No solo el imperio norteamericano tiene licencia para ejercer la violencia por la supremacía bélica que pueden demostrar, sino que también el resto de los consagrados luego de la II Guerra Mundial: China y Rusia, fundamentalmente. No hago distinciones, no adhiero a ningún bárbaro. Mi moción ha sido, es y será que la inteligencia suspenda su hibernación e imponga la vida buena.

El totalitarismo es un sistema universalizado de gobierno, no eventualidad ni oportunismo ni accidente político para el aprovechamiento de ambiciosas cofradías de malnacidos sujetos. Se fraguó históricamente, tiene respetabilidad, inviolabilidad y pertinencia en organizaciones mundiales: sin excluir a defensores de los Derechos Universales del Hombre y Ciudadano con número correspondiente en la Organización de Naciones Unidas.

A los capitalistas de roja procedencia nadie mirará con sorna: sus intenciones no son indecorosas. No conceden préstamos con propósitos de obtener ganancias. Plusvalía y desigualdad entre sus ciudadanos habrían sido abolidas. Los comunistas originarios ya no les hablan de esos bodrios académicos a los sudacas, sino de pertrechos bélicos que están dispuestos a venderles con sobreprecios para que fomenten la paz mediante la violencia. Ningún hombre nuevo «fellare» de rodillas a imperialistas. Siempre lo está, pero en campo rojizo con un fusil A-Caca 47 veces: cuchillo o pistola. Los exhibe cual rata lo haría, con orgullo de asesina.

Nunca se entendieron ni perdonaron países enemigos que riñeron letales en una guerra mundial, porque las consecuencias persisten, todavía son muy peligrosas y muestran sus fauces. Pero están comercial e inevitablemente relacionadas por cuanto sobre promontorios de cadáveres se pueden hacer negocios. El exterminio de las democracias en las Américas y otros continentes fortalece el siguiente axioma que enuncia la diplomafia e interpreto a mi manera: -«Si alguien inventó el poder fue para disfrutarlo en cofradías, que no para ejercerlo al modo que lo haría el filántropo interruptus de las utopías».

En otro artículo había descrito qué es «Diplomafia» [de la raíz indoeuropea «plex» e italiano «mia cosa» o «di tutti capi nostro»] aquel perverso y tangible recurso de negociadores del funcionariado del Crimen Internacionalmente Organizado, mujeres y hombres que propician el exterminio conceptual de la Doctrina Democrática. La integran representantes jurídicos de estados que interactúan con prácticas que para ellos dejaron de ser delictivas: extorsión, ocultamiento, prevaricato, encubrimiento, dispendio, malversación, conspiración para cometer, enriquecimiento súbito e inexplicable y aprovechamiento de dineros provenientes de tesoros nacionales o privados.

El protectorado diplomafioso de la soviética y totalitaria causa tiene intimidatoria data: 1927 (con Nikita Jrushchov frente al imperio comunista y siguientes principales). La Historia no pudo borrar que el nombrado haya movilizado bombas atómicas hacia el traspatio de Norteamérica con fines confesables. El fratricidio ha sido enemigo histórico de la humanidad, desde los tiempos de boga independentista.

Los hombres quieren dominarse, sodomizarse unos a otros, la esclavitud, miseria y violencia contra la mayoría para que minorías disfruten de una vida ostentosa.

@jurescritor


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