El pasado lunes la administración de Joe Biden anunció a través del Departamento de Seguridad Nacional la decisión de conceder el Estatus de Protección Temporal (TPS por sus siglas en inglés) a los venezolanos que están en Estados Unidos. Se une con esta medida a Colombia y República Dominicana, que también otorgaron el permiso de protección temporal a los venezolanos para que regularicen su situación como inmigrantes.

El TPS concedido por los gobiernos estadounidense, colombiano y dominicano se debe a las condiciones extraordinarias y temporales de Venezuela que impiden a los ciudadanos que han migrado regresar al país por la falta de bienestar y seguridad.

El gobierno de Biden estableció que el motivo para otorgar el TPS fue la emergencia humanitaria que atraviesa actualmente la nación. Una situación generada por el régimen de Nicolás Maduro. “Bajo su mandato, el país se encuentra en medio de una grave crisis política y económica desde hace varios años. (…) Marcada por un amplio abanico de factores, entre ellos: una contracción económica; inflación e hiperinflación; profundización de la pobreza; altos niveles de desempleo; reducción del acceso y escasez de alimentos y medicinas; un sistema médico severamente debilitado; reaparición o aumento de la incidencia de ciertas enfermedades transmisibles; colapso de los servicios básicos; escasez de agua, electricidad y combustible; polarización política; tensiones institucionales y políticas; violación de los derechos humanos y represión; delincuencia y violencia; corrupción; aumento de la movilidad y el desplazamiento humano (incluyendo la migración interna, la emigración y el retorno al país); y el impacto de la pandemia de covid-19”.

Venezuela ingresa así a la lista de países a los que Estados Unidos ha concedido el beneficio de un TPS para sus ciudadanos, integrada por Siria, Sudán, Sudán del Sur, Somalia, Nicaragua, Nepal, Honduras, Haití, El Salvador y Yemen.

Con el TPS otorgado por Colombia, República Dominicana y Estados Unidos, se estima que 2.182.927 venezolanos dejarán de ser invisibles para los respectivos gobiernos: podrán tener acceso a la atención médica e ingresar al mercado laboral.

La respuesta del régimen de Nicolás Maduro es que la grave crisis humanitaria de Venezuela no es multidimensional –como se señala en las razones del otorgamiento del TPS– sino unidimensional, las sanciones. Así lo manifestó el canciller de Maduro, Jorge Arreaza, en su cuenta de Twitter: «Lo coherente sería que el siguiente paso de la nueva administración de Estados Unidos sea el LEVANTAMIENTO TOTAL de las sanciones arbitrarias que generan dolor y sufrimiento en el pueblo de Venezuela, tal como lo exige la Organización de las Naciones Unidas».

El gobierno de Biden ha sido claro y consistente en su mensaje a Maduro y compañía. Así lo confirmó un alto funcionario de la administración estadounidense en la teleconferencia ofrecida por la Casa Blanca hace dos días a la periodista Carla Angola: “Estados Unidos va a seguir aumentando la presión. Y lo hará multilateralmente para asegurarse de que aquellos que son culpables de violación de los derechos humanos; que están robando al pueblo venezolano; que están involucrados en una actividad criminal desenfrenada, no encuentren cuartel en ningún sitio hasta que se sienten a la mesa en serio y tomen decisiones que lleven a unas elecciones libres y justas en el país”.

Además, afirmó que la negociación no es entre Estados Unidos y el régimen: “Es entre el régimen ilegítimo y el gobierno interino de Venezuela. Y el resultado debe ser uno que conduzca a elecciones libres y justas”. Porque han visto la forma en que Maduro ha utilizado los diálogos como una táctica de retraso para centralizar el poder, para polarizar a la oposición, para encarcelar a los opositores y para reprimir a los manifestantes pacíficos. “Tenemos muy claro cuáles son las expectativas, cuáles son las intenciones y los incentivos del régimen”, recalcó.

Si el régimen del sucesor de Chávez continúa pensando en tomar atajos para sostenerse en la usurpación del poder, “seguirá tropezando con la misma piedra”. Y es que Biden, con el TPS, solo le dio una vuelta más a la tuerca.


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