Ha pasado un año más, cargado de experiencias, de situaciones agradables como indeseables, de alegrías y tristezas, de aprendizajes y frustraciones. El año que viene podríamos decir lo mismo, como lo hemos hecho con tantos años pasados. Hay años, sin embargo, que marcan nuestras vidas por los sucesos vividos. El año en que murió el padre, la madre, algún hermano, la esposa, el esposo, algún hijo. El año en que encontramos el trabajo ideal para nosotros, el año el que algunos decidieron irse del país en busca de oportunidades, el año en que algunos conocieron la pareja tan deseada.  Esos son años particularmente especiales, pero como todos los años suceden situaciones nuevas, podríamos decir que pareciera que así es la vida.

El año que viene se presenta con grandes desafíos, pues la situación país nos mantiene en vilo a todos. Los venezolanos tenemos una gran esperanza compartida y es la posibilidad de cambiar el estado de las cosas si María Corina gana las elecciones a la presidencia. Necesitamos un cambio; por eso este nuevo año que se presenta viene cargado de retos, alegrías y esperemos que no de frustración. Hasta este momento nuestras emociones han sufrido alegrías intermitentes; no ha sido posible que sean alegrías más permanentes, porque el gobierno es una estructura fuerte de corrupción, engaños, traiciones y mentiras. La determinación de María Corina ha chocado con este gran muro una y otra vez.

Los dictadores caen siempre. A veces la caída es su muerte, como ocurrió con Gómez, Stalin o Chávez mismo. No sabemos cómo caerá Maduro, pero el país necesita que caiga y deje de gobernar. Esperemos que podamos transitar a una nueva Venezuela llena de emprendimientos, de gente que quiere lograr salir adelante después de reinventarse. A veces queremos que la situación externa cambie (y lo necesitamos), pero no podemos perder de vista que lo primero a lo que debemos tender es al cambio de nuestro corazón: de nuestra intimidad. Por eso hace falta que nos determinemos a presionar a este gobierno exigiendo votos manuales. El cambio de actitud es una de las fuerzas que necesitamos potenciar. Los ciudadanos debemos comprender que podemos hacer valer nuestros derechos y deberes: que debemos exigir lo que nos corresponde.

Que este año que está por llegar nos traiga las oportunidades que se nos presentarán si estamos atentos a recibir gracias. Dios quiera que sea un año que nos ayude a transitar hacia una nueva Venezuela, llena de esperanzas y caminos nuevos. ¡Que todos tengamos un muy feliz inicio de año lleno de proyectos y alegrías!


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