Las vacaciones de verano en el hemisferio norte relegaron por dos semanas los encuentros en Barbados que buscan establecer la hoja de ruta de la salida “pacífica, política y democrática” en Venezuela.

Sin embargo, Diosdado Cabello y Nicolás Maduro empezaron a preparar la maquinaria del Partido Socialista Unido de Venezuela para el evento electoral, la votación parlamentaria que de acuerdo con la Constitución ocurriría en diciembre de 2020.

Hace diez días, Maduro pidió a la dirección nacional del PSUV empadronar a las bases del partido, relanzando el carnet del militante. Dijo: “Es la fórmula organizativa y de apoyo a los militantes de la base”. Porque los datos personales del militante se almacenan en el carnet con tecnología de código QR (código de respuesta rápida). Lo que permite movilizar a los partidarios en momentos electorales a través de un lector de QR, conociendo de manera instantánea quiénes han asistido a su centro de votación.

Maduro solicitó aumentar en dos meses el registro de nuevos militantes en 1, 2 o 3 millones. También dijo que actualmente cuentan con 6.446.872 de carnetizados. Además, afirmó que 90% (5.802.185) votó por su candidatura en la elección del 20 de mayo de 2018 –una cifra diferente al registro del Consejo Nacional Electoral de 6.190.612 votos–.

Hace una semana, Diosdado Cabello indicó que más de 5 millones de viviendas habían sido visitadas en todo el país por el PSUV en vista de las “elecciones parlamentarias”. “Ya tenemos más de 5 millones de personas visitadas y chequeadas”.

Por otro lado, este domingo la Asociación Civil Súmate alertó a los partidarios de Juan Guaidó y al país que 7.533.440 venezolanos requieren inscribirse o actualizar sus datos en el Registro Electoral Permanente. En el exterior deberían realizar estos procesos 3.659.731 venezolanos y en Venezuela 3.893.709 electores.

Asimismo, Súmate informó que el padrón electoral estimado para diciembre de 2019 será de 23.724.184 venezolanos, según las estimaciones del Instituto Nacional de Estadística. Lo que permite hacer varios cálculos electorales.

El primero es que los afiliados del PSUV representan 27% del REP y 73% es contrario al régimen de Maduro. Un dato que coincide con la medición de la mayoría de las encuestadoras (Datanálisis, Datincorp, Meganálisis, IVAD, Pronóstico), cuando afirman que 80% de los venezolanos rechazan la gestión de Maduro. Además, 73% está compuesto por 41% de electores registrados en el REP y 32% por inscripción y actualización.

La segunda observación es que 68% de los electores podrían actualmente ejercer el derecho al voto, lo que disminuiría la diferencia entre las dos opciones electorales. Maduro obtendría 27% y el candidato único de la oposición –mejor escenario Guaidó– 41%. Este resultado es sin tomar en cuenta la abstención y dejando por fuera los 7.533.440 votantes que requieren inscribirse o actualizar sus datos.

Al considerar la abstención histórica, la diferencia entre una opción y otra se reduce. Guaidó ganaría con 30% de abstención. Una victoria que estaría dentro del margen de error, permitiéndole a Maduro robársela –caso Andrés Velázquez en las elecciones de gobernador en el estado Bolívar–. Si la abstención escala, la opción oficialista triunfaría a partir del 33%. En este escenario, la premisa es que Maduro mantiene un piso de 27%.

Por lo tanto, la alerta de Súmate exige preparar la maquinaria electoral de los partidos opositores a Maduro en Venezuela y las embajadas del gobierno interino en el exterior, para incorporar el 32% de votantes, sin inscripción y actualización de datos, en el padrón electoral. Porque en dos meses la meta debería ser: tener registrados y actualizados de 1 a 2 millones de votantes en el exterior a través de las embajadas del gobierno interino y el REP en Venezuela.

El régimen de Maduro sabe que si participan todos los venezolanos que tienen derecho al voto en el REP, no hay abstención que valga para sufrir una derrota electoral. Por ello, apuesta a la cartelización de la “militancia”, a la falta de registro y actualización de datos de los votantes en el REP, y a las cajas de comida de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP) para asegurar el triunfo electoral.

El suministro de 3.308.058 cajas CLAP en promedio mensualmente es su principal herramienta de control social. Impactan en 15 millones de venezolanos.

Los niveles de pobreza han crecido aceleradamente en Venezuela y las personas dependen cada vez más de las CLAP para poder alimentarse.

La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) estipuló que el número de personas desnutridas en Venezuela aumenta anualmente 26% (promedio 3 años). Es decir, la desnutrición en Venezuela se ha enraizado; 4 de 10 venezolanos adquieren la enfermedad cada año. En 2017 había 5.700.000 venezolanos (19% de la población), según la FAO.

Por ello, Maduro aseguró el jueves pasado que “ni con un millón de sanciones” detendrán [Estados Unidos] su programa de alimentos. “Los CLAP son del pueblo y nadie se los quita”.

Maduro y Cabello preparan el terreno para unas elecciones. Las llaman parlamentarias. Un sufragio que no resuelve la crisis política en Venezuela.

La elección será presidencial acompañada de las legislativas, seguramente. Por lo que Guaidó y las fuerzas opositoras a Maduro deben iniciar los preparativos para ir a la elección presidencial con la de la Asamblea Nacional, comunicando a los seguidores la hoja de ruta. Súmate dio la voz de alerta. Depende de cada uno asegurar el triunfo.

Se acabaron las vacaciones de verano.


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