La concepción que ha tenido el chavismo en cuanto a Simón Bolívar, más tiene que ver con el discurso nacionalista libertador, que con sus propios ideales políticos. Pues Bolívar era ante todo un anticolonialista.

Una vez y entró en vigor la Constitución de 1999 en Venezuela, se cambió la denominación del país por la de República Bolivariana de Venezuela. ¿Pero cuales fueron los motivos de la especial mención a Simón Bolívar? ¿Por qué en 1999? ¿Qué diferencias y similitudes existen entre el pensamiento de Bolívar y el de Chávez? Conviene prestar especial atención al contexto temporal de ambos personajes y realizar la comparación respecto a ello, llevando a cabo comparativas proporcionales y relativas y nunca absolutas. Pues de lo contrario caeremos necesariamente en anacronismos extraños.

El problema de Latinoamérica ha estado siempre subyugado a su pasado colonial con Europa -especialmente con la Monarquía hispánica- y no menos importante, con Estados Unidos. Pues el origen de la Doctrina Monroe (por la cual EEUU intervendría en todo el continente americano en defensa contra los europeos) es simple y llanamente un “para colonizar Latinoamérica ya no está Europa, sino Estados Unidos”. Y es que, el país norteamericano , como buen país capitalista hijo de la tradición anglosajona liberal, quiere establecer lazos comerciales, no quiere una invasión territorial con derivaciones soberanas. Quiere sacar rédito económico y comercial. Lo cual puede parecer bastante lógico y legítimo.

Pero no fue tal percepción la que ostentaba, por ejemplo, Cuba. Que tras un levantamiento militar, Fulgencio Batista, se erigió como jefe gubernamental supremo, para después verse bañado en dólares estadounidenses. Esto fue lo que provocó la reacción de la Revolución cubana que, junto con la Unión Soviética, crearon un aura de posibilidad revolucionaria de izquierda. El Pacto de Puntofijo en Venezuela que había gozado de gran estabilidad y había logrado apartar las revoluciones socialistas, no pudo hacer frente “al huracán Hugo” después del “Caracazo”. Por H o por B, las políticas económicas neoliberales que habían sido efectivas para la mayor parte de la segunda mitad del siglo XX, ya no lo eran una vez las directrices venían del neoliberalismo imperante del “Consenso de Washington”. Efectivamente, cuando la URSS desapareció.

He aquí el resurgimiento de la figura de Simón Bolívar para Venezuela y el chavismo. ¿Estaba Simón Bolívar en contra del neoliberalismo? No lo sabemos, pues murió antes del surgimiento de tal ideología (igualmente para el socialismo). Lo que hace que Hugo Chávez tenga tal fijación en la figura de Bolívar es el anticolonialismo, y por tanto, la búsqueda de la configuración de un nacionalismo, de una identidad latinoamericana (en el caso de Bolívar) y la búsqueda de una identidad no extranjera para Venezuela (en el caso de Chávez).

Pues Simón Bolívar nació en Caracas, el 24 de julio de 1783. Caracas pertenecía al virreinato de Nueva Granada por entonces. Simpatizaba con los ideales de la Revolución francesa, aunque consideraba a Napoleón como un déspota ilustrado (aquellos que bajo los ideales de la ilustración, seguían los ideales conservadores del Antiguo Régimen monárquico). Es en este punto cuando se puede considerar a Simón Bolívar como a un liberal. Un liberal en contra de la Monarquía hispánica y a favor de una república y una nación o naciones en el sur de América. También un liberal en el sentido más económico, pues su intención era forjar una alianza comercial con Inglaterra. También un liberal en el sentido que, por ejemplo, redacta una proyecto de Constitución boliviana en 1826 por el cual se establece un sufragio censitario, es decir, aquel donde solo tienen derecho al voto los que ostentan cierto nivel de renta y patrimonio. Además de querer un sistema político racionalizado basado en separación de poderes.

Pero sería injusto acabar el presente artículo argumentando el carácter liberal vocacional y único de Simón Bolívar, sin más. Pues ante todo era un ilustrado acaudalado proveniente de una familia acomodada. Un ávido lector y entusiasta de la filosofía política de la ilustración por la cual se pretenden llegar a la razón por los avances científicos de la época. Pero ante todo, lo que era Bolívar -como hemos indicado anteriormente- era un ferviente defensor de la independencia del cono sur americano y un realista pragmático a la hora de implementar o defender ciertas políticas. Lo que más le importaba era la independencia de Latinoamérica respecto de Europa y de los Estados Unidos, y si para ello tenía que defender políticas de dudosa legitimidad democrática y los valores liberales, así lo haría.

Defendía la voluntad general de Rousseau, un ilustrado francés. Al cual se le presupone el germen del pensamiento socialista. Pero también defendía la figura de un presidente vitalicio además de un ejecutivo fuerte sobre los demás poderes públicos. Esto no quiere decir ni que fuera socialista ni autoritario. Era ante todo un liberal defensor de los valores de la Revolución francesa y en contra del colonialismo. Un liberal en tanto en cuanto pretendía unos derechos civiles y políticos para la ciudadanía. Un liberal a favor del pueblo y en contra del absolutismo -en caso hispano-monárquico-. Es necesario recordar que el liberalismo es una ideología -la primera- que surge contra el absolutismo. Aunque, posteriormente puede derivar en despotismos, en nacionalismos, en socialismos, incluso en fascismos. No quiere decir que estas ideologías sean liberales, pero para su surgimiento primero había de romper con el Estado absoluto del rey. Por ello, no pueden entenderse sin un liberalismo previo.

Pero en el fondo de su pensamiento es el nacionalismo latinoamericano e independiente de Estados Unidos y de Europa lo que más fuerza tiene. Todos sus ideales liberales estarán supeditados a la necesidad y al pragmatismo de conformar una gran nación de naciones latinoamericana. Un Estado federal con un poder centralizado que fuera capaz de rivalizar con Estados Unidos y Europa. Es por ello, que los principios liberales-democráticos deberán quedar al albur de un poder centralizado. Bolívar pensaba que la apertura democrático-liberal de los sistemas políticos en los países de América del sur podrían implementarse una vez y éstos estuvieran maduros. Y a su parecer, de hecho, no lo estaban. Por ello, todas las políticas promovidas a favor de un centralismo más autoritario y en contra de un sistema parlamentario tienen que ver con un realismo más que con un moralismo e idealismo. El proyecto panamericano de Bolívar no pudo llevarse a cabo finalmente. Estados Unidos y Europa -Inglaterra sobre todo- veían en el proyecto un futuro foco de poder capaz de rivalizar con las grandes potencias. Tampoco se gozaba de una cohesión necesaria en el cono sur -de todas las naciones- como para llevarse a cabo.

Hugo Chávez sentía la necesidad de configurar una nueva nación venezolana basándose contra el neoliberalismo norteamericano. Un nuevo “neocolonialismo”, a su parecer. Y qué mejor figura que la del glorioso Simón Bolívar, el libertador que encabezó las luchas de independencia. No es que al chavismo le importara que Bolívar fuera un aristócrata, no. No es que al chavismo le importara que Bolívar fuera un liberal que si traicionó sus ideales lo hizo por pragmatismo político, no. Lo que realmente importaba al chavismo fue construir una nueva Venezuela, un nuevo pueblo venezolano a imagen y semejanza de Hugo Chávez, y para ello, necesitaban a Simón Bolívar, un héroe nacional que aunque abogó por un proyecto panamericano, Chávez lo redirigió hacia la propia Venezuela.

Artículo publicado por illiberaldemocracy.es


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