciudadanos bolsas CLAP y ciertamente es un grupo importante. Pero hay otro grupo de venezolanos que no formamos parte de lo anterior y que sí estamos aferrados a la posibilidad de rescatar al país o lo que quede de él, cualquiera sea la vía para retomar el hilo constitucional. La abstención del 6 de diciembre y la participación masiva de millones de compatriotas en la consulta popular le gritan al mundo democrático auxilio. Me aferro a todas las opciones, cualquiera estas sean para recuperar el país.

Gracias colegas por ayudarme a crear opinión.

Como colofón, la “consulta popular” es una iniciativa más jurídica y cívica que partidista, manifestación de la mayoría de los ciudadanos venezolanos, de carácter vinculante, según la Constitución del ‘99, que refrenda asimismo lo estipulado por el Tribunal Supremo de Justicia respecto a la continuidad administrativa y otorga –ante la mirada de la comunidad internacional– legitimidad al actual Parlamento luego del 5 de enero de 2021 de los actuales 112 diputados democráticos vigentes que lo integran y a su presidente Juan Guaidó hasta tanto se pueda ir a elecciones libres, retomo la canción de Chico Buarque cuando más o menos dice, voy de memoria:

O qué será, qué será

que da dentro de la gente, y

que desafía, que es rebeldía.  

@CarlosOmobono

 


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