Las adicciones a compras compulsivas u oniomanía han encontrado en la red un caldo de cultivo ideal para el desarrollo de este trastorno. El término oniomanía fue acuñado en 1924 por los psiquiatras Emil Kraepelin (1856-1926), de nacionalidad alemana, y el suizo Eugen Bleuler (1857-1939), para denominar lo que ellos llamaron «desorden de los compradores compulsivos». Gabriela Orozco Calderón, profesora de la Facultad de Psicología de la UNAM (2017), explica que la oniomanía es el término utilizado para describir a quienes no se pueden controlar para adquirir algo; este trastorno representa uno de los problemas actuales más graves, pues social y culturalmente se promueve tener bienes.

Según la mayoría de los expertos en adicciones, la oniomanía se desarrolla de forma frecuente en individuos con altos niveles de estrés o menores de edad con problemas de adaptación a su entorno. A los compradores compulsivos también se les conoce como shopaholics. Es una enfermedad clasificada dentro del campo de los trastornos del control de los impulsos, y como tal, comparte características con otras conductas adictivas, como la ludopatía, la cleptomanía o la piromanía. Los expertos indican que este comportamiento puede darse como una respuesta ante emociones primarias como venganza y aburrimiento y se acentúa generalmente en épocas decembrinas.

La doctora Astrid Müller, investigadora principal, y miembro del Departamento de Medicina y Psicoterapia Psicosomática en la Escuela de Medicina de Hannover en Alemania indica que este trastorno afecta a aproximadamente 5% de la población. Los investigadores explican que se caracteriza por la extrema preocupación y el deseo de comprar, así como por los irresistibles deseos de poseer bienes de consumo.

El portal francés de la salud independiente https://www.forumclinic.org destaca que este trastorno se manifiesta de maneras como:

  • Un deseo irrefrenable de comprar, acompañado de una gran tensión interna, que solo se alivia con la adquisición de objetos, en la mayoría de los casos innecesarios o repetitivos.
  • La tensión puede durar horas y se alivia inmediatamente después de la compra, surgiendo un sentimiento de bienestar al que le siguen unos sentimientos de culpa, de frustración y de enfado al considerar lo inútil de la compra y la vergüenza por no haber sido capaz de contenerse.
  • Esconder la compra o mentir acerca de ello para evitar conflictos con la familia.
  • Conforme progresa el trastorno, suele deteriorarse más la relación con el entorno familiar y laboral.
  • Problemas económicos derivados de las compras que pueden llegar a ser graves.

Orozco Calderón (2017) indica que hay alteraciones cognitivas en el individuo que perjudican su toma de decisiones. Esta función se encuentra en la porción prefrontal del cerebro, en donde se incluyen neurotransmisores como la dopamina y la serotonina. En el caso de los afectados, las sustancias no trabajan eficientemente.

Para evitar caer en la compra compulsiva el portal médico español Top Doctors recomienda: evitar comprar en momentos de tristeza, ir de compras acompañado. hacer una lista de la compra para valorar lo que necesites, salir con un presupuesto concreto y hasta detectar si se tiene una conducta acumuladora de productos similares.

Finalmente, la doctora Orozco sugiere como medida final acudir al psiquiatra para ser medicados con el propósito de nivelar las sustancias en el cerebro, además de tener terapia cognitivo-conductual encaminada a generar conciencia emocional y estrategias que limiten el comportamiento impulsivo.

Referencias consultadas:

Fundación UNAM (2020). ¿Sabes qué es la oniomanía? https://www.fundacionunam.org.mx/unam-al-dia/sabes-que-es-la-oniomania-o-como-es-un-comprador-compulsivo/

Orozco, Gabriela. (2017). Compras compulsivas, trastorno psicológico del siglo XXI https://www.youtube.com/watch?v=z78DFc7-y5o

Top Doctors (s/f). Adicción a las compras

https://www.topdoctors.es/diccionario-medico/adiccion-a-las-compras


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