“El martes se me fue la luz”. Así comienza un excelente artículo de José Ignacio Cabrujas (“El poste”). Lo comienzo de esa manera, porque es una frase rutinaria de los zulianos, quienes con sus treinta y pico largos centígrados de calor suelen decirla, solo que en lugar de señalar el día dicen: “C… se volvió a ir esta v…”

Este mismo año, durante el primer semestre, se registraron 61.553 fallas eléctricas en todo el país; en el Zulia el fluido eléctrico se ausentó, se fue, desapareció como si estuviéramos en Kiev bajo el bombardeo ruso, 11.521 veces, es decir, 18,7% de ese total.

Estos apagones pueden presentarse durante una hora, dos horas cuatro horas, seis horas, un día y hasta, como ocurrió el 7 de marzo de 2019, unos seis días.

No importa cualquiera que sea la duración de la interrupción de la electricidad, las altas temperaturas que se registran en el Zulia -porque además somos la tierra que más ama el sol- nos ponen en el dilema de no saber qué hacer con nuestras vidas, hasta el punto de que, parafraseando a Cabrujas, se diga (casi llorando y sudando a cántaros) “qué bonita era la presidencia de Luis Herrera Campins”, imagínense eso.

Así las cosas y después de tanta oscuridad en las calientes noches de Maracaibo o en los terribles y calientes mediodías de la ciudad, Corpoelec nos presenta el plan Borrón y Cuenta Nueva y vuelve a maltratar al Zulia al colocarlo como estado piloto para implementar el cobro de las tarifas que no se cobraron y colocar la mensualidad a partir de ahora en 45 dólares.

A propósito de esto último, sabrá la gente del régimen y en particular la de Corpoelec que el salario mínimo de un trabajador zuliano es de 15 dólares mensuales. Ojo, este monto está bajo la presión diaria de un bolívar que se devalúa a diario.

Bueno, es obvio que lo sabe tanto Corpoelec como el régimen, pues si algo ha quedado claro es que el bienestar de la gente no es el objetivo del régimen y en el caso del Zulia, también es notorio el desprecio que el régimen siente por la región y por su gente.

Quiero aprovechar estas notas para enviarle a Corpoelec una lista de lo que en casa de un amigo se ha gastado en la reparación de los artefactos eléctricos dañados por la interrupción del servicio eléctrico sin previo aviso:

  • Unidad de aire acondicionado integral de 5 toneladas: 400 dólares (dos veces) usadas con garantía.
  • Mano de obra: 70 dólares, la compra de gas, corre por cuenta del dueño del AA.
  • Unidad de nevera: 200 dólares (dos veces también), mano de obra 40 dólares. No se acuerda de cuánto le costó el reloj.
  • Televisor, licuadora, computadora, bombillos, bomba de hidroneumático: 600 dólares
  • Compra de planta eléctrica Westinghouse de gas y gasolina: 2.500 dólares; mantenimiento de dicha planta: aceite, batería y limpieza 150 dólares mensuales.

Mi amigo no pudo reponer el televisor, la licuadora y la computadora. Solo repuso los bombillos del callejón de su casa, cocina y el dormitorio.

En total Corpoelec le debe a Jesús 4.560 dólares. De allí que él no está dispuesto a acatar el programa Borrón y Cuenta Nueva hasta que Corpoelec salde la deuda que tiene con él.


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