El único país en Latinoamérica que ha tenido éxito en la lucha contra el crimen es El Salvador. El presidente Nayib Bukele está demostrando que con voluntad y mano dura es posible combatir a la delincuencia que azotaba a esa nación. Sin embargo, no faltan las críticas de quienes afirman que sus acciones están violando los derechos humanos de los pandilleros. Muchos de quienes se ponen del lado de los delincuentes no han vivido nunca las penurias que sufría el pueblo salvadoreño por causa de las maras.
A pesar de la matriz de opinión generada por ciertas organizaciones internacionales, y por personajes tales como Gustavo Petro, Bukele parece resuelto a continuar con su histórica acción.
“Los pandilleros que tanto dolor y llanto le han causado al pueblo salvadoreño no van a salir. Permanecerán encerrados hasta que paguen por cada uno de sus crímenes. Nos encargaremos de eso”, señaló hace unos días Bukele en Twitter.
Incluso se supo que un pandillero recibió una condena de 1.310 años de prisión, tras haber sido declarado culpable de 33 asesinatos y múltiples extorsiones.
Son muchos los que justifican a los criminales y los victimizan. Mucha de esa gente es quien critica ferozmente al presidente de El Salvador por su exitosa gestión en contra de los delincuentes.
Algunas organizaciones internacionales parecen preferir que la anarquía y la delincuencia reinen. Demuestran tener más empatía por los antisociales que por el pueblo. Modelos de sociedad como la Venezuela de Chávez y Maduro encuentran respaldo por parte de organismos importantes, que a pesar de los niveles de violencia y crimen que son habituales en el país caribeño no critican esa situación, sin embargo cuestionan el trabajo que Bukele hace por mantener la seguridad de uno de los países de Latinoamérica que en otrora fue de los más golpeados por los pandilleros.
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