De acuerdo con quien todo lo sabe, Wikipedia, un “bot” es un  término que proviene de acortar la palabra “robot”. Se trata de un programa informático que realiza tareas repetitivas, predefinidas y automatizadas y está diseñado para imitar o sustituir el accionar humano. Opera en forma automatizada, por lo que puede trabajar mucho más rápido que una persona.

Pues bien, en la vecina Colombia se ha abierto una investigación independiente para determinar la forma en que Rusia intervino en el proceso electoral de ese país a través de bots para inclinar la balanza hacia quien hoy ejerce la presidencia.

El asunto, para los no entendidos en la materia suena a ciencia ficción, pero está lejos de serlo. Los servicios de inteligencia de la potencia norteamericana llevan tiempo detrás del accionar ruso en la materia y han conseguido develar cómo, desde Moscú, un bien planificado plan se ha estado articulando para influir en elecciones de algunos países en nuestro hemisferio y en Asia, países estos que le resultan a Rusia estratégicamente importantes. Todo ello mediante acciones a través de las redes sociales para modificar los climas de opinión.

Nada hay de raro en esta vigilancia estadounidense sobre el accionar de Rusia en este terreno. Los oficiales de seguridad norteamericanos tienen como propósito estar siempre atentos a cualquier movimiento extraño en cualquier país que pueda alterar el tablero geopolítico y constituirse en una amenaza para sí mismos.

Miles de “troll farms”  o granjas de bots que operan desde sitios como Benín, Mali, Senegal, Pakistán, India y Nigeria han sido detectados y se dedican a diseminar información falsa que orienta de manera malsana a la colectividad de usuarios de las redes sociales y terminan por incidir en los procesos electorales. Colombia se convirtió en un target clave cuando se comenzó a vislumbrar la posibilidad de que un candidato de la extrema izquierda participara y tuviera chance de tener éxito en la contienda de mayo y junio del año pasado. Así lo señaló Juan González, director del Consejo de Seguridad de Estados Unidos para el Hemisferio Occidental desde diciembre de 2021.

Esta parece ser una vía relativamente sencilla, además de poco onerosa para Rusia y China, para inclinar a favor de sus tendencias políticas la opinión del electorado de Colombia, un país que no solo resulta ser un muy cercano y activo aliado de Estados Unidos, sino además cuyas autoridades han sido refractarias a cooperar con Rusia y China en aquellas materias de seguridad que les interesan. En el caso colombiano, Rusia habría dedicado granjas de bots ubicadas en Bangladesh, México y Venezuela para difundir, a través de más de 7.000 cuentas, datos falsos sobre el proceso electoral. También se ha determinado que fueron particularmente activas durante los desórdenes de calle que paralizaron al país durante la presidencia de Iván Duque y lesionaron grandemente su economía.

Es así como  la aguerrida senadora por el Centro Democrático María Fernanda Cabal acaba de viajar a Washington para presentar prueba en el Foro de Seguridad del Hemisferio Occidental de este tipo de actividades de generación y amplificación de informaciones falsas que determinaron una injerencia indebida de potencias como Rusia en un proceso democrático como el de las votaciones para elegir presidente. Todo ello con el fin de favorecer la elección popular de Gustavo Petro. La CIA y el FBI recibirán información válida sobre hechos ocurridos sobre el terreno y ello debe llevar a la determinación de responsabilidades de actores como Twitter.

Venezuela y México, como lugar propulsor de las granjas que operan en su territorio, tienen igualmente que dar la cara por un delito informático de gran trascendencia y envergadura.


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