I

Perder la vida por falta de comida, por desnutrición, no es un asunto que sucede espontáneamente. La persona tendría que negarse a comer de manera voluntaria para que fuera su responsabilidad.

Pero cuando no se puede comer porque no hay comida, la culpa es de alguien. Y cuando digo esto muchos pensarán que es un asunto muy complejo, sobre todo porque la humanidad ha sido testigo de terribles hambrunas que han acabado con miles de personas.

La desigualdad social producto de la pobreza mundial es un fenómeno contra el que el hombre ha luchado desde tiempos inmemoriables. Muy pocas veces ha tenido éxito, pero no se puede negar que ha tratado de hacer grandes esfuerzos.

Cada persona que muere de hambre, cada uno que nace con hambre, pega en el corazón de todos como raza humana.

II

¿Y cuando el hambre es la herramienta para la sumisión? También la humanidad ha visto cómo las necesidades básicas de países enteros se han manipulado para que ciertos grupos consigan y mantengan el poder.

No en vano la Unión Soviética tiene una historia de hambre que recorre las venas de la humanidad. Cada país comunista ha experimentado en algún momento terribles hambrunas para que la gente, que ya ni siquiera son tratados como ciudadanos, se entretengan buscando las migajas que les da la cúpula gobernante.

Pero no hace falta ir tan lejos. Que lo digan los cubanos de la isla, que llevan años en el mismo régimen. O quedan ciegos o mueren famélicos.

Un pueblo con hambre es un pueblo controlado. Un pueblo con hambre es un pueblo sin fuerzas. Un pueblo con hambre es un pueblo manipulable. Solo tienes que ofrecer un pernil.

III

Asesinato: Matar a alguien con alevosía, ensañamiento o por una recompensa, dice el diccionario de la Real Academia Española.

¿Y no es recompensa mantenerse en el poder por más de 20 años? ¿Y no es recompensa tener la posibilidad de robarse los dineros de la nación sin ser castigado? ¿Y no es recompensa hacer negocios sucios, asociarse con terroristas para multiplicar su dominio?

El hambre se maneja como moneda más dura que la divisa. El régimen sabe que los llamados bonos de la patria son lo más esperado por los que nada tienen. Por allí los controla, por allí los humilla, por allí los asesina.

Entonces, asesinato por hambre no suena como la definición descabellada de un delito, como un eufemismo de esos que le encantan al régimen inventar.

Desnutrición severa es el término médico para definir el hambre. Silvia Margarita Sandoval, de 72 años de edad, y Rafael David Sandoval, de 73, murieron de eso. Nada se gana con decir que son parte de la población vulnerable, porque ya más de 90% de los venezolanos integran ese grupo.

El hambre los mató. Esa hambre que genera dividendos al régimen y que ha utilizado como arma todos estos años.

¿Cuántos más no han muerto en las mismas circunstancias? Más que asesinato, es exterminio.

@anammatute


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