“De repente se instaurarán la confusión, el pánico y un gran caos. Eso será la consecuencia normal… El día después del arrebatamiento las tiendas de alimentos (o alimentación) habrán quedado destrozadas… Lo único que podrá hacer la policía será evacuar las calles y declarar la ley marcial; impondrán el toque de queda, detendrán a la gente. Nadie podrá salir de sus casas después del anochecer: el infierno en la tierra…”. Por tanto, “el arrebatamiento se producirá justo antes de la llegada de un período de siete años de espanto inimaginable conocido como tribulación: la conmoción del propio arrebatamiento iniciará la primera oleada de tormento” (complemento en: https://bit.ly/33NXpiL).

El anterior panorama guarda correspondencia con los años de “tribulación” (caos, tragedia y decadencia) y el momento del “arrebato” o desaparición “repentina” de personas valiosas para el efectivo funcionamiento en “orden y paz” de la humanidad.

En efecto, la verídica “convergencia entre las profecías del día del juicio y los eventos actuales”, y que se traduce en un proceso continuado de deterioro o debilidad, tanto en la “esfera material, mental, emotiva, como en la espiritual”, llama a la reflexión y acción para el caso particular de Venezuela, que requiere de urgencia iniciar a todo nivel un proceso de valoración muy sincero, con un alto nivel de autocrítica, y que el gobierno nacional en un principio acepte, definitivamente, que su modelo económico-político fracasó, y sea posible exigir una rectificación inmediata…

En Venezuela simplemente nunca se habría hecho presente el grado sostenido de agravamiento en la dimensión espiritual, moral, económica y social, si desde hace tiempo se hubiera neutralizado y de por sí iniciado su reversión, de manera natural; esto, simplemente, con haber favorecido el compacto confianza-credibilidad-seguridad y propiciado las condiciones mínimas para el normal funcionamiento del mercado (interacción empresas y familias), y claro está, con la orientación, coordinación y supervisión mas no de la imposición o la fuerza por parte del agente económico llamado gobierno. Pero, lamentablemente, ha ocurrido todo lo contrario, y permanecerá tal contrariedad “compleja” hasta que no cambie decididamente el proceder hacia la sensatez pragmática basada en el fortalecimiento de la economía espiritual.

Finalmente, en estrecha sintonía con todo lo anterior se comparte un video musical intitulado “Ella es tan bella”. Esta producción disponible en https://bit.ly/2Zh8hX4 (que se espera pueda ser divulgada y atendida seriamente por todos los que toman decisiones a nivel nacional e internacional), ha sido creada por los hermanos Aponte Villamizar, estudiantes de la ilustre Universidad Nacional Experimental del Táchira, carrera de Ingeniería Industrial. Allí se escucha:

“Quién se iba a imaginar que todo estaría así. Donde hay más lágrimas que sonrisas. Quién lo imaginaria. Donde camino por mis calles. Y ya no parecieran ser tan mías. Donde cada día se frustra un sueño y se quita una vida. Donde un niño ya no piensa en jugar. Sino si en su mesa habrá pan. Oh qué tal ironía. Pero ahora desolada está. Ya cada día parte de ella se va. Se van con el alma partida. Dejando en ella sueños recuerdos. Y gran parte de su vida…” (https://bit.ly/2Zh8hX4).

Fuente: Perspectiva económica y académica contemporánea. UNET. Años: 2018-2019.

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