Algunas organizaciones benéficas, organizaciones sin fines de lucro, son más efectivas que otras. Se las arreglan para hacer más bien, para tener un mayor impacto social, que otras organizaciones benéficas con la misma cantidad de dinero. Todos, ustedes amigos lectores y la sociedad como un todo, obtendremos más beneficios si donamos dinero a las organizaciones benéficas más efectivas.

Sin embargo, surgen las preguntas: ¿qué tan grandes son las diferencias en efectividad entre las distintas organizaciones?, ¿cuánto más efectivas son las organizaciones benéficas más efectivas en comparación con la organización benéfica típica o promedio?, ¿son las organizaciones benéficas más efectivas quizás 10% más efectivas que las organizaciones benéficas típicas? ¿O 50% más efectivas? ¿O tres veces más efectivas? ¿O la diferencia es aún todavía mayor?

Hay varias razones por las que las anteriores preguntas son importantes. Si la diferencia en la efectividad es pequeña, entonces no importaría tanto a qué organización benéfica uno dirija la donación: en todo caso, el impacto de cualquiera sería similar. Por lo tanto, no sería demasiado importante invertir recursos para encontrar las organizaciones benéficas más efectivas. ¿Pero qué hay si la diferencia en la efectividad es más grande en unas organizaciones que en otras? Si es así y hay una diferencia apreciable, entonces sería muy importante identificar las organizaciones benéficas más efectivas para donarles nuestro dinero y alcanzar un mayor bien en conjunto.

Lucius Caviola, Stefan Schubert, Elliot Teperman, David Moss, Spencer Greenberg y Nadira S. Faber, en un paper publicado recientemente, («Donors vastly underestimate differences in charities effectiveness», Judgment and Decision Making, Vol. 15, No. 4, July 2020, pp. 509–516) se propusieron estudiar las creencias sobre las diferencias en la efectividad de las organizaciones benéficas.

Específicamente, le preguntaron a un grupo de participantes cuánto más efectivas son las organizaciones benéficas más efectivas que ayudan a los pobres del mundo, en comparación con la organización benéfica promedio. La pregunta fue presentada  a tres grupos: a ciudadanos de a pie, a altruistas efectivos (que están comprometidos a donar a las organizaciones benéficas más efectivas) y a expertos en organizaciones benéficas globales contra la pobreza.

En el trabajo mencionado, sus autores encontraron diferencias sorprendentes. Los ciudadanos de a pie pensaron que las organizaciones benéficas más efectivas son entre 1,5 y 2 veces más efectivas que la organización benéfica promedio. En cambio, los altruistas efectivos estimaron que la diferencia es 50x (esto es, 50 veces). Por su parte, los expertos pensaron que la diferencia es no menor a 100x.

Entonces, una conclusión del trabajo de los autores mencionados es que la mayoría de la gente piensa que las diferencias de efectividad entre las organizaciones benéficas que ayudan a los pobres del mundo son pequeñas. Es decir, la mayoria de las personas piensan que la efectividad de las organizaciones benéficas es la misma o similar. Sin embargo y en realidad, las diferencias son muy grandes, según las mejores estimaciones basadas en expertos.

A la luz de los anteriores resultados, es natural preguntarse si las personas cambian su comportamiento cuando se les informa sobre las grandes diferencias en la efectividad de tales organizaciones. Las personas generalmente no están específicamente motivadas para donar dinero a las organizaciones benéficas más efectivas. Muy a menudo, tampoco investigan mucho para encontrar las organizaciones benéficas más efectivas. ¿Podría eso cambiar si supieran cuán grande es la diferencia de efectividad entre la organización benéfica más efectiva y la promedio? En otras palabras, ¿la subestimación de esta diferencia es parte de la explicación de por qué las personas donan dinero de manera inefectiva? En la segunda etapa del estudio, los autores mencionados abordan la respuesta a la anterior pregunta.

Los autores presentaron a los participantes dos opciones hipotéticas de donación. O podrían donar 100 dólares a una organización benéfica altamente efectiva, o podrían donar 60 dólares a esa organización benéfica y 40 dólares a una organización benéfica menos efectiva. Los autores descubrieron que las personas estaban más inclinadas a donar los 100 dólares totales a la organización benéfica altamente efectiva cuando se les informó que la diferencia en la efectividad entre las organizaciones benéficas es 100x, en comparación cuando se les informa que la diferencia es apenas de 1,5x, o cuando no hay información disponible sobre la diferencia. Dado que dar el monto total a la organización benéfica altamente efectiva es la opción más efectiva, esto significa que informar a los participantes de la verdadera diferencia en la efectividad (según lo estimado por los expertos) los empujó en una dirección más efectiva. Este, definitivamente, es un resultado trascendental.

Entonces surge otra pregunta, ¿por qué son tan grandes las diferencias de efectividad entre las organizaciones benéficas? Eso se debe a que el «mercado» de las organizaciones benéficas no es eficiente, a diferencia del mercado de valores y del mercado de bienes de consumo. Ya vimos que la gente no considera que dar dinero (donar) de manera efectiva sea una prioridad. Eso significa que las organizaciones benéficas inefectivas no están incentivadas en mejorar. Hay poca presión del mercado hacia la efectividad. Como resultado, la mayoría de las organizaciones benéficas son mucho menos efectivas de lo que podrían ser. Solo un pequeño número de organizaciones benéficas tiene una mentalidad efectiva y superan con creces al resto.

La situación es muy diferente, por ejemplo, en el mercado de bienes de consumo. Los consumidores suelen estar muy motivados para obtener la mejor relación calidad-precio. Y están dispuestos a invertir tiempo en encontrar las mejores opciones. Por lo tanto, las empresas inefectivas están altamente incentivadas a mejorar. Si no lo hacen, no venden y tarde o temprano, cierran. Es por eso que la diferencia de efectividad entre las empresas no es tan grande. Pero dado que no existe un mecanismo equivalente en el “mercado” de las organizaciones benéficas, las organizaciones benéficas inefectivas continúan como si nada.

Ahora bien, en los últimos años se ha observado un mayor interés en la beneficiencia efectiva (y también en la responsabilidad social “efectiva»). El creciente movimiento de altruistas efectivos ha creado organizaciones de investigación que identifican las organizaciones benéficas más efectivas. Allí está y a modo de ejemplo GiveWell, que recomienda organizaciones benéficas efectivas que ayudan a los pobres del mundo, y Animal Charity Evaluators, que recomienda organizaciones benéficas efectivas que promueven el bienestar animal. Estas dos organizaciones facilitan mucho la vida a las personas que desean donar a las organizaciones benéficas más efectivas.

En mi artículo de la semana que viene les estaré hablando de una métrica que nos puede ayudar a identificar organizaciones efectivas para donar.

 

 


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