El anglicismo “gate” -puerta- viene al dedo. Es el fácil acceso a las muchas coincidencias en motivación, desarrollo y  quizás hasta en la deriva final con Watergate, el escándalo  político que en Estados Unidos (1972) reforzó la importancia básica del Poder Judicial autónomo en toda democracia verdadera por constitucional, electa en comicios libres, limpios y verificables.

Es por eso que Donald Trump y Benjamin Netanyahu coinciden de modo radical en su intento de cambiar o dominar las Cortes Supremas de sus países, organismos que hasta hoy, venciendo dificultades, siguen ceñidos a la ley. Ambos persisten de modo irracional en politizarlas a su favor para evitar, paralizar o suspender del todo las investigaciones que los señalan como ejecutores de corrupción. Y lo accionan al estilo del romano Nerón tocando en su lira, postulándose apurado en su candidatura presidencial el estadounidense y el israelí pactando con sectas religiosas ortodoxas a través de sus parlamentarios que lo sostienen como primer ministro. Mientras maniobran sus entornos se incendian. Actualizan la frase del depuesto rey francés Luis XV, consigna renovada, electoraloide, muy de moda: “Después de mí el diluvio”.

Propósito igual ocurre en la cuna de Simón Bolívar con el agravante de ser un lugar donde reina la injusticia porque el régimen castrochavista usurpa la institucionalidad democrática desde hace veintidós años. Al estallar la grave crisis hace varios días, su ilegítima Fiscalía General lanza nombres con sus apellidos a granel y detiene mayormente a civiles culpabilizados de este desastre moral y financiero. Para los militares, hasta el momento, la lista de comprometidos es corta, omite nombres propios en cantidades aún desconocidas, revelan los más convenientes a su proceso de purgas sucesivas iniciadas con el sacrificio lento y sádico del general Isaías Baduel.

Nunca antes el socialismo del siglo XXI delató a sus delincuentes activos mientras lanzaba huestes armadas -años 2014 y 2017- contra la población civil que protestaba pacíficamente ni cuando encomiendan para el mismo trabajo a sus colectivos enmascarados para sus elecciones fraudulentas del voto para botas. Ejecuciones extrajudiciales y otras fechorías continúan a la sombra tratando de esconderlas de la Corte Penal Internacional. Para qué repetir lo que se sabe y confirmado.

¿Por qué precisamente ahora tanta diligencia buscando, presuntamente, purificar Pdvsa? Clarísimo. Suponen que de nuevo pueden salvarse sin límite de tiempo. Son los superiores mandos militares y civiles no civilistas que presiden el aparato gubernamental  revolucionario. Y en su pánico no perciben hasta qué nivel otorgan el más nítido autorretrato de su origen criminal y cédula de identidad, desde su aparición televisiva, el célebre 4 de febrero cuando violentaron físicamente Miraflores para asesinar a Carlos Andrés Pérez, presidente legítimo de la República Civil. Delinquir es su naturaleza y certificado bautismal, así lo confesó en el mismo sitio y sin rubor el comandante eterno ya detenido al admitir su fracaso “por ahora”.

Es de agradecer entonces lo malo, feo, terrible, asqueroso que descubre el Pdvsagate, pues ningún procedimiento disidente bajo dictadura pretoriana lograría develar los resultados de una averiguación semejante, ni siquiera parcial y menos aún hacerla pública.

La ONG Control Ciudadano, todavía intacta y presidida por la abogada Rocío San Miguel, declaró pocos días atrás que solo hay tres nombres propios de militares detenidos -dos coroneles y un teniente coronel, gerentes de la petrolera en cuestión- y ahora se agregan  oficialmente varios nombres de la Corporación Venezolana de Guayana. Tampoco aparece ningún general de los 2.000 consagrados con medallas trisoleadas, premios por sus  batallas de lealtad incondicional. ¿Será un cambio generacional en busca de sustituir a los Padrinos y séquitos del pasado y presente? Un sabio refrán recuerda: “No hay peor cuña que la del mismo palo”. El nuevo director de Petróleos de Venezuela es otro  coronel del componente Ejército. ¿Puesta en escena o bandas que ajustan cuentas? La transparencia brilla por su ausencia.

Desde que Hugo Chávez Frías despidió al personal experto en todas las áreas de la exitosa industria petrolera estatal, bajo control legislativo  durante el período democrático, Pdvsa es nido de cuervos, aves omnívoras, de pocos depredadores, tragan con predilección la carroña, saben volar bajo intensos temporales. Los textos bíblicos los asocian al demonio vivo.

La oscuridad y el silencio fueron, son y serán las armas destructivas más poderosas y letales del militarismo cubazolano. Eso mientras  los aguante la sociedad completa sin distinción de clases, perdida ya la confianza en la formal oposición multipartidista y fragmentada en grupos mínimos. Debido a su terca conducta ilógica, personalista, de facto, automáticamente se complicita en los fraudes de esta gigantesca, corrupta red.

La angustia del régimen ante la posibilidad de perder la empresa que lo nutre, su mina  principal que junto a la del oro y el narconegocio lo alimentan desde un constante saqueo, hace que sin querer la mafia en el poder -uniformada, en corbata o guayabera- se desnude y  se condene. Toda, sin excepción. Durante dos décadas simuló ceguera para que no la vieran a cuerpo entero.

La historia del arte pictórico, desde las cavernas y a lo largo de siglos, muestra cómo la  autoimagen espontánea o planificada es el análisis de representación más profundo y efectivo para conocer a fondo la mentalidad de los autores y su circunstancia. Método aplicado con éxito en estudios de toda índole.

Gracias pues al Pdvsagate. Es de bien nacidos ser agradecidos.

alifrei @hotmail.com

 


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