El título de este artículo hace referencia al vocablo de la cosmovisión andina que establecía como regla tres fundamentos básicos: no serás ladrón, no serás mentiroso y no serás ocioso. La ironía que presenta esta frase, teniendo en cuenta la coyuntura en la que nos encontramos, es superlativa.

Pedro Castillo, desde el inicio de su improvisada campaña, se apropió del discurso de lo andino. Sugiriendo que la patria debía ser refundada según, precisamente, la cosmovisión andina, a través de una nueva Constitución que tuviera en cuenta a los pueblos originarios. Por supuesto que esto ya está presente en la Constitución, todos somos iguales ante la ley, pero como buen zurdo que es, o al menos buen títere de zurdo, necesita generar esa dicotomía oprimido/opresor para sustentar la lucha de clases que, finalmente, termina en un Estado más empoderado, más burocracia y más corrupción.

La ironía reside en la abismal incongruencia del presidente ante estos mandamientos que deberían ser ley para todos los peruanos, pero, sobre todo, para aquellos que sienten una mayor conexión con los pueblos originarios.

Ama Quella significa que no serás ocioso. Pedro Castillo ha tenido el gobierno menos productivo de las últimas décadas sin lugar a dudas. Ha cambiado a ministros como de calzoncillos, ha generado un espacio laboral deplorable, reduciendo el interés de inversión privada y todo bajo el paraguas de la humildad y la falta de preparación. ¿Qué ha hecho Castillo? Nada. Ocioso.

Ama Sua significa que no serás ladrón. Lamentablemente, aún no podemos afirmar algo sin usar la palabra “presunto”, porque sí lo manda la ley. Pero 6 investigaciones fiscales en su contra, en solo 13 meses, no dejan muy bien pintado al humilde profesor que aseguraba, cual populista que es, que no habría más pobres en Perú. ¿O se refería en Perú Libre?

Ama Llulla significa “no mentirás”. Esta es la más evidente de todas. El cinismo con el que el presidente se dirige al país es lamentable. Insiste una y otra vez en la persecución so pretexto de clasismo y racismo para poder salirse con la suya. Un calco y copia de lo que hicieron en Venezuela y Cuba. Y la más reciente, se “perdieron” las cámaras de seguridad de Palacio justo del día donde la Fiscalía entró a buscar a su hija/cuñada y él no tuvo nada que ver, ¿no?

¿Cómo pueden las propias personas del ande, que dicen ser descendientes del gran Pachacútec, seguir apoyando a un improvisado que no respeta las reglas fundamentales de su propia cultura ancestral?

Artículo publicado en el medio peruano El Reporte


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