Barinas
Foto: Rayner Peña | EFE

«Barinas, linda Barinas». O como diría un amigo mío: “bello todo”. En realidad lo que sigue ocurriendo al parecer es que no se ha entendido a cabalidad, ¿o será que no interesa percatarse cómo se compró tiempo en el pasado? Cuando el difunto me refiero, sí, así se sigue comprando en el presente tiempo para el narcoterrorista régimen, con sus marionetas castrista-rusa: Nicolás Maduro-Padrino López. Allí siguen instalados en el nivel operativo-dictatorial de Caracas. Obedeciendo a esos auténticos mandos, por encima de la voluntad libertaria y democrática de los venezolanos.

Muy probablemente ahora se sentarán otra vez “a negociar”. En México, o en cualquier otro lugar que le guste a Jorgito, para quemar más tiempo. ¡Total, mientras estén en Miraflores! Seguramente van a intentar ganar la cancelación de sanciones internacionales. Exhibiendo su “ejemplar conducta electoral”. Lo harán. Al entregar la “meca del poder en Venezuela” logran sobrevalorar en su juego de “El Monopolio” a Barinas, linda Barinas. Porque allí nació “el comandante». Procurarán de parte del gobierno de Biden y de la Unión Europea con Josep Borrell como aliado un resultado «más que satisfactorio”. ¡Claro, después del habilidoso templón de Putin!  Con todo y su Alex Saab negociando cuántos años de cana le tocan y cuánto canta. Nos amenaza con lanzar tropas rusas sobre Venezuela. “Todo es posible en la viña del señor”.

Alojados ya en las pailas infernales, el mentor Fidel Castro junto a su incauto discípulo Chávez, mantiene el nivel estratégico en la mafiosa narco-comunista revolución cubana, con su bota dictatorial sobre Latinoamérica. Todo aún bajo el seguimiento del grupo heredero «Raúl Castro, familias y Cia».  De la misma sangre o no, hay que reconocer que esa mafia que se instauró en La Habana desde enero de 1959, hace nada más y nada menos que 63 años, ha sabido inmiscuirse en la política internacional, entrar en las grandes disputas hasta hoy día, procurándose un modus vivendi perversamente afianzado sobre la esclavitud de su población. Renovado bajo hoy el modelo electoralista, que no eleccionario, del siglo XXI practican tipejos como Jorgito Rodriguez, Danielito Ortega y Evito Morales, puro niñitos de pecho, un juego hecho a la medida de la platica de la droga. Compra voluntades, votos y amansa políticos lujuriosos con plata, y a valientes con palo y plomo.

Entonces, las negociaciones desde hace rato que no tienen nada que ver con la recuperación del sendero democrático, ni búsqueda del bienestar de la nación. La cosa pragmática es más que menos así: a) te cambio elecciones de gobernaciones y alcaldías por el reconocimiento de Miraflores y un quítame esta pajita de las sanciones. b) Antes fue: te participo en las elecciones de tu Asamblea Nacional madurista y tú no me quitas mi pedazo de pastel; sea que se trate de empresas, tierras, o de bancos. Y así siguen conversandito con la Asociación Bancaria Nacional. ¿No es así burrito? Hasta con Fedecámaras practican oficialmente el barraganato. Mientras el “segundo frente” que representa Guaidó y sus afiliados comen y beben a costillas de la familia, en la otra, “todo sigue muy cristiano”, según “ buenos opinadores” del Vaticano y demás.

A un país que se llegó a dirigir desde adentro por un barraganato, y que ha degenerado aún más, dejándose dirigir ahora por la mafia castrista-rusa desde afuera, ¿qué podemos pedirle o darle ahora?. ¿Consejos? Algo como que es mejor el revocatorio de hoy que prepararse para ir a unas elecciones  de mañana contra el estado narco comunista en 2024? ¿Tratar de asimilar el castrocomunismo al sufragio como exigencia que movilice al pueblo? ¿Podría dar resultado? Si lo entendemos realmente como un elemento impugnador del régimen, exigiendo que se vayan criminales y corruptos?

Como lo demostraron en Barinas los barrios asqueados y cansados de tanta hambre y miseria, votaron no para hacer un revocatorio y que termine el período la hermanita de Jorgito, Bety la fea, sino para que se desaten las amarras del miedo, y el pueblo haciendo revocatorio de calle se levante desde la postración en que lo quieren mantener los colaboracionistas. Es preciso barrer la basura y realmente limpiar la nación.

Lo que muchos aún no aprenden o no quieren aprender es que no se trata de un sistema político en el que se pueda dilucidar quienes van a detentar el poder periódicamente, bajo una alternancia y reglas de Estado democrático, sino de una mafia que maneja los conceptos de fuerza y poder político para imponer su voluntad desde unas pocas familias mafiosas sobre otras, con barraganas o no de por medio.

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@gonzalezdelcas


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