¡Hagamos catarsis! Para Carl Jung, la alquimia era un proceso de transformación en nosotros para transformar lo que no deseamos transformar; en la historia de los últimos siglos, y de manera codificada, los libros de alquimia explican cómo llevar a cabo la transformación del plomo denso en el oro brillante, metáfora que rige el marco teórico de la conceptualización llevada por Jung.

Podemos definir a la  alquimia como la práctica antigua enfocada en la transformación de la materia en algo valioso y útil.

En términos empresariales, la alquimia puede ser una metáfora útil para emprender un negocio exitoso.

Al igual que los alquimistas buscaban transformar metales en oro, los emprendedores buscan transformar una idea o producto en algo de valor para sus clientes y para su propio negocio.

Con el uso de las artes alquímicas y con el alquimista adecuado, cualquier empresario puede dar un giro único a su empresa, apartándose de su zona de confort para poder exprimir al máximo las ideas de cambio de eso que desea y sabe debe cambiar pero no lo hace.

La alquimia partía desde un proceso de “transformación” profundo y se enfocaba en la transformación de la materia en algo de valor. En los negocios, los emprendedores también buscan transformar una idea en un producto o servicio de valor para sus clientes.

A través el uso de la “experimentación” los alquimistas experimentaban con diferentes combinaciones de ingredientes para crear algo valioso. De manera similar, los emprendedores deben experimentar con diferentes estrategias y enfoques para crear un negocio exitoso.

La “paciencia” de los alquimistas era conocida y ellos sabían que la transformación de la materia en algo valioso podía tomar mucho tiempo y esfuerzo.

Los emprendedores también deben saber que su proyecto posible requiere de paciencia y dedicación en el tiempo para poder disfrutar de los frutos que solo se alcanzan con el éxito meritorio del esfuerzo en el tiempo.

El emprendedor debe transformarse para poder llevar a cabo tareas que le permitirán tener éxito y esforzarse por fortalecer acciones que lo lleven entre otras actividades a (1) Aprender a trabajar en equipo, (2) Adaptarse al cambio, (3) Aprender de los demás, (4) Mantener una perspectiva equilibrada y sana ante todo evento posible.

Ser un joven emprendedor puede ser emocionante y desafiante, pero también puede ser estresante y agotador.

Si tu ego te hace centrarte demasiado en tus propias necesidades y metas, es posible que pierdas de vista la perspectiva más amplia de tu negocio y de la comunidad en la que operas.

Al transformar tu ego, puedes mantener una perspectiva equilibrada y centrarte en lo que es mejor para tu negocio y para los demás. La alquimia es tu herramienta diferenciadora, tu arma para transformar eso que realmente quieres dentro de ti y que se demuestre afuera a través de tus propios éxitos!


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