Al iniciar un nuevo año debemos evaluar cómo nos fue el año anterior, darnos cuenta de lo que podemos cambiar, definir todo lo nuevo que queremos alcanzar y de esa manera vamos fijando las metas en las que vamos a enfocarnos de aquí en adelante. Obviamente lo primero que en este inicio de 2021 nos viene a la mente es el complejo entorno de pandemia y de dificultades que tenemos a nuestro alrededor y nos ponemos a pensar (o hay quien nos lo diga) que no hay meta que valga o no se pueden alcanzar las metas en este momento. Sin embargo, todos tenemos metas, pequeñas o grandes, que vamos realizando y alcanzando a lo largo del año, a veces de manera secuencial y lógica, o a veces sin que nos lo hayamos propuesto de manera muy activa.
Y aquí viene una especie de autoexamen sobre lo que hicimos (o no) el pasado año: ¿cumplimos todas nuestras metas?; ¿logramos lo que habíamos planificado?; ¿estamos mejor que hace un año? Todos sabemos la importancia de ponernos metas retadoras e interesantes; pocos sabemos para qué lo hacemos o por qué lo debemos hacer. Y es que al comenzar el nuevo año debemos preguntarnos qué es eso que está a nuestro alcance para que tengamos un 2021 muy superior a todos los años anteriores. Tus respuestas te ayudarán a ver, en otras palabras, la manera de “ampliar tus metas”.
Entender las metas es algo que definitivamente “sí hace una gran diferencia”. Una meta es un resultado deseado; eso que queremos alcanzar. Para ello debemos definir bien nuestra estrategia, además de implementar los planes y acciones de lo que vamos a hacer, entendiendo cómo y con quién lo vamos a realizar. Y hay que usar sistemas y procedimientos novedosos, además de un proceso de planificación que nos comprometa a alcanzar nuestras metas de manera continua. Jim Rohn nos dijo algo muy interesante sobre el tema:
“Goals. There’s no telling what you can do when you get inspired by them. There’s no telling what you can do when you believe in them. There’s no telling what will happen when you act upon them”.
Es muy importante, por ende, que nos demos cuenta de que al establecer y actuar en función de nuestras metas, no podremos anticipar todo lo que podrá suceder; y ese es el verdadero poder de las metas. Existen dos métodos muy sencillos para implementar las metas y que han sido estudiados desde hace muchos años. El primero nos indica que debemos hacer que nuestras metas sean inteligentes; el segundo nos señala el uso de las tres P de las metas.
Una meta inteligente es S.M.A.R.T. Básicamente este es un acrónimo que significa que las metas deben ser específicas (Specific), medibles (Measurable), alcanzable (Achievable), realistas (Realistic) y con tiempo definido (Time-bounded). Al hacerlas de esta manera les vamos dando una mejor forma y contenido. Y las tres P son la forma mediante la cual las metas deben ser escritas: como una frase Positiva; en Primera Persona; y en tiempo Presente. Al hacerlo, recordemos que cada meta debe utilizar un verbo de “acción”.
Mantener las metas visibles –siempre– es algo que nos lleva a verlas todos los días. Tenemos que estar claros en lo que hacemos, el por qué lo hacemos y cuál es la finalidad al hacer las cosas que realizamos; y las metas nos guían en este sentido. Una manera muy eficaz para programar tus metas es escribirlas todos los días, como dicen los expertos; aunque creo que también vale tenerlas presentes en nuestra mente todos los días o revisarlas de manera semanal. Para ello consigue un diario o cuaderno y comienza a escribir tus metas. Cada mañana al levantarte o justo antes de retirarte por la noche, toma tu diario, escribe la fecha en la parte superior de la página y escribe las metas que te gustaría lograr en la próxima semana, mes, trimestre y año.
Todo esto ayuda a construir una base sólida para nosotros y para nuestras empresas y nos lleva a un entendimiento cada vez más claro de lo que se quiere alcanzar. Amplía tus metas y comienza a trabajar en ellas hoy mismo.
@LVGarciaG