¿Qué es el chavismo?  Es una mezcla de populismo, caudillismo y militarismo en proporciones diversas, sazonada con una buena dosis de corrupción y demagogia, recubierta con una vaga ideología socialista (del siglo XXI) que a su vez contiene ingredientes de izquierdismo, castro-comunismo y bolivarianismo revolucionario. Es toda una menestra política, variada y multisápida, apta para todos los gustos. Por esas singularidades del régimen político  venezolano, no hay otra forma de denominarlo que no sea con el simple y poco glorioso nombre de chavismo, a secas, un apelativo que lo vincula íntimamente con su fundador: el militar golpista, egocéntrico, autoritario, atrapado en el culto de su personalidad y obsesionado con el pasado decimonónico venezolano, levantisco y rural, de hombres a caballo, lanza en ristre y en constante rebelión.

¿Contra qué insurgió el chavismo? En la proclama titulada ¿Por qué insurgimos? del 24-06-92, del grupo de oficiales encarcelados que intentaron el golpe de Estado del 4F del mismo año, se declara que actuaron de conformidad con el artículo 132 de la Constitución Nacional (1961) que, entre otras disposiciones, exigía a las Fuerzas Armadas Nacionales “velar por la estabilidad de las instituciones democráticas”. Por ese deber con la patria se vieron obligados a insurgir contra un estado de cosas caracterizado por “un Poder Ejecutivo tiránico e ilegítimo, un Poder Legislativo sin representación popular y un Poder Judicial corrupto y corruptor”. A lo largo del documento se van señalando otras motivaciones: el ejercicio personal del poder, el saqueo al Tesoro Público, el peso de una enorme deuda pública contraída para enriquecer a los gobernantes, la persecución personal, la privación de los empleos, la expropiación arbitraria, la crueldad sanguinaria en la represión, etc. (el documento en cuestión puede verse en el libro de Ramón Hernández titulado Revelaciones de Luis Tascón, páginas 137/152, Editorial Libros Marcados C.A., Caracas, año 2008).

Todo el razonamiento del fallido pero aclamado golpe del 4F de 1992 que acabamos de citar, de ninguna manera podría ser aludido hoy por los militares golpistas de aquella época, porque el mismo describe con mucha precisión lo que pasa hoy en Venezuela y no lo que realmente ocurría en aquel entonces.

¿Qué efectos ha tenido el chavismo para Venezuela? Sus efectos han sido demoledores. No ha corregido ninguno de los reales y supuestos males denunciados en la proclama del 24-06-92, por el contrario, los ha agravado a todos ellos en una forma sustancial como resultado del ejercicio unipersonal del poder y de la ausencia total de control sobre el gobierno y la administración pública. Peor aún, el chavismo destruyó lo bueno que recibió de la llamada cuarta república, como el respeto al orden constitucional, la alternabilidad en el poder, la división de los poderes, el mantenimiento de los servicios públicos (vialidad, luz, agua, gas, etc.), la preservación del parque industrial, el buen funcionamiento de las empresas básicas de Guayana y de Pdvsa y muchas cosas más que han desaparecido o que hoy están muy deterioradas.

No hay elemento, sector o ámbito de la vida nacional en lo económico, político, social, cultural o internacional que no haya sido perturbado y menoscabado por el chavismo. Con relación al petróleo, el producto más importante del país, desarrollado y preservado durante un siglo por todos los gobiernos anteriores, el chavismo no solo no lo sembró, como lo ha demandado siempre el sector más lúcido del país, sino que lo enterró.

El chavismo no ha sido un simple rayo paralizador. Eso hubiera sido malo pero preferible. No frenó al país manteniéndolo en el mismo estado en el que lo encontró. Lo ha regresado al pasado. Mediante un enorme salto atrás lo ha retrocedido a los años previos al perezjimenismo, a los años cuarenta del siglo XX, cuando apenas comenzaba el gran desarrollo de la posguerra en Venezuela.

Finalizamos este escrito recordando a los genuinos representantes de la oposición venezolana que tienen la última oportunidad de unirse y conducir al pueblo a su liberación salvaguardando sus nombres para la posteridad.


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