“Tengo casi treinta años viviendo en este país y nunca me había sentido discriminado. Siempre el mejor de los tratos con excelente respeto. Pero hasta el año pasado en un concierto  en el que estaba participando decidí salir antes de tiempo, cuando de forma sorpresiva alguien me dijo: Salte de aquí beaner… no tienes nada que hacer aquí. Qué tristeza, eso me rompió el corazón honestamente”. (Mister Marco, Iowa, 25-09-2019)

Textualmente se comparten segmentos de la conversación sostenida con Mr. Marco, un ciudadano estadounidense, de nacionalidad venezolana, con casi treinta años haciendo vida en Estados Unidos. En este caso, un tema relacionado con la polarización política:

La gente trabajaba, tenía sus cosas, se preocupaba por progresar, pero vino la división del pueblo como consecuencia de la implementación de una agenda de quien tomó el poder en Venezuela en el año 1998, que tuvo el propósito premeditado de dividir y conquistar. Sin embargo, si nos fijamos con atención, lamentablemente y con gran tristeza, igualmente estamos viviendo también en este país una “crisis de división” del pueblo, es decir, arraigar la división entre hermanos americanos y de esa manera conquistar aún más el poder. Entonces, para hacer esto realidad, se cumplen líneas partidistas para seguir a un ídolo, que es como se cataloga al “señor” que está aquí; tan igual como veían al señor que estuvo en Venezuela. Pero no debe ser así, porque para eso están las instituciones, las cuales deben estar separadas, cumpliendo cada una de ellas sus funciones, deberes y obligaciones.

Por ello, ojalá que no permitamos que nos dividan sino que basado en el hábito de escuchar activamente al que oponemos, podamos sentarnos cada quien con nuestras posturas y opiniones, incluso reflexionar y de repente llegar a un punto medio. Pienso que es la única manera de tener una vida relativamente tranquila, de otra manera esto va ser un caos, y ya está ocurriendo en este país: una división que es muy preocupante.

División

Coexistían en Venezuela dos partidos políticos con relevante importancia de la misma forma como existen aquí en esta nación. Existía una división política, pero no pasaba más de ahí, de algo político, de una ideología simplemente, donde en una familia como la nuestra, los Rodríguez específicamente, se encontraban miembros con diferentes intereses, opiniones o aficiones políticas; pero lo bonito es que al final, dentro de esas diferencias,  nos sentábamos a la misma mesa, nos queríamos, nos respetábamos, compartíamos las comidas más deliciosas e inolvidables del mundo, a pesar de esa división política.

No obstante, en 1998, con la llegada de aquel “señor”, se empieza hablar de pobres y ricos, de negros y blancos, de empresarios y obreros;  que la culpa es de aquel que está allá arriba y exitoso, y por ende es el que es culpable de que usted sea pobre, de que no le vaya tan bien y a quien hay que quitarle; donde la cuarta es lo malo y nosotros somos los buenos. Entonces entró ese lenguaje de división  de los hermanos venezolanos.

A esa división me refiero, que va muchísimo más allá de lo político, ya se trata de hablar de las pasiones más bajas de las personas, de traer ese resentimiento, apuntando con un dedo: aquel es el malo, nosotros somos los buenos. De eso fue que se encargaron, de dividir a los hermanos venezolanos, donde al máximo líder del país no le importó salir en televisión nacional a insultar a los que él consideraba del otro lado y los puso como los malos. No tuvo el liderazgo de saber decir que hay diferencias pero somos del mismo país, somos venezolanos, que es lo que principalmente nos define, y que tanto de un lado como del otro hay gente buena y hay gente mala.

Ahora paso a comentar lo que ocurre aquí. Es exactamente lo mismo. Llegó un populista. El presidente actual es un populista al que no le importa ir a los medios de comunicación (la televisión principalmente) y ofender grosera e impunemente a los inmigrantes: principalmente, el tema de la raza divide a los hermanos americanos. Claro está que el racismo ha existido desde siempre, desde toda la vida, pero había habido un avance, al menos existía un respeto; aunque se sintiera algún tipo de sentimiento en contra del color o raza opuesta, se respetaba.

Lamentablemente, eso se está acabando. Resulta que ahora el máximo líder (el igual al que estaba allá) llama en televisión nacional a un grupo violador o drogadicto, que vienen a dañar a este país o que se roban los trabajos. Cuestiona por qué no hay inmigración de países de “piel blanca” (¿qué tiene que ver eso?), que por qué no recibimos más inmigrantes de esos lugares en lugar de hacerlo de países shithole.

Entonces crea una división entre los hermanos americanos porque muchas personas blancas no son racistas y ven a las otras como seres humanos simplemente, sin importar el color de piel. Se hace una división cuando esta persona, el presidente actual, esa es su agenda, procura continuamente dividir a los hermanos americanos, muchísimo más allá de la ideología política, acentuando conflictos que han existido desde hace muchísimos años, lo que supone un gran retroceso. Si el presidente es capaz de ser racista en televisión nacional, por qué el ciudadano común no lo puede hacer.

Fuente: Perspectiva Económica y Académica Contemporánea. UNET. Años: 2018-2019.

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