Confianza, esperanza firme que una persona tiene en que algo suceda, sea o funcione de una forma determinada, o en que otra persona actúe como ella desea. Es la seguridad, especialmente al emprender una acción difícil o comprometida. Familiaridad, naturalidad y sencillez en el trato, propias de la amistad o el parentesco. Refrescando el significado de una de las más valiosas palabras y puros sentimientos, el tema se trata de su opuesta: la desconfianza. La gemela malvada que azota, en todos los aspectos, a cada miembro de los hogares venezolanos. Una desconfianza inducida y creada para no tener claridad ni un norte despejado; “Ni tu peor enemigo puede hacer tanto daño como tus pensamientos” y con ella en primera fila, se tiene un caos.

En medio de turbulentas y confusas noticias sobre «Venezuela se arregló», nuestra desconfianza parece agigantarse cada vez más y más. ¿En qué creemos y en quién? El génesis del asunto pareciera haber sido creado en el laboratorio de las mentes malignas que hoy llevan las riendas del país. El caso que habría que tomar primordialmente es la muerte del expiloto del Cicpc, su cuadrilla y varios civiles. Sin duda alguna fue otra violación flagrante de los derechos humanos, tratados internacionales y de la Constitución, pero ampliando un poco el pensamiento: ¿qué hubo detrás de ese caso? Al régimen no le interesaba otra sanción, eso fue algo obvio, lo que generó suspicacia es ¿qué resultado esperaba obtener con esta acción? Pero, más allá ¿qué resultado quería generar el expiloto con todo ese esfuerzo ante las cámaras? El mundo entero siguió la situación vía redes sociales ya que fue una conmoción, pero ¿por qué?, ¿sacar un teléfono en medio de una balacera para enviar un vídeo de una escena estilo película de guerra? Usando un poco la lógica, la desconfianza en éste personaje desde un principio fue abundante por su origen, proceder y apariciones repentinas, pero fue catalogado como un mártir venezolano por unos días, y ya fue arrojado al baúl de los recuerdos como Caguaripano. Venezuela y sus ocurrencias. “El supremo arte de la guerra es someter al enemigo sin luchar” y aquí el verdadero enemigo del régimen de facto es el pueblo. Si se le fabrica un rostro a la esperanza encarnada en un mesías vengador la gente lo seguirá y empezará a creer. Pero, cuando se destruya, porque ya cumplió su función, la desconfianza y el desánimo serán abismales.

Venezuela tristemente la han convertido en la Sodoma y Gomorra del XXI. Los sueños de jóvenes huyendo despavoridos de la “Pequeña Venecia” han naufragado. Imperdonable y condenable. Conatos y saqueos bajo la mirada indiferente y cómplice de los organismos del Estado en distintas ciudades del país, ha dejado daños irreparables para muchos. La FANB ha caído en el último peldaño de la repulsión ya que, aparte de tener un doctorado en brutal represión, está se ha convertido en un elemental secuaz para aquéllos vándalos sin razón. ¿Es el país que queremos?, ¿el hambre se combate con licor y la sed con mueblería? Aquí está el legado de aquél que prometió acabar con los niños de la calle. Ahora, éstos mueren a mengua en la sala de un hospital por desnutrición.

La desconfianza es un sentimiento en el que predomina la sospecha de que la información recibida es falsa o engañosa. Dichos y hechos se evalúan de forma preconcebida para demostrar intenciones posiblemente irreales y adoptar reacciones defensivas. La corrupción, el robo y el delito ya no son la excepción, sino la regla. “Piensa mal y acertarás” es el lema del reino de la mala fe, donde a las personas confiadas se les considera tontas o ingenuas. Desde abordar un taxi hasta cerrar un contrato público o privado para hacer empresas o proyectos rentables. La sana prudencia se transforma en la exigencia exagerada de condiciones que elevan los costos y perjudican a consumidores, productores, gestores, empleados y trabajadores, porque todos pagan la lógica perversa de la desconfianza. En fin, la desconfianza absoluta solo existe en Estados fallidos. Y el paraíso de la confianza total es el otro extremo teórico de un continuo en el que el respeto a la ley y el orden están de por medio.

@JorgeFSambrano

#RendirseNoEsUnOpcion


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