Jorge Arreaza
Jorge Arreaza | @CancilleriaVE

Ni siquiera habían abandonado el país los miembros de la misión electoral de la Unión Europea quienes en su informe preliminar ya  habían hecho importantes cuestionamientos al proceso electoral, cuando el régimen de Maduro, negado a aceptar la derrota en Barinas de Argenis Chávez, en la tierra natal del comandante eterno, comenzó a dar vueltas con un recuento electoral. Pero a pesar de que aún con control militar y pérdida de actas el representante de la dinastía Chávez perdía, con el desparpajo que le caracteriza- y me imagino que pensando que por qué Daniel Ortega sí y él no- acudió al obediente TSJ para que reinhabilitará al evidente triunfador Freddy Superlano, llevándose por delante la habilitación que le había concedido el mismísimo Maduro y ordenar repetir las elecciones.

La voluntad del pueblo de Barinas y el CNE quedaron pintados en la pared. Yo quizás ilusamente me esperaba una reacción más contundente del organismo, debido a que a su presidente Pedro Calzadilla lo he  tenido por una persona de bien, pero se entiende que quien representa a Maduro no tiene derecho a voz y suponemos que tampoco a voto. Al menos era de esperarse una declaración conjunta de los rectores no chavistas que no ocurrió. El muy apreciado rector Picón se limitó a unas tibias declaraciones en las cuales en lugar de protestar por las inhabilitaciones pidió que se las avisaran a tiempo.  Enrique Márquez fue más enfático al señalar que como ciudadano no podía dejar de elevar su voz en relación con las recientes decisiones de la Sala Electoral del TSJ y en el hecho de que  la repetición de comicios en Barinas menoscaba al CNE y las inhabilitaciones de candidatos por parte de la Contraloría General de la República debilita a las instituciones y termina violando los derechos constitucionales de los afectados

Pero esta historia en la que Barinas se convierte en el arquetipo del país aún no ha terminado

Juan Guaidó en contraste, y hasta en contradicción, con su indiferencia electoral se dedicó con todos los hierros a apoyar a Superlano y ambos lograron concentraciones de protesta  que hace tiempo no se veían en el país. La MUD decide lanzar la candidatura de Aurora Silva, esposa de Superlano, inhabilitada ipso facto y sin ninguna razón por el TSJ. Decide  entonces la MUD inscribir a Julio César Reyes, y el guion de inhabilitación arbitraria por parte del TSJ se repite. Surge entonces la candidatura de Sergio Garrido, militante de AD, quien hasta nuevo aviso será el candidato de la MUD en Barinas.

Tanto atropello ha conducido a algo muy positivo y es que tanto el MAS, como el partido de Henri Falcón, Avanzada Progresista, han decidido apoyar a la MUD, dándole la espalda a Claudio Fermín, quien no se cansa de arrastrarse y es el candidato de las organizaciones que conforman la mal llamada Alianza Democrática, integrada mayormente por partidos alacranes, con la clara intención de dividir el voto opositor.

Pero así como los abusivos acontecimientos han conducido a esta unidad casi perfecta, en el seno del PSUV se ha producido el efecto contrario, no solo fueron los dimes y diretes entre Diosdado Cabello y el derrotado y renunciante  gobernador Argenis Chávez, sobre a quién correspondía decidir el sucesor, sino que también hubo golpes y porrazos en una asamblea realizada en Barinas, de la cual salió seleccionado Jorge Arreaza como candidato del PSUV para la entidad.

Como sabemos Jorge Arreaza, aparte de haber desempeñado varios cargo, está vinculado a la familia Chávez por lazos matrimoniales, pero aún así al inscribir su candidatura, acompañado del estado mayor del PSUV se dirigió a los barineses para anunciar una nueva revisión, rectificación y reimpulso de la revolución en la entidad, distanciándose así de la  gestión del exgobernador Argenis Chávez y quién quita, de todas las anteriores de la misma dinastía, de quienes, según el decir de la muy informada periodista Sebastiana Barráez, Maduro también quiere ir saliendo.

De aquí a enero queda mucho por verse, si no habrán más inhabilitaciones, si en caso de ganar Sergio Garrido le reconocerán el triunfo, pero ya el gobierno de Maduro priorizó el mantenimiento del simbólico bastión de Barinas por encima de la legitimación nacional e internacional que se supone buscaba a través de unas elecciones observadas, ya demolida por la comisión de la Unión Europea y también por el Centro Carter, con la mayor objetividad y rigor.

Será recuerdo permanente el silencio cómplice de muchos opositores de postín ante esta barbaridad, de las peores de los decenios de trampas y atropellos gubernamentales.


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