El Instituto Nacional de Ciberseguridad de España alerta del riesgo de adultos pedófilos que se hacen pasar por menores en Internet para intentar establecer contacto con niños y adolescentes. Esta relación virtual primero se gana la confianza, después pasa a un control emocional y finalmente al chantaje con fines sexuales. A esta práctica se la conoce como grooming o engaño pedófilo.

El grooming tiene diversos objetivos como son: la producción de imágenes y videos con connotación o actividad sexual destinados al consumo propio de pedófilos o a redes de abuso sexual a menores, los encuentros en persona con el menor enfocado en el abuso sexual físico y hasta la explotación sexual o la prostitución infantil.

Este tipo de delincuentes van ganando la confianza del menor hasta intentar lograr sus objetivos, de manera que su acción pasa por varias etapas.

  • La primera es el enganche, donde busca conocer a su víctima, sus gustos y su confianza, suele hacerlo mediante perfiles falsos de personas de edad similar a la víctima potencial.
  • Posteriormente pasa a la fase de fidelización, que busca convertirse en amigo y confidente.
  • El tercer nivel es el de seducción. El portal médico IntraMed indica que el mecanismo del grooming suele incluir pedido de fotos o videos de índole sexual o erótica (que usualmente son solicitados utilizando un perfil falso). De esta manera, el menor considera segura la información que genera o visita en Internet, sin calcular los riesgos de proporcionar a personas desconocidas los datos y el material.
  • Finalmente, una vez logrado sus objetivos, es cuando empezará su fase final, que es el chantaje. El acosador ya dispone de la información, fotografías para manipular y en ocasiones buscar algún tipo de delito de carácter sexual. En consecuencia, comienza un período de chantaje en el que se amenaza a la víctima con hacer público ese material si no entrega nuevos videos o fotos o si no accede a un encuentro personal.

El grooming es un delito perseguido y castigado. Lamentablemente, en muchas ocasiones, quienes lo generan escapan de las consecuencias por estar fuera del radio de acción de las autoridades de la parte afectada. En ocasiones desaparecen sin dejar rastro digital de sus acciones. Los acosadores son enfermos y criminales.

Nuevamente nuestro deber como padres es prevenir un riesgo de esta naturaleza. Un menor que ha caído en las redes del grooming es poco dispuesto a conversar con sus padres y relacionados sobre este tema, por lo que es importante alertarlos para que en caso de suceder tengan la valentía y la confianza de solicitar ayuda.

El paso necesario si usted se encuentra frente a un caso de este tipo es la denuncia. Muchos países preocupados por este delito trabajan unidos; sin embargo, nuestro deber como padres es evitar que ello suceda.

Lograr que nuestros hijos entiendan y eviten este tipo de situaciones debe ser nuestra consigna. La prevención es la mejor de las estrategias.

La educación en medios o educomunicación debe ser considerada con prontitud como una materia obligatoria y necesaria en los subsistemas educativos de nuestro país.


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