Asistido por la lucidez que presumo permanece intacta en mi desasosegada psiquis, en horas de redes de disociados y lapsos procesales para evacuar numerosas pruebas sobre la ininterrumpida e incesante universalidad del terrorismo cívico-militar que socava Hispanoamérica, denuncio que [hábiles, de nuestro domicilio terrestre, no sujetos a interdictos ni informes médicos por desquicio, aparte de ser casi seniles] todavía petulantes ciertos individuos ejercen tiranías en perjuicio de millones de seres humanos desamparados por las Naciones Unidas y Organización de Estados Americanos.

Visto que la Corte Penal Internacional desestima y hasta sabotea la aplicación expedita de justicia a quienes en Venezuela, Nicaragua y Cuba violan, sistemáticos y con molestosa arrogancia, los derechos inviolables e imprescriptibles de sus pobladores, convoco iniciar una implacable rebelión a todas las víctimas que permanecen en nuestras esclavizadas naciones e igual a quienes migraron. Alcémonos en almas, exijamos a los jerarcas culpables por omisión de justicia y los ejércitos mercenarios que dimitan: entreguen cargos y pertrechos letales en umbrales de distintas jurisdicciones.

El mundo miró cómo los nazis masacraban judíos (1939-1945, Holocausto) y la férrea dictadura china a sus jóvenes en Tiananmen (1989)

Repúblicas aliadas lograron castigar culpables que, en jurisdicción alemana y fuera de ella, ordenaron matanzas de inocentes. A quienes cometieron crímenes de guerra durante el periplo de coloniaje emprendido por el Nationalzocislistche [fundado por «sek», socios, seguidores instados o dispuestos a incendiar la Humanidad] No importa cómo elijan autonombrarse grupos de sátrapas, la conjura que hiere el espíritu de la Ilustración no cesará hasta tanto no se produzca una supra rebelión capaz de frenar atrocidades y prohibir engendros de relevo generacional para infligir. En la Era de las «Redes de Disociados», es inaudito tener que vivir, forzosamente, presa de: inducidas hambrunas, enfermedad, persecución política, grupos de pretorianos armados por dictaduras, sin auxilio de los poderes públicos a los cuales concierne recibir denuncias y aplicar justicia.

Somos incuantificables los imputados por el delito de vivir, pensar, querer satisfacer nuestras necesidades básicas, instruirnos, fraternizar, fomentar concilios, la sana recreación, el trabajo, propiedad, la cultura, exponer criterios y mociones a favor de extinguir las paupérrimas condiciones de existencia que nos imponen minorías de canallescos. Califico «discordiatóxicos» y obsoletos los conceptos de autodeterminación de los pueblos y soberanía, el yin yang que justifica el mal cuando campea contra el bien. En otros tiempos, la humanidad, cuando se supo en peligro o fue consciente de estarlo, se organizó en sociedades para impedir su destrucción. Institucionalizó la urgencia de preservarse, con las principistas categorías siguientes: igualdad ante las leyes, fraternidad, prosperidad y seguridad. Reviso para perfeccionar mi proyecto de carta magna para el mundo, que publicaré aquí, si El Nacional me consiente ese anhelo. Magnífica empresa comunicacional donde he procurado consagrar mi irreverencia intelectual desde mi juventud rebelde con causas, que ha declinado en impertérrita vejez.

@jurescritor   


https://www.poemas-del-alma.com/blog/mostrar-poema-422716

https://www.taringa.net/+apuntes_y_monografias/la-homo-discordiatoxis_hhpks

https://albertjure2009.medium.com/emp%C3%ADricos-3bb74423eb05

http://666ure.blogia.com/2016/071201-las-redes-de-disociados-.php

https://logicaycriticadeldiscurso.files.wordpress.com/2020/06/el-terrorismo-doctrinal-por-alberto-jimc389nez-ure.pdf

 

 


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